Las elecciones de Tanzania se celebraron dentro de un contexto político de revueltas y manifestaciones a causa de que “los principales partidos de la oposición no participaron en la contienda”, lo que ha generado grandes dudas sobre el pluralismo en el proceso electoral y su validez.
Samia Suluhu Hassan, la primera mujer presidenta de Tanzania, era la favorita tras la descalificación de los candidatos de los principales partidos de la oposición, en particular Tundu Lissu, del Partido de la Democracia y el Desarrollo, abreviado como CHADEMA, quien aboga por un fuerte activismo contra el gobierno y a favor de los derechos humanos. Otro partido cuyo candidato fue apartado de la carrera electoral ha sido la Alianza por el Cambio y la Transparencia ACT-Wazalendo, una organización progresista que está incrementando su presencia en el panorama político desde su fundación en 2014.
Según el Alto Comisariado de los derechos del hombre de las Naciones Unidas, al menos “diez personas han sido asesinadas”, aunque la oposición indica que hay “una cifra de muertos mucho mayor, informando de varios cientos de fallecidos”. La presidenta que negó el uso de “fuerza excesiva”, impuso durante las elecciones un toque de queda y restringió el acceso a internet.
La ONU ha demandado que se hagan investigaciones de los hechos, y los ministros de Asuntos Exteriores países como Canadá, Noruega o Gran Bretaña han solicitado la “máxima moderación» y que se «respeten el derecho de reunión y la libertad de opinión”.
Fuentes: APANews – AlJazeera – Progressive International
[CIDAF-UCM]
