Desde hace unos años, la conciencia de que justicia, paz y ecología, son inseparables va aumentando. También la idea de que el cambio climático es un problema de justicia social y derechos humanos que concierne a toda la humanidad y requiere acciones globales urgentes. Desgraciadamente los países más desarrollados y más contaminantes siguen anteponiendo los intereses de unos pocos a la protección del medio ambiente. La encíclica del Papa Francisco “Laudato si”, nos recuerda todo lo que hay en juego con estas políticas y las consecuencias de nuestra forma de consumir, de explotar y contaminar el planeta, nuestra casa común.
La lectura de este documento me ha hecho recordar la preocupación y el compromiso de dos personalidades africanas por el medio ambiente: se trata de Wanhari Maathai, una mujer keniata, premio Nobel de la Paz en 2004, por haber “sembrado paz plantando árboles” y del presidente revolucionario Tomás Sankara, de Burkina Faso “que había hecho de la ecología uno de los ejes más importantes de su política interior”, como dice Fidel Kietenga (1).
Esta faceta de su vida es sin duda poco conocida y vale la pena recordarla en estos momentos, en los que Sankara vuelve a ser noticia. Después de muchos años de bloqueo judicial, el caso de su asesinato (en 1987) se abre por orden del Gobierno de Transición, formado en Burkina Faso, después de la revuelta popular de octubre 2014 que hizo huir al presidente Blaise Compaore, su compañero de revolución, instalado en el poder desde la muerte de Tomás Sankara.
El Presidente Sankara se implicó a fondo en la defensa del medio ambiente
En Burkina Faso, uno de los ejes más importantes de la política interior de la Revolución sankarista (4 de agosto de 1983 al 15 de octubre 1987) fue la ecología. Las palabras que pronunció en la Conferencia SILVA sobre el árbol y el bosque que tuvo lugar en París el año 1986, lo deja bien claro: “Sólo soy el humilde portavoz de un pueblo que rechaza verse morir por haber contemplado de forma pasiva la muerte de su medioambiente natural”.
Sankara es consciente de la parte de responsabilidad del hombre en la degradación del medio ambiente y también de su capacidad para protegerlo: Con el lenguaje incisivo y provocador que lo caracterizaba denunció: “El pillaje colonialista ha diezmado nuestros bosques sin la menor idea de reemplazarlos para nuestro porvenir”. Sugiere cambios en las políticas de ayuda al desarrollo inadaptadas e interesadas: “Las conciencias conmovidas, sinceras y loables de los múltiples foros e instituciones, no podrán hacer que el Sahel vuelva a reverdecer en tanto no haya dinero para perforar pozos de agua potable de unos 100 metros, ¡mientras que sobra para perforar pozos petroleros de 3 mil metros!”.
Tomás Sankara afirma no estar contra el progreso pero encuentra razonable y justo que “el 1 por ciento de las colosales sumas de dinero que se sacrifican en la búsqueda de la cohabitación con otros astros se utilice para financiar de forma compensatoria proyectos de lucha para salvar los árboles y la vida”. (2)
Los que vivimos esta etapa de la historia en Burkina Faso no podemos olvidar el empeño del Presidente por salvar el medioambiente y las acciones emprendidas para movilizar e implicar al pueblo en esta lucha por regenerarlo y protegerlo. En un artículo escrito el 15 de octubre de 2012, en el XXV aniversarios del asesinato de Sankara, Maurice Oudet (3) recuerda y resume una serie de acciones innovadoras que muestran el compromiso de Sankara a favor del medio ambiente y de la ecología:
• Las tres luchas contra: la deforestación abusiva, la quema de rastrojos y la trashumancia no planificada.
• El desarrollo de los reflejos medioambientales desde la escuela.
• El principio: “un pueblo, un bosque”.
• La generalización de fogones mejorados.
• La cogida popular de simientes forestales.
• La creación sistemática de viveros en las aldeas.
• La creación del Ministerio del Agua.
• El regalo simbólico de un fogón económico y de un árbol a cada pareja de recién casados.
La política de las tres luchas, a nivel nacional fue una decisión para erradicar tres causas importantes de deforestación y degradación del suelo debida a la acción de los hombres. Para terminar con el corte abusivo de árboles para combustible doméstico, se organiza el corte y comercialización de la leña. Se delimitan zonas destinadas a cortarla, se impone la obligación de reemplazar los árboles cortados. Los comerciantes de madera necesitan tener un carné que los acredite como tales. Para evitar los daños que el ganado suelto causa al medioambiente, se penaliza la trashumancia de animales y se regula la ganadería extensiva. La quema de rastrojos abusiva e incontrolada es severamente sancionada y la plantación de árboles formaba parte de las sanciones infligidas.
Junto a las medidas tomadas para preservar el medio ambiente se toman otras para educar, concienciar e implicar a la población para que se comprometa en las campañas de plantación de árboles. Se adoptó el eslogan 8000 pueblos, 8000 bosques y empezó a ponerse en práctica. Para que los niños crecieran con reflejos de protección al medioambiente, en cada escuela se planta un pequeño bosque y vivero que los niños tendrían que cuidar.
La revolución ecológica quedó truncada con el asesinato de Tomás Sankara, pero su legado sigue vivo en el mensaje que dejó y puede inspirar a los burkineses preocupados por la seguridad y la soberanía alimentaria, y dispuestos a dar un nuevo rumbo al país.
Esperemos que las turbulencias que estas últimas semanas atraviesa Burkina Faso, que crean inquietud e incertidumbre, no pongan en peligro la Transición que debe conducir a las próximas elecciones presidenciales dentro de tres meses y a una nueva etapa de la historia del país.
¡Ojalá, el Regimiento de la Guardia Presidencial oiga la voz del pueblo! Ese pueblo que hizo huir en pocas horas a un poder que quería perpetuarse y que ahora pide al RGP que termine con un comportamiento irresponsable.
Kafando, Presidente de la Transición, ha reunido un Comité de Sabios para mediar en la crisis creada por militares del RGP, que quieren que sean retirados todos sus militares de los órganos de transición. El Comité propone que no se hagan cambios a pocos meses de las elecciones y que se busque después de ellas una solución definitiva para el RGP.
Paquita Reche, mnsda
Notas:
(1) Comunicación de Fidel Kientega durante el seminario en memoria de Sankara en 2009-“Sankarisme et environement”
(2) Revista Carrefour africain, del 14 de febrero de 1986, publicada en Ouagadougou y Versión dígital en castellano: thomasankara.com, 22 de noviembre, 2009.
(3) http://www.abcburkina.net/fr/nos-dossiers/vu-au-sud-vu-du-sud/873-460-thomas-sankara-et-la-sauvegarde-de-lenvironnement