Sabiduría africana : La mediación: expresion de sabiduría ancestral, por Paquita Reche, mnsda

17/02/2012 | Bitácora africana

Si nos aproximamos a un poblado bobo-madaré, del Oeste de Burkina Faso podemos ver cómo la mediación tradicional es una práctica viva y corriente, empleada para resolver conflictos comunitarios, en el interior de las familias o entre individuos. Allí, se practican dos tipos de mediación: la mediación comunitaria y la mediación privada.

La mediación comunitaria tiene dos funciones: obtener la bendición de Dios y de los espíritus y ofrecer reparación. La primera se realiza cada año antes de la cosecha. Los Ancianos imploran la bendición para que el Do, espíritu fundador del poblado, considerado mediador entre Dios y los hombres, renueve la comunidad en su origen, costumbres y solidaridad. Los saludos que se intercambian ese día entre las familias muestran el deseo de reconciliación entre los responsables y el resto de la comunidad.

La mediación comunitaria reparadora va unida al pacto que une a los espíritus comunitarios, que exigen comunión y respeto por la naturaleza. El hombre puede usar de ella para vivir, pero con respeto y sin abusar. Es responsable de ella, tiene que protegerla y conservarla para las generaciones futuras.

La mediación comunitaria se emplea también para aproximar a las familias, a los poblados vecinos o a los responsables del poblado con el resto de la comunidad.

La mediación privada se practica a nivel de cada familia. Cuando la mediación interna fracasa, se hace intervenir a los “dueños” del perdón: jefes de tierra, griots o herreros. Dotados del saber intelectual, vehiculazo por la tradición oral, y del saber hacer técnico. Trovadores o “griots” y herreros. Son importantes mediadores entre familias o individuos cuando surge un conflicto.

Rituales codificados restablecen los lazos rotos, los refuerzan, reintegran en la comunidad y la recrean, permite al hombre ser y estar, en una palabra vivir, ya que, sin los otros no puede vivir. Como dice la tradición oral: “El hombre sólo está rodeado de vacío”. “¿Qué puedo hacer sin los otros hombres? ¡Al llegar aquí abajo estaba en sus manos, cuando me marche de aquí estaré en sus manos!”. Existir, para el hombre africano, es estar con los otros, vivir en armonía. “El hombre sin los otros es como un árbol sin raíces”.

La mediación intenta poner de acuerdo dos partes en conflicto por el diálogo Cada parte del conflicto puede exponer sin ser interrumpida las razones del desacuerdo. Las partes en conflicto reconocen su culpa y los daños causados, expresan su deseo de reconciliación y reparación.

En el ritual el agua es un elemento esencial, para apaciguar a los antepasados y a otros espíritus ofendidos por la ruptura de la unión que pone en peligro la vida del poblado. La reconciliación termina generalmente con una comida precedida de saludos, bendiciones: “Que nuestra manos y nuestros corazones se acerquen, para que unidos al pasado esto nos lleve hasta el futuro”.

En la recomposición del tejido social desgarrado, el África tradicional contaba con una tradición milenaria de mediación, que ha permitido mantener la cohesión social de muchas comunidades.

Para resolver conflictos en la sociedad civil moderna, se han constituido desde hace años, con mayor o menor fortuna, comisiones de “Verdad y Reconciliación”, “Consejos de Sabios” y otros mecanismos inspirándose en la mediación tradicional. A veces, se han implicado en esos procesos, autoridades religiosas o tradicionales, como por ejemplo, en África del Oeste, el conflicto tuareg de Mali o las huelgas del personal de la salud en Burkina Faso.

Frente a las carencias y límites de estas iniciativas, el historiador Bruno Sanou, convencido de la sabiduría que encierra la práctica de la mediación tradicional, invita a etnólogos, sociólogos, historiadores y filósofos africanos a investigar a fondo los resortes internos de la práctica tradicional de la mediación viva en algunas sociedades.

A finales del siglo pasado, siglo que vio tantos conflictos y estuvo marcado por la violencia de tantas guerras, surgió la preocupación de educar para la paz y de crear una cultura de paz. La UNESCO la universalizó proclamando, el 2000, “Año Mundial de la Cultura por la Paz”. Al mismo tiempo, se desarrolló un nuevo interés por la mediación, como medio de alcanzar una paz duradera y estable, muy distinta de la impuesta por las armas. El concepto de la mediación, en su sentido más extenso, se refiere a la actividad que tiene por objeto conciliar personas o grupos en desacuerdo. La palabra latina, “medicini”, de la que procede, significa medio, centro. Nos dice que la mediación hace volver al centro, a lo esencial porque restablece la armonía.

Hoy, se habla mucho de mediación en distintos ámbitos y situaciones conflictivas de diverso orden entre individuos o grupos y países. Surgen y se profesionalizan nuevas figuras: las de los Mediadores.

Después de la formación de la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, al final del apartheid en Sudáfrica, otras Comisiones se han constituido en algunos países africanos, para sanar la memoria y reconciliar los grupos que estuvieron enfrentados, como en: Liberia y Costa de Marfil, donde los procesos están en curso. Estos procesos tienen mucho que aprender de la sabiduría encerrada en ese elemento esencial de la cultura africana que es la mediación. Por supuesto, no se trata de rescatarla y aplicarla sin más a las sociedades modernas, sino descubrir en ellas valores universales y permanentes, siempre que eliminen desviaciones que se opongan a las conquistas éticas formuladas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y rompan barreras tribales

Autor

  • Nació en Chirivel (Almería). Estudió Magisterio en Almería, Licenciaturas de Pedagogía y de Filosofía, en la Complutense de Madrid.

    Llegó por primera vez a Africa en 1958 (a Argelia): después estuvo en Ruanda, Guinea Ecuatorial y desde el 1975 en Burkina Faso.

    En África trabajó como profesora en el Instituto Catequético Lumen Vitae de Butare, Profesora de enseñanza secundaria de español y filosofía; Universidad Popular (filosofia). También ha colaborado con Asociaciones de mujeres y con niños de la calle en Burkina Faso.

    Está en España desde 2004, actualmente, en Logroño. Colabora con la revista de los misioneros de África "Africana", Los Comités de Solidaridad con África Negra y con Rioja Acoge.

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