En África se observa actualmente lo que podemos llamar una “subida en potencia” de Rusia. Se trata de una curiosa seducción que realiza maravillosamente Vladimir Putin y su gobierno hacia los países africanos. Y, lo poco que podemos decir es que, esto funciona. La milicia privada Wagner ya está presente de modo significativo y eficaz en varios países africanos.
Desde luego, se observa un desamor abierto de los pueblos africanos hacia sus ex-colonizadores. Al quien, peor se le está cayendo encima este desafecto, es Francia. Muchos lideres de opinión[i], y yo estoy de acuerdo con ellos, denuncian con contundencia la nebulosa mafiosa “Francia-África”. En algunos países se “predica” abiertamente el llamado “resentimiento anti-francés”. Los jóvenes africanos se permiten saquear embajadas francesas con un eslogan prescriptivo: “FRANCE-DEHORS”, «Francia, fuera». ¿Como ha sido posible llegar a esta situación?
En estas pocas líneas, empezaré por echar una mirada africana sobre la situación geopolítica mundial actual, luego daré algunos motivos del desencanto de los africanos hacia el Occidente; terminaré apuntando algunas razones por las que Rusia cae bien a los africanos.
1) Una mirada africana al escenario geopolítico mundial actual
Cuando cayó el muro de Berlín en 1989, marcando el fin de la Guerra Fría, la idea de los “vencedores” era que Rusia tenía que desaparecer. El mundo occidental, capitalista y neoliberal declaro una guerra encubierta contra Rusia. El Occidente se empeñó en impedir a Rusia avanzar en los sectores de la tecnología, la agricultura, la industria, etc. Con lo cual, la OTAN viene elaborando estrategias de contención contra Rusia desde ya casi 30 años.
Hemos visto una obsesión casi patológica de los EE. UU. para colocarse como la nación más potente del mundo. Esto se podría comprobar en la cinematografía difundida por Hollywood. Se propagaban películas donde unos “malos rusos” complotaban contra los “buenos americanos” y, siempre, el plan de los “malos y tontos” quedaba disuelto por los “buenos e inteligentes”.
Cuando, el 24 de febrero de 2022, Rusia empezó su “Operación militar especial” en Ucrania, era evidente para mucha gente que había que posicionarse inmediatamente en favor de Ucrania y demonizar a Rusia. Pero, eso fue sin contar con el que la opinión popular no tiene amnesia histórica para olvidar que: en 2001 en Afganistán, la OTAN participó en una “guerra de chivos expiatorios” en represalia por los ataques del 11 de septiembre de 2011 en los Estados Unidos; en 2003, los EE. UU. hicieron una agresión con mayor violencia en Irak; en 2010, en Costa de Marfil, el ejército francés bombardeo el palacio presidencial para hacer prisionero a Laurent Gbagbo, un presidente en funciones; en 2011, la OTAN mató a Gadafi en Libia desestabilizando a toda la zona hasta el día de hoy.
Con la guerra actual en Ucrania, se ve que Occidente está atrapado en su propia trampa, en su rusofobia que se ha convertido en algo puramente irracional. Los países de la OTAN piensan ganar la guerra minimizando la fuerza de ataque de Rusia en los debates de televisión y alentando de forma perversa a Ucrania a continuar la guerra. Mientras tanto Rusia va aplastando a los ucranianos sobre el terreno. Se ve el narcisismo de los líderes occidentales que han llegado a una incapacidad de ser honesto: ni entre sus propios países, ni hacia Ucrania ni hacia Rusia.
2) Motivos legítimos de una ruptura afectiva de África hacia Occidente
Los motivos que justifican hoy el desamor de los africanos a Occidente son varios. El Occidente, para evitar su declive económico y geopolítico, viene organizando una “estrategia del caos” o un “caos controlado” en varias partes del mundo, incluso en África. Por una complicidad activa de esos países, África se había establecido como el continente más marginado en el proyecto de un nuevo orden mundial.
Le viene bien a Occidente mantener África en una fragilidad estructural. Ya sabemos que la desestabilización de África forma parte de los requisitos necesarios para la explotación de los recursos africanos por los occidentales. Por varios mecanismos, se fomenta una estrategia del sostenimiento del retraso de África. Esto empezó por armar las rebeldías e instigar golpes de Estados. Luego vino el apoyo de grupos terroristas; sabiendo que los frágiles Estados africanos no pueden vencer en esas situaciones, se les impone misiones de Naciones Unidas, supuestamente para restablecer la paz. Al contrario, crece la inseguridad en los países africanos y, mientras tanto, los países occidentales instituyen un sistema imperialista de saqueo de las riquezas africanas. Es lo que algunos llaman el “capitalismo del desastre”.
A todo esto, se puede añadir:
- Las políticas migratorias del “afro-rechazo” y de la “negro-fobia” que se fomentan en los países occidentales.
- La pérdida de los valores morales en Occidente y la exhibición de algunos vicios totalmente contrarios con la cosmovisión de los africanos.
- La discriminación ya insostenible de los países africanos en los organismos internacionales tal como el Consejo de seguridad de la ONU.
Sin embargo, se observa en esos últimos decenios que el mundo unipolar regido por la hegemonía de Occidente encabezado por EE.UU., seguramente, ya se va quedando atrás. Con lo cual, soy de los que piensan que los africanos, ya debemos salir de la relación dominador/dominado con Occidente.
3) De Occidente-África a Rusia-África
Escucho a muchos europeos que nos aconsejan tener cuidado con Rusia y China. Esos consejos, para mí, son casi insultantes y llevan en si la actitud paternalista y colonizadora con la que vienen actuando los europeos hacia nosotros. No sé qué diablo hace pensar a los europeos que son ellos los que nos tienen que decir con quien tratar. Es como si no tuviéramos: ni la inteligencia suficiente para saber lo que es bueno para nosotros, ni el derecho a decidir por nosotros mismos lo que debemos hacer.
Como siempre, Occidente, en su postura de prepotencia, piensa que sus males tienen que ser los males del planeta. Por eso quiere que su rusofobia se contagie a nosotros los africanos. Pues, muchos africanos piensan actualmente que Rusia es la potencia con la que debemos tratar a nivel internacional. Voy a dar unas razones objetivas y evidentes de por qué África tiene que desvincularse de la dependencia mortífera de Occidente y apostar por Rusia.
La primera razón es de la verdad histórica. En la historia, Rusia no ha participado ni a la esclavitud del pueblo negro, ni a la colonización de África. Es el Occidente, desde el siglo XVII que viene perpetrando la pauperización de África. En la relación de África con Occidente, África siempre ha sido explotada, ridiculizada y desilusionada. Según la regla de las consecuencias de las causas inducidas, eso ha generado desconfianza y escepticismo en la mayoría de los africanos sensatos. El pasivo de esta desconfianza pesa tanto que los africanos ya no creemos en ninguna buena intención de los occidentales hacia nosotros. Lo denunció últimamente el presidente de la Conferencia episcopal de Costa de Marfil: “las independencias bajo vigilancia, la soberanía confiscada, los contratos coloniales “Francia-África” (…) los gobiernos marionetas sin capacidad de decisión con una legitimidad a veces importada.”[ii]
La segunda razón es de lealtad. Durante la época de la lucha para las independencias políticas, la Unión Soviética apoyo, ideológicamente y militarmente, a muchos movimientos nacionalistas en varios países africanos. Pues, tal como los soviéticos nos ayudaron a conquistar las independencias de nuestros países contra los colonizadores, es lógico y leal que nos fiemos también de ellos, hoy, para ganar nuestra soberanía contra los mismos colonizadores de siempre.
Occidente viene fomentando hacia África una cultura de la desesperanza, de la guerra y de la muerte. La prueba son las reglamentaciones contra la inmigración de los africanos cada vez más inhumanas. Mientras tanto, se practica alegremente la expoliación de los recursos naturales de los países africanos por las empresas multinacionales que sostienen los países de Occidente. La llamada “ayuda al desarrollo” de los países africanos lleva condiciones injustas caracterizadas por la acumulación de la deuda. Ese sistema trae varias formas de depredación económica. El Papa Francisco lo denunciaba en su último viaje en la República Democrática del Congo: “El veneno de la avaricia ha ensangrentado sus diamantes. Es un drama ante el cual el mundo económicamente más avanzado suele cerrar los ojos, los oídos y la boca.”[iii]
La tercera razón es de la eficacia pragmática. Actualmente, Rusia es la nación que expone la potencia militar más eficiente en el mundo. A todos los niveles, es Rusia que dicta sus reglas en la geopolítica internacional. Desde luego, los africanos comprometidos en la dinámica de liberarse del yugo del Occidente, ya no vemos ningún interés en seguir tratando con Occidente. En varias circunstancias, Rusia ha permitido plantear a Occidente sus propias contradicciones en la cara. Se ha revelado en muchas ocasiones que Occidente ha fundamentado sus relaciones con África sobre la mentira. El apoyo militar ruso es muy importante para nosotros porque hoy, para vivir en paz y en libertad, hay que garantizar las medidas de seguridad.
La cuarta razón es cultural. Las sociedades africanas están organizadas todavía sobre modelos culturales ancestrales y, funcionan muy bien. Mientras que Occidente está pasando por una profunda crisis cultural e identitaria. Ya Occidente no hace soñar a los africanos en término de valores morales. La inmoralidad se vive abiertamente. Algunos vicios tal como la zoofilia se permiten por leyes. El cardenal Robert Sarah compara Occidente a un árbol gigante que ya no tiene raíces y que está a punto de colapsar. Es curioso ver que Vladimir Putin es el único líder que puede permitirse defender abiertamente la forma y los valores tradicionales de la familia tal como lo contemplan los africanos. Por eso los africanos, que rechazan las perversidades de las sociedades neoliberales piensan que África se puede entender mejor con Rusia.
Conclusión: Con África, hacia un mundo multipolar
Termino estas líneas apuntando unas consideraciones necesarias para que África no se quede atrás en la dinámica, ya lanzada, de un mundo multipolar:
- Soberanía incondicional de los africanos sobres sus recursos naturales
- Diversificación de los socios y respeto mutuo en las relaciones comerciales
- El principio del interés patriótico en la administración de los países
- La iglesia cristiana tiene que pasar de una “Iglesia en África” a una “Iglesia de África”
“Que África, la sonrisa y la esperanza del mundo, adquiera más importancia; que se hable más de ella, que tenga más peso y representación entre las naciones.”[iv]
Cyprien Melibi Melibi
Notas:
- [i] Cf. Kemi SEBA, Nathalie YAMB y Franklin NYAMSI WA KAMERUN.
- [ii] Mons. Marcellin YAO KOADIO, Homilía de la misa de fin de la asamblea de la CECCI, (04/06/2023).
- [iii] FRANCISCO, Discurso del encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático (Palacio de la Nación, Kinsasa, 31/01/2023).
- [iv] FRANCISCO, Idem.
