Salva Rodríguez era profesor de Educación Física en un instituto de Granada. En vacaciones había viajado a algunos países en los que tuvo ganas de quedarse. Harto del viaje de ida y vuelta, en enero de 2006 se subió a una bicicleta y se fue a África, en principio para pasar un par de años. Después de 800 días dando pedales no quiso volver a casa y se fue a cruzar Asia. Llegó hasta Siberia y Japón para pasar hacia Alaska. Ahora se encuentra en Colombia. Ha escrito el libro “África. Un viaje de cuento”.
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Antes de iniciar su periplo africano, Salva Rodríguez (Granada, 1971) había hecho numerosos viajes en bicicleta, por ejemplo por Polonia o Venezuela. Incluso en su época de estudiante dio la vuelta a España con muy poco presupuesto. Cansado de que se repitiera el ciclo trabajo y vacaciones y abotargado de tanto confort, optó por romper amarras y hacer un viaje por África que calculó en dos años.
Rodó en la bicicleta por Marruecos hasta Sudáfrica y vuelta por la costa del Indico hacia Egipto. Fueron más de 42.007 kilómetros en los que luchó contra el desierto, el barro, los mosquitos, la pobreza, las piedras y hasta los animales salvajes. Cada frontera representó un choque cultural, disfrutó de los mercados, de la vida en la calle, las ceremonias tradicionales, las visitas a los jefes locales para pedir permiso y poner la tienda en los poblados. Gastó seis pares de cubiertas, reparó 138 pinchazos, consumió unos 200 kilos de arroz. Se bañó en las cataratas Victoria y un elefante le quiso pasar por encima en la región de Turkana en Kenia.
Como la libertad que ofrece el viaje es como una droga adictiva, Salva no quiso volver a Granada sino continuar por Asia con la idea de llegar como próxima meta a Japón.
Por Asica incluso estuvo en Afganistán. En India estuvo cinco meses. Por motivo de los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008 tuvo problemas para entrar a China. Cuando obtuvo el permiso fue hasta el Tíbet Oriental, pasó a Mongolia y Siberia, en donde le intentaron asaltar. En Vladivostok se embarcó hacia Japón y de ahí navegó hacia la costa del Ártico hasta desembarcar en Alaska, a donde llegó en mayo de 2011.
Ahora baja por todo el continente americano y se encuentra en Medellín.
Salva Rodríguez se ha encontrado en cinco ocasiones con Álvaro Neil, “Biciclown”. El trotamundos asturiano escribe en el libro “África. Un viaje de cuento” : “De todos los viajeros en bici que me he ido encontrando por el camino desde al año 2001, Salva es uno de los más carismáticos y entrañables. Cuando le conocí en una carretera del norte de Irán ni llevaba ordenador, ni tenía un blog, ni siquiera perdía tiempo mirando el correo electrónico. Y ahora resulta que ha escrito un libro. Los que hemos compartido con él terribles vientos de cara, lujosos hoteles en Bali y cielos virginales en Mongolia, hemos disfrutado de su sarcasmo andaluz y de sus habilidades mecánicas. Salva es uno de los últimos románticos, defensor a ultranza de “si aun funciona para que lo voy a cambiar” que diría nuestro amigo Ken Shane. Este libro es mucho más que unas páginas con aventuras africanas. Es un regalo del autor que ha dedicado un enorme esfuerzo a ordenar y adornar sus grandes historias, para que las personas que nunca compartirán con él las brasas de una hoguera, puedan viajar y descubrir que hay vida más allá de la oficina. Cuando lo termines de leer comprenderás lo que te digo. Ahora sumérgete en su mundo de poesía y sin razón.” (Álvaro Neil, el Biciclown).
Conectamos en el programa de Radio Euskadi “Levando Anclas” con Medellín para hablar con Salva Rodríguez el 7 de octubre de 2012. Se encuentra en la Casa del Ciclista de Manuel y Marta.
Tenemos muchas ganas de comunicarnos con él por los comentarios que nos había hecho Álvaro Neil y Aitor e Iñigo de Cicloterapy.
Para pedir el libro: http://www.paquebote.com/9788461577477/http://www.paquebote.com/verboletin.php?dia=22&mes=04&ano=2012www.unviajedecuento.weebly.com
A Salva Rodríguez le gusta ver el mundo con ingenuidad, de color rosa. Ha escrito:
“Recorrer países en bicicleta permite hacer algo grande desde una fragilidad estremecedora, independiente y con una dependencia absoluta de los demás. Sencillamente, yo no habría llegado hasta aquí si no fuera porque la gente de este mundo es, mayoritariamente, buena”.
Puedes escuchar el audio del programa: http://www.eitb.com/es/audios/detalle/965869/levando-anclas-7-octubre–salva-rodriguez-viaje-cuento/
Original en : El Blog de Roge