El pasado día 21 de octubre, se presentó en el salón de actos de la Fundación Sur un libro editado por la Unidad de Investigación sobre Seguridad y Cooperación Internacional UNISCI, de la Universidad Complutense de Madrid, “Flujos migratorios subsaharianos hacia Canarias – Madrid”. Cuatro de los coautores de la obra fueron los encargados de presentar el trabajo al público asistente al acto.
Este trabajo es mucho más que un libro, es un manual de referencia imprescindible para todos aquellos que quieran entender los flujos migratorios subsaharianos. Este libro es una obra impensable hace tan sólo 15 años, en España, según apunta uno de los autores, Gustavo Díaz, investigador de la Complutense, encargado del capítulo dedicado a la variable medioambiental, como un factor influyente en las migraciones. La inclusión de los factores referentes al medioambiente, era una carencia hasta ahora, aunque es tan importante este factor, que de ahora en adelante va a ser fundamental.
El editor y director del libro, además de escritor del estudio preliminar, Antonio Marquina, catedrático de Seguridad y Cooperación Internacional de la Universidad Complutense de Madrid, explicó que desde hace más de diez años, él tiene muy claro que este tipo de estudios han de hacerse desde una perspectiva multidisciplinar, es necesario para poder dar una idea clara de la complejidad del asunto.
“Con este libro pretendemos que las autoridades políticas, el mundo académico, la gente que trabaja con la inmigración y los propios inmigrantes comprendan la complejidad de los flujos migratorios”, aseguró el profesor Marquina quien cree que el factor medioambiental va a ser un elemento multiplicador de los problemas relativos a las migraciones.
Además el trabajo quiere ser una alerta temprana sobre la importancia del cambio climático en la política de seguridad y exterior de Europa, según el director del mismo.
Marquina asegura que no cree en el codesarrollo, “a estas alturas, sabiendo lo que sabemos, seguir pensando en el codesarrollo me parece una visión terriblemente corta”, aunque reconoce que el codesarrollo puede funcionar a nivel local y de comunidad, pero no a nivel estatal. También puede funcionar para países consolidados, donde el dinero no sea necesario para el consumo. Pero para el África subsahariana, donde los estados son tan frágiles y las capacidades de adaptación tan pequeñas, el problema es de tal magnitud que también nosotros estamos obligados a cambiar el chip si queremos actuar de manera eficaz.
No podemos pensar que las regulaciones como las que se están haciendo ahora en Europa van a ser fáciles en el futuro. Los flujos migratorios lejos de disminuir van a incrementarse. La ayuda está mal orientada al verdadero problema, hay que plantearse cómo detener esto, para que la gente no huya de sus países donde ya no se puede vivir, “porque vivir es lo primero”, recuerda Marquina. “La solución sólo puede ser la integración y esto es algo muy costoso, y estos son costes sociales, pero son necesarios”.
Los cambios medioambientales son un hecho en el África subsahariana
Clemente Gallardo-Andrés, ingeniero físico, declaró que cuando él empezó a trabajar en la investigación del clima y la meteorología, nunca hubiera podido pensar que a su equipo se le iba a solicitar colaboración para un trabajo de esta temática, las migraciones. Hace 5 años, el profesor Marquina les propuso ver cuál era la influencia de la política en el cambio climático. “Una asociación de ideas así, hoy, es de lo más normal, pero hizo falta alguien que hiciese emerger esa relación, y ese fue el profesor Antonio Marquina”, destacó Clemente.
Las previsiones de todos los modelos en que se han basado, para estudiar la zona subsahariana, indican que en esta zona del continente africano se va a producir un aumento de la aridez. Esto influirá en la producción agrícola y otros muchos factores de desarrollo y supervivencia. Para adaptarse a los cambios climáticos que se avecinan, la humanidad posee las herramientas, aunque no todos los países, pero es posible que no sepamos ponerlas en práctica. Por ejemplo, en la zona subsahariana, será muy difícil adaptarse a estos cambios, mucho más difícil que para otras zonas, porque la población no tiene los medios para hacerlo y puede que sus gobernantes no les den el apoyo político o de infraestructuras, etc que necesitan.
Leyes europeas de extranjería a remolque
Para Gloria Inés Ospina, otra investigadora de la universidad, que ha participado en la obra, las leyes de inmigración en España en un principio parecen caóticas. Pero una vez que se profundiza en su estudio se puede comprobar que cada una de ellas obedece a un porqué. Las políticas migratorias de España siempre han ido a remolque de los acontecimientos en materia de inmigración. Cada partido ha impuesto la suya, pero al final todas las políticas convergen en las leyes que agradan a Europa en su empeño por contener la inmigración. España se ha comprometido con Europa a no ejercer de colador para la inmigración y está obligada a cumplirlo. Como ejemplo, la última directiva aprobada en Europa, con la que han estado de acuerdo tanto la derecha como la izquierda.
Gloria recomienda a los responsables de las leyes de inmigración que escuchen a los inmigrantes, a través de la gente que trabaja con ellos, “para poder hacer algo que no sea dar palos de ciego, deben entrar en contacto directo con la inmigración”.
Como conclusión los autores del libro respondían a la pregunta de si existe solución. Entre todos concluyen que sí, es costosa y difícil pero existe. El inconveniente más grave que ven es que la actuación desde fuera tiene sus límites, lo verdaderamente importante es la actuación desde dentro. Son los propios africanos los que deben tomar conciencia del problema, si ellos no hacen esto, poco se va a poder hacer desde fuera por ellos.
“Hay dos velocidades en marcha: una es la del cambio climático, que ya está aquí y va más rápido de lo que quisiéramos; otra es la velocidad demostrada de los políticos para tomar conciencia de los problemas y actuar con eficiencia, esa velocidad es mucho más lenta de lo que quisiéramos. Es esencial que estas dos velocidades confluyan y ver cuándo y cómo lo hacen”, explica Marquina.