Slate.fr 31/08/2011
Por Pierre Cherrueau
El atentado de la secta Boro Haram en Abuya, la capital federal, reaviva las inquietudes : ¿el gigante del África se va a dividir entre el Sur cristiano y el Norte musulmán?
Un atentado en pleno corazón de Abuja, la capital de Nigeria, el país más habitado de África. Objetivo: la representación de las Naciones Unidas. Enseguida, esta acción particularmente espectacular y mediatizada ha sido reivindicada por la secta islamista Boko Haram (que significa “la educación occidental es un pecado”, en lengua hausa, mayoritariamente hablada en el Norte de Nigeria).
En junio del 2011, la secta había enseñado su capacidad de destrucción cometiendo un atentado delante de la sede de la policía. Se saldó con dos muertes. Esta acción fue una respuesta a las fanfarronerías del jefe de la policía nigeriana, que había afirmado poco tiempo antes que Boko Haram estaba aniquilada.
Esta secta, que quiere imponer una aplicación particularmente estricta de la charia (ley islámica) en el Norte de Nigeria, está en guerra abierta con el estado federal. Boko Haram multiplica desde los años 2000 acciones particularmente violentas contra los cristianos del norte del país, pero también contra los musulmanes que no adhieren a sus tesis extremistas. La secta no ha dudado en asesinar jefes políticos y religiosos musulmanes.
Con el fin de poner fin a sus actuaciones, el gobierno federal ha decidido pegar fuerte desde 2009. El ejército les ha atacado en su centro de Maiduguri, una ciudad de un millón de habitantes situada en el extremo norte de Nigeria. Los militares ordenaron arrasar la mezquita que les servía de lugar de encuentro. Mohammed Yusuf, su dirigente, murió durante su detención. Según las organizaciones de Defensa de los Derechos Humanos, cerca de 780 islamistas habrían sido ejecutados durante la intervención militar.
El gobierno federal pensaba entonces haber terminado con los islamistas radicales. Adoptaron un perfil bajo en Maiduguri, pero se fueron a entrenarse al Sahel en contacto con “los hermanos en el Jihad”. El difunto jefe se ha convertido en mártir. Lejos de haber erradicado el grupo Boko Haram, el Estado federal no ha hecho más que reforzar su virulencia y peligrosidad.
Boko Haram aliado de Aqmi
Según los servicios de inteligencia occidentales, Boko Haram ha establecido contactos con Al Qaïda del Magreb islámico (Aqmi), así como con los Chebab, los islamistas radicales somalíes.
La operación de Abuya es una “operación de comunicación” eficaz. Muestra que el estado federal no está al abrigo en ninguna parte. Incluso en la capital, la ciudad que debería ser la más segura, Boko Haram puede actuar a su gusto. El movimiento radical ha advertido también a los extranjeros sobre el hecho de que en adelante son un objetivo interesante.
Dado que Aqmi ha secuestrado a extranjeros, Boko Haram podría estar tentado de imitarlos para financiar sus combates futuros.
Por otra parte, estas acciones contra los intereses occidentales fragilizan al presidente Goodluck Jonathan. Elegido en abril 2011, este cristiano originario del delta del Niger mantiene excelentes relaciones con los Estados Unidos. Cuenta con los inversiones occidentales, particularmente en el campo petrolífero, para desarrollar económicamente Nigeria.
Si los socios extranjeros tuvieran que revisar a la bajo sus inversiones, sería una malísima noticia para Jonathan. A causa de su fuerte demografía, Nigeria necesita mantener un nivel de crecimiento económico sostenido para evitar una explosión social. En 2050, Nigeria podría estar más poblada que los Estados Unidos. El “gigante de África” contaría entonces con 300 millones de habitantes, más del doble de su población actual.
Boko Haram respaldado por las élites del Norte
El régimen de Goodluck Jonathan tiene tanta más dificultad a combatir Boko Haram cuanto que esta secta está mucho menos aislada de lo que parece. “Una parte de las élites del norte de Nigeria la sostiene bajo capa”, estima el universitario nigeriano Tunde Fatunde.
Dirigentes del partido septentrional del país no han aceptado la victoria de Goodluck Jonathan en las presidenciales. Consideran que después del reino de Olesegun Obasanjo (1999 a 2007), un cristiano del Sur, el puesto de presidente correspondía de derecho a un hombre del Norte durante dos mandatos de cinco años. Pero la suerte y la salud precaria de Yar Adua han decido lo contrario. De origen de la alta sociedad nordista, no pudo acabar su mandato. Murió el 2010, antes del fin de su mandato, y su vicepresidente Goodluck Jonathan consiguió imponer su candidatura a los jerarcas del People Democratic Party, en el poder.
Pero su ascensión a la presidencia sigue sin ser aceptada por una gran parte de los nordistas.
» Los sudistas ya poseen el poder económico. Si además se les da el poder político, ¿qué es lo que nos queda?», se pregunta Musa Bello, un alto funcionario de la región de Kano, capital económica del Norte de Nigeria.
En el curso de los últimos años, el foso no ha dejado de agrandarse entre el norte musulmán y el sur cristiano. A partir del año 2000, una aplicación estricta de la charia ha sido impuesta progresivamente en los doce estados del norte de de la Federación.
¿Una nueva guerra de religión?
Signo de los tiempos, desde el 11 de setiembre 2001 enfrentamientos sangrientos entre cristianos y musulmanes ha hecho centenares de muertos en Jos, ciudad del centro. Llamada la Ciudad de la Paz, Jos era hasta entonces la ciudad donde musulmanes y cristianos vivían en buena harmonía. Pero desde hace diez años, los ataques sangrientos se han multiplicado. El 29de agosto de 2011, nuevos afrontamientos entre cristianos y musulmanes han producido tres muertos.
“Desde entonces, hay barrios para cristianos y barrios para musulmanes. Las mezclas se hacen raras”, explica Alan, un profesor que constata que los conflictos a Jos han comenzado con la imposición de la charia en el Norte. “Los cristianos perseguidos en el Norte han venido a refugiarse a Jos. Tenían ganas de tomarse la revancha, y terminar con los musulmanes. Así es como todo ha comenzado. Y desde entonces el ciclo de violencia no se ha parado más”.
Millones de cristianos, principalmente comerciantes ibos, viven en el norte de Nigeria desde hace decenas de años. Pero Boko Haram ataca ahora a los que tienen bares en el norte. Los habitantes son asesinados por el solo hecho de su religión.
Un obispo anglicano del Sur acaba de amenazar a los musulmanes si estas exacciones continúan. Los cristianos, particularmente los evangélicos, suben de tono. Sus amenazas se toman en serio. A lo largo de los últimos años, pogroms anticristianos en el Norte han producido a veces pogroms musulmanes en el Sur.
En los años sesenta, progroms anticristianos en el Norte habían provocado éxodos masivos de los cristianos originarios del país ibo (sur-este de Nigeria). Estas persecuciones han sido una de las razones invocadas para justificar la secesión del Biafra (la del país ibo, muy mayoritariamente católico). La guerra de secesión arrojó la cifra de 3 millones de muertos entre 1967 y 1970.
¿Debemos temer una nueva guerra de religión entre el Norte musulmán y el Sur cristiano? A pesar de la virulencia de Boko Haram, Nigeria no está al borde del precipicio. Las élites nigerianas tendrían mucho que perder en caso de secesión. El país cuenta con más de 200 etnias diseminadas sobre todo el territorio de la Federación.
Especialmente en el Sur-Oeste, en el país yoruba, todas las religiones están presentes. Miembros de una misma familia pueden pertenecer a obediencias muy variadas. Así, el expresidente Olosegun Obasanjo (en el poder de 1999 a 2007) cambió varias veces de religión. Fue cristiano, antes de hacerse musulmán para optar después por la religión…baptista. Los cambios de rumbo religioso son moneda corriente en Nigeria. Pasó lo mismo con Moshood Abiola, que venció en las presidenciales de 1993.
Desde el momento que el maná del petróleo se encuentra en el Sur –que procura más del 90% de las divisas de Nigeria-, las élites del Norte no encuentran ningún interés a operar una secesión con el Sur. Pero una parte de ellos sin duda han ayudado a la emergencia de Boko Haram para poder oír su voz, la voz del Norte musulmán.
Esperemos que estas élites tengan los recursos necesarios para frenar y asfisiar la “máquina infernal” que ellos mismos han contribuido a crear. Que podrán poner fuera de combate a Boko Haram… antes de que Boko Haram destruya Nigeria.
0 comentarios