El pasado día 12 de octubre terminó en Marruecos un seminario sobre la pena de muerte, sin haber adoptado ninguna decisión sobre si debe ser abolida en el reino marroquí o no, pero en el mismo se admitió que había disputas y que se trata de un asunto problemático.
Organizado de manera conjunta por el Consejo Consultativo de los derechos humanos, CCDH, y por la Asociación Francesa “Juntos contra la Pena de Muerte”, ECPM, el seminario de Rabat pidió un debate objetivo sobre el asunto, considerando la sensibilidad, por estar intrínsecamente relacionado con la ley islámica. Los participantes de diversos países del mundo han declarado que sólo un debate “científico y desapasionado” podría clarificar este asunto fundamentalmente problemático.
Este ha sido el primer encuentro de este tipo en Marruecos, bajo los auspicios del CCDH.
A pesar de los abolicionistas, Marruecos de hecho continúa condenando a convictos a muerte, aunque después las sentencias no son llevadas a cabo. La última ejecución se produjo en 1993, cuando un comisario, acusado de violación y abuso de poder, fue condenado a muerte y ejecutado.
Según el CCDH, los tribunales del país han aprobado 350 sentencias de muerte desde su independencia, en 1956, de las cuales 211 han sido ejecutadas. Según esta organización de derechos humanos hay unas 150 personas consumiéndose en el corredor de la muerte.
La abolición de la pena de muerte en Marruecos sigue siendo un tema delicado, sin un consenso entre los abogados positivistas y los ulemas islamistas.
(African Press Agency, 14-10-08)