¿Se estudia la lengua española en África?, por Antonio Molina

31/03/2015 | Bitácora africana

Hace unas semanas, leía que Francia había decidido cerrar su Centro Cultural en Cabo Verde, archipiélago atlántico, ‘lusóparlante’, fronterizo a Senegal, donde una inmensa ‘colonia’ de caboverdeanos está instalada desde hace muchos años y gana la vida con toda suerte de trabajos, y habla francés ‘tropicalizado’ senegalés, como su portugués isleño.

Nos parece cosa natural, pues Dakar fue en tiempos de la colonización, la capital del África Occidental Francesa, la famosa A.O.F.

¿CÓMO ESTÁ EL ESPAÑOL EN ÁFRICA SUBSAHARIANA?

Parece que, como si respondieran a mi pregunta, el Instituto CERVANTES y Casa África han publicado un libro, cuyo título es ‘LA ENSEÑANZA DEL ESPAÑOL EN EL ÁFRICA SUBSAHARIANA’. Ojeando sus páginas, nos enteramos que nuestra lengua se enseña en Benín, Costa de Marfil, Senegal, Camerún y Gabón, que están clasificados entre los 12 países con más estudiantes de español en el mundo.

En otros muchos países se enseña el ESPAÑOL como segunda lengua extranjera, después del inglés. Sin embargo en los países ‘anglófonos’, se prefiere el español al francés, como primera lengua extranjera, pues nuestra ortografía es mucho más sencilla y somos menos rigurosos que los franceses para la pronunciación.

La conclusión del libro es: ”En relación al apoyo institucional que recibe, África subsahariana es la región del mundo con más estudiantes de español.” (Se trata de porcentajes de población y no de totales absolutos).

EVOLUCIÓN EN POCOS AÑOS

Yo recuerdo, que cuando llegué al Alto Volta en la década de los 70 del siglo pasado, El FRANCÉS lo dominaba TODO. Luego llegó Sankara y bautizó al país con BURKINA FASO, nombre que aún conserva.

Yo venía de Mozambique y me extrañaba verificar la cerrazón de algunos misioneros franceses. En Mozambique estábamos acostumbrados a convivir con el inglés de Suráfrica, Rodesias y Malaui. ¡Hasta conducíamos por la izquierda como los ingleses! Los primeros coches eran británicos.

En Burkina, los obispos mandaban a sus sacerdotes diocesanos a ‘graduarse’ en los CENTROS de FOMACIÓN de Francia: ‘L’Institut Catholique de Paris’ y otras facultades católicas como Lyón y Toulouse.
Desde hace un cuarto de siglo se ha operado un cambio de orientación. Numerosos sacerdotes diocesanos burkineses vienen a las Universidades Católicas españolas, al Instituto Superior de Pastoral, a la Universidad de la Mística de Ávila, a las universidades de Navarra y a la Pontificia de Salamanca… Hasta algunos seminarios diocesanos tienen becas para vocacionados africanos… Es cierto que la mentalidad evolucionó…

LA LENGUA FRANCESA FUERA DEL EXÁGONO

Según las últimas estadísticas, no cabe duda de que el INGLÉS es la ‘koiné’ del siglo XXI. Después, entre las lenguas occidentales, viene el español, gracias al aporte de Hispanoamérica. El francés sólo se mantiene en África occidental. En las demás regiones del mundo está disminuyendo.

El caso de Ruanda es emblemático: Colonizada por los belgas, el francés convivía con la lengua local el ‘kenya-ruanda’…Invadida y gobernada por los tutsis, hijos de los refugiados en Uganda, formados en el sistema militar inglés, se esfuerzan por eliminar poco a poco el francés en las ‘cosas’ oficiales. Hasta el año pasado los billetes llevaban las ‘leyendas’ en Inglés y francés, además de ‘kenyaruanda’. En la última emisión ya desapareció de los billetes la leyenda en francés. Es para decir, que la nueva generación, que aprende en las escuelas primarias en inglés, va a dejar caer el uso del francés a sus padres y abuelos, que prefieren la lengua nacional de los antepasados, el kenyaruanda.

Este caso nos muestra los vaivenes de las lenguas ‘francas’ según los poderes dominantes y la utilidad de las mismas para las relaciones humanas.

Autor

  • Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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