Salmodiar el Corán

14/10/2020 | Opinión

Como gesto ecuménico, el 6 de enero de 2017, fiesta de la Epifanía, se escuchó en la catedral episcopaliana de Santa María en Glasgow, Escocia, la salmodia de la sura 19 del Corán, “María”. En ella se escucha el anuncio a Zacarías; la misión de Juan; el anuncio de Gabriel a María, que pregunta cómo es eso posible puesto que “no me ha tocado un mortal y no soy una mujer disoluta”; el nacimiento de Jesús y la misión de éste, “Dios me ha dado el Libro y me ha hecho Profeta”. Los detalles no coinciden con los de los evangelios cristianos (A María “le llegaron los dolores de parto junto al tronco de la palmera”), y el versículo 35 refleja claramente cómo el Islam considera a Jesús: “Este es Jesús, hijo de María, Verbo de la Verdad, sobre el cual discuten los cristianos. Dios no tiene por qué adoptar un hijo”. Fue esto último lo que hizo que, apelando a la reciprocidad, otros miembros de la Iglesia Episcopaliana mostraran su desacuerdo con que se hubiera salmodiado el Corán en la catedral: “A mis amigos musulmanes no les gustaría que se proclamara en su mezquita el primer capítulo de Juan que afirma que Jesús es Dios”, declaró el Reverendo David McCarthy, rector de la iglesia de San Tomás en Corstorphine, Edimburgo. La invitada a salmodiar la sura 19 fue Madinah Javed, joven abogada escocesa, defensora de los derechos humanos, en especial de las mujeres, premio “Joven Embajadora de la Paz 2017”, activa en varias oenegés, así como voluntaria desde 2013 de “Andalus”, un proyecto de ayuda humanitaria en Glasgow. Madinah lanzó en 2017 #FemaleReciters, para que se escuche en público la voz de las mujeres musulmanas y su contribución a la espiritualidad en el Islam. Y el pasado 9 de octubre, ha iniciado por medio de “Zoom” un club de salmodia del Corán.

Madinah Javed nada contra corriente. En 2003, un musulmán canadiense, preocupado porque habían llegado de Indonesia recitadores del Corán entre los que se encontraba una mujer, escribió a Islamweb.net. En su respuesta, el sitio web explicó que, ya de entrada, si la recitadora indonesia había viajado sin su “mahram” (padre, hermano, tío, sobrino… un pariente tan cercano que no se tiene el derecho a anne_soupa_portada_revista.jpgcasarse con él), tendría que arrepentirse por haber cometido “haram” (algo prohibido, pecado). En cuanto a salmodiar el Corán en voz alta, una mujer sólo lo podía hacer en un grupo compuesto exclusivamente de mujeres, o en la intimidad de su familia. Islamweb.net citaba como argumento al imam al-Shaf’i (767-820) considerado el fundador de la jurisprudencia islámica: “No es conveniente que una mujer rece en voz alta en presencia de hombres de fuera [no mahram], por miedo a la tentación”. Respuesta semejante recibió en 2007 una musulmana que preguntaba por qué la mujer debe siempre recitar la oración en voz baja, mientras que es obligatorio para el hombre recitar algunas oraciones en voz alta. Y en el sitio francés Salafislam.fr, ésta fue la respuesta de Sheikh Al ‘Uthaymin: “El hombre y la mujer son iguales en lo que concierne a la recitación de las invocaciones y el Corán, excepto cuando ello puede conducir a la tentación, como puede ser el hecho de elevar la voz cerca de los hombres, o casos similares… Por ello la mujer no debe recitar en voz alta cuando hay hombres alrededor”.

Madinah Javed es una excepción. ¿Es también una pionera? “En todas partes se cuecen habas”, decimos en castellano. La situación de Madinah Javed me recuerda a la de la teóloga católica francesa de 73 años Anne Soupa. Reaccionando a una frase del arzobispo de Paris, “No basta con vestir una falda, hay que también tener algo en la cabeza”, Soupa y la periodista Christine Pedotti escribieron en 2010 “Les pieds dans le bénitier” (Los pies en la pila), defendiendo con mucho humor la participación de los laicos, en especial las mujeres, en las actividades y dirección de la Iglesia. Este año Anne Soupa ha presentado su candidatura a suceder al cardenal Barbarin como arzobispo de Lyon. “Soy laica, como todos, y casada. Y creo que imaginar otro tipo de obispo es muy liberador”. Aún a sabiendas de que piden algo por ahora imposible, conocidos católicos se han adherido a la campaña en favor de Anne Soupa. En cuanto a los ideales de Madinah Javed, ya en junio de 2017, un artículo de Fundación Sur, “Tres musulmanas pioneras”, mencionó la inauguración en Berlín de la mezquita “Ibn Rushd-Goethe”, fundada por Seyran Ates, así como la creación en 2007 por Ani Zonneveld de la comunidad “Musulmanes con Valores Progresistas”, en la que Ani actúa como imam. El pasado 7 de enero, Aniqah Choudhri escribía en The New Arab (sitio web basado en Londres): “Al escuchar a Madinah Javed salmodiar ‘El brillo matinal’ (sura 93) lloré conmovida. Hasta entonces no me había dado cuenta de cómo había esperado ese momento toda mi vida, yo que durante treinta años había escuchado el Corán recitado sólo por hombres, como si no se pudiera esperar otra cosa… Acto seguido busqué en internet otras salmodias cantadas por mujeres y encontré el Adhan (Llamada a la oración) salmodiado por la mesosoprano Mai Kamal. Se dice que el Adhan es para los musulmanes el sonido más bello. Pero a mí me dejaba indiferente hasta que la voz de Kamal me hizo comprender que mi problema no tenía que ver con el Adhan sino que no podía aceptar que nunca lo salmodiara una mujer”.

El canadiense que preguntó a Islamweb si una mujer podía salmodiar en público el Corán, lo hizo porque había encontrado una musulmana indonesia que lo hacía. El 11 de junio de 2011, The Muslim Times, diario en inglés publicado en Dhaka (Bangladés), anunciaba la próxima difusión televisiva de “Solehah” (mujer piadosa), un concurso para jóvenes musulmanas en el que se decidía cuál de ellas predicaba mejor, con lo que se intentaba hacer evolucionar las mentalidad respecto al rol de la mujer en Islam. El pasado 4 de octubre, ese mismo diario titulaba: “El que las mujeres salmodien el Corán forma parte del legado Islámico”. Y en subtítulo: “The Muslim Times tiene la mejor colección de artículos sobre el santo Corán y los derechos de las mujeres musulmanas”. Respecto al mundo árabe en el que nació el Islam, Indonesia se encuentra en la “periferia”. También son periferia las mujeres. Y, como en otras religiones y culturas, incluida la católica, suele ser las que más contribuye a la hora de cambiar y evolucionar.

Ramón Echeverría

Fuente imagen: Golias Hebdo nº 627

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[Fundación Sur]


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Autor

  • Investigador del CIDAF-UCM. A José Ramón siempre le han atraído el mestizaje, la alteridad, la periferia, la lejanía… Un poco las tiene en la sangre. Nacido en Pamplona en 1942, su madre era montañesa de Ochagavía. Su padre en cambio, aunque proveniente de Adiós, nació en Chillán, en Chile, donde el abuelo, emigrante, se había casado con una chica hija de irlandés y de india mapuche. A los cuatro años ingresó en el colegio de los Escolapios de Pamplona. Al terminar el bachiller entró en el seminario diocesano donde cursó filosofía, en una época en la que allí florecía el espíritu misionero. De sus compañeros de seminario, dos se fueron misioneros de Burgos, otros dos entraron en la HOCSA para América Latina, uno marchó como capellán de emigrantes a Alemania y cuatro, entre ellos José Ramón, entraron en los Padres Blancos. De los Padres Blancos, según dice Ramón, lo que más le atraía eran su especialización africana y el que trabajasen siempre en equipos internacionales.

    Ha pasado 15 años en África Oriental, enseñando y colaborando con las iglesias locales. De esa época data el trabajo del que más orgulloso se siente, un pequeño texto de 25 páginas en swahili, “Miwani ya kusomea Biblia”, traducido más tarde al francés y al castellano, “Gafas con las que leer la Biblia”.

    Entre 1986 y 1992 dirigió el Centro de Información y documentación Africana (CIDAF), actual Fundación Sur, Haciendo de obligación devoción, aprovechó para viajar por África, dando charlas, cursos de Biblia y ejercicios espirituales, pero sobre todo asimilando el hecho innegable de que África son muchas “Áfricas”… Una vez terminada su estancia en Madrid, vivió en Túnez y en el Magreb hasta julio del 2015. “Como somos pocos”, dice José Ramón, “nos toca llevar varios sombreros”. Dirigió el Institut de Belles Lettres Arabes (IBLA), fue vicario general durante 11 años, y párroco casi todo el tiempo. El mestizaje como esperanza de futuro y la intimidad de una comunidad cristiana minoritaria son las mejores impresiones de esa época.

    Es colaboradorm de “Villa Teresita”, en Pamplona, dando clases de castellano a un grupo de africanas y participa en el programa de formación de "Capuchinos Pamplona".

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