La administración Bush es criticada en un informe del congreso por fracasar en su intento de estabilizar Somalia, tras el ataque con misiles americanos del 3 de marzo, en el país del cuerno de África.
Estados Unidos pretende imponer el orden en Somalia, principalmente financiando las operaciones de la misión de mantenimiento de la paz de la Unión Africana en el país, pero esa fuerza no cuenta ni de lejos con el personal suficiente, según la auditoría del Congreso.
“Dada la escasez de tropas, no ha sido posible cumplir el mandato de mejorar la seguridad, apoyar la reconciliación, proteger al Gobierno de transición y facilitar la provisión de ayuda humanitaria. Además, el Gobierno de transición respaldado por Estados Unidos, se muestra incapaz de dar a los somalíes servicios de primera necesidad, tan necesitados por el pueblo”.
El informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno del Congreso cita quejas realizadas por oficiales de las Naciones unidas sobre la dificultad de trabajar con el Gobierno al que apoya Estados Unidos porque “la mayoría de sus ministros sólo existen por el nombre, sin personal de apoyo de ningún tipo”.
“Una fuerza de mantenimiento de la paz efectiva requeriría al menos 20.000 soldados así como un acuerdo de alto al fuego y la cooperación de todos los partidos en Somalia”, explica el informe. Pero no se está dando ninguna de esas condiciones.
El contingente de Uganda a la AMISOM se limita a proteger el aeropuerto, el Puerto y el complejo presidencial en Mogadiscio, según el informe.
AMISOM actualmente cuenta con 2.400 soldados, 1.600 de Uganda y 800 de Burundi. Menos de un tercio del total de la fuerza asignada por la Unión Africana.
Los Estados Unidos han gastado alrededor de 60 millones de dólares en formación, equipos y transporte de soldados asignados a AMISOM, según los auditores.
Los oficiales de Estados Unidos han estado trabajando durante meses para persuadir a otros países africanos a que se comprometan a enviar tropas a AMISOM, pero esta ayuda no ha llegado todavía, debido a las preocupaciones por la situación de la seguridad en Somalia, que se ha deteriorado tan rápido últimamente, según señala el informe.
Sobre todo, los Estados Unidos han dado a Somalia ayuda humanitaria por valor de 362 millones de dólares, desde 2001. Esa cantidad pone a Estados Unidos a la cabeza de los donantes a Somalia, durante los últimos siete años.
Pero el representante de Naciones Unidas para Somalia, Ahmedou Ould Abdallah, declaró la semana pasada que la comunidad internacional está preparando un castigo colectivo a Somalia, por negligencia a la hora de satisfacer las necesidades básicas. Mientras que reconoce que los propios somalíes “han destruido su país”, el representante de la ONU aseguró a la prensa que esto no es suficiente razón para imponer un castigo colectivo, que “creo que la comunidad internacional impone por ignorar la verdadera situación apremiante”.
Por su parte, la administración Bush ha reafirmado su intención de lanzar ataques militares contra supuestos operativos de Al Qaeda, en Somalia y en cualquier otra parte. “Quieren desestabilizar el mundo, para infligir el terror, y allá donde los encontremos, los perseguiremos”, declaró la pasada semana el portavoz de la Casa Blanca, en respuesta a las cuestiones sobre el ataque con misiles de los Estados Unidos a una ciudad de Somalia, a cinco millas de la frontera con Kenia.
Un submarino de la marina de los Estados Unidos, en el Océano Índico tenía como objetivo a un ciudadano keniata, Saleh Ali Saleh Nabhan, cuando disparó al menos dos misiles hacia la ciudad de Dobley, según la versión del Pentágono y del FBI.
El keniata objetivo del fallido ataque está buscado por el FBI en relación a la bomba en el Hotel Paraíso, en Kikambala, en 2002 y el casi simultáneo intento de derribar un avión israelí, que acababa de despegar del aeropuerto de Mombasa.
Kevin J. Kelley
East African
Fundación Sur
