Ruanda se está tragando lo suyo (o por qué debería leer No Molestar)

23/03/2021 | Opinión


El libro de Michela Wrong sobre el asesinato del exjefe de inteligencia de Ruanda es una obra magistral de periodismo de investigación.

No Molestar: la historia de un asesinato político y un régimen africano que se ha vuelto malo, de Michela Wrong, es una gloriosa pieza de periodismo. Cuenta la historia de Patrick Karegeya, quien fuera jefe de Inteligencia externa de Ruanda convertido en crítico del gobierno, y su desencuentro con los líderes ruandeses.

Karegeya fue asesinado en un hotel de lujo de Johannesburgo y su cuerpo fue encontrado el 1 de enero de 2014 por su frenético sobrino, David, que había pasado el día implorando al personal que localizara a su tío. Inicialmente se habían negado a entrar en la habitación de hotel de Karegeya, citando el letrero de No Molestar que colgaba del pomo de la puerta. Cuando David tuvo finalmente acceso a la habitación, Karegeya estaba muerto, estrangulado en lo que claramente era un asesinato íntimo, aparentemente gracias a las maquinaciones de un operativo del gobierno de Ruanda conocido como Apolo.

Para Wrong, el asesinato de Karegeya proporciona un pasaje a más amplias conversaciones sobre cómo ha sido gobernada Ruanda desde el genocidio de 1994. ¿Por qué miembros de la élite como el antiguo jefe de Inteligencia abandonan Ruanda? ¿Y qué nos dicen estas huidas sobre la estabilidad política de Ruanda?

Las opciones de narración de Wrong atraen al lector a la compleja cultura política poscolonial de Ruanda, mientras nos recuerdan que la historia del asesinato de Karegeya es un paradigma de cómo la revolución se come a los suyos. El gobernante Frente Patriótico Ruandés (FPR) ha devorado durante mucho tiempo a críticos del régimen en formas que prácticamente han excluido el espacio para el diálogo o el debate. Es un gobierno diseñado para controlar más que para gobernar.

do_not_disturb_cubierta_libro_wrong.jpgEl presidente Paul Kagame, el rostro de la supuesta notable recuperación de Ruanda, apenas aparece en el libro de Wrong. En cambio, su presencia está entretejida en la historia como un actor subsidiario que marca el tono de quién vive y quién muere, y por qué. Wrong logra esto a través de un ingenioso dispositivo de encuadre, dado que se dice que los ruandeses se enorgullecen de su capacidad para engañar, ¿de quién te puedes fiar? Como enseñan los proverbios ruandeses, lo mejor es no confiar en nadie, especialmente no en figuras de autoridad como el presidente.

Al contar la historia de la vida de Karegeya, con toda su contradicción e imperfección humana, Wrong revela también las contradicciones del régimen de Ruanda. Por eso, tampoco quiere que afecte la implementación de una singular visión de unidad étnica y desarrollo económico. Cuenta la historia de un hombre que ayudó a fundar el RPF gobernante, ordenó, e incluso, probablemente, cometió, innumerables asesinatos políticos, y cuyos propios cuentas morales lo llevaron a dejar el gobierno y, finalmente, Ruanda.

El asesinato de Karegeya fue claramente político, ya que los líderes del FPR habían tratado de intimidarlo para que se sometiera. Pero el jefe de Inteligencia no era producto de la cultura política secreta y estéril de la élite de Ruanda. Karegeya era un tipo amante de la diversión, que contaba historias y se divertía, que amaba a las personas que lo amaban, un conjunto de características inusuales para el jefe de espionaje de cualquier país. Al leer sobre él en toda su complejidad humana y maestría política en Ruanda y la región, queda claro que Wrong pudo pasar horas y horas con Karegeya y miembros de su círculo íntimo.

Las historias que Wrong elije, que emocionan en su admiración por Karegeya como esposo, padre y amigo, hacen de No Molestar uno de los mejores libros que he leído sobre Ruanda en mucho tiempo. El detalle de su escritura, el alcance de su investigación con ruandeses de todo el mundo y la estructura y el estilo del libro lo convierten en una obra magistral de periodismo de investigación. Nunca hay una sensación de voyerismo, solo testimonios, ya que Wrong comparte lo que ha aprendido de sus entrevistados ruandeses de manera que permite al lector dar sentido al material en sus propios términos. Y, de manera crítica, creo, que Wrong no se hace parte de la historia más de lo necesario para hacerla avanzar, algo que pocos extranjeros que escriben sobre Ruanda pueden afirmar.

Las múltiples y variadas voces desde Ruanda, Uganda, Sudáfrica y otros lugares brillan a través de sus propios testimonios. Destacan un par de ejemplos en particular. El primero es la naturaleza de la relación entre el joven Kagame y su contemporáneo Fred Rwigyema, dos hombres cuya relación anima partes de mi libro de 2018 sobre Ruanda. Wrong, en su estilo matizado pero accesible de escritura, guía al lector a través de la complejidad de la relación de los dos hombres, las debilidades y fortalezas de cada uno, y cómo su relación afectó no solo la fundación del entonces rebelde RPF en la década de 1980, sino también las relaciones diplomáticas de Ruanda con Uganda desde entonces. Fred murió el segundo día de la guerra civil de Ruanda, lo que lo convirtió en un mártir para muchos. Wrong presenta tres versiones diferentes de cómo murió Fred, dejando que los lectores decidan por sí mismos antes de pasar a explicar qué significa, en la actualidad, su asesinato para Ruanda y la región de los Grandes Lagos. Esta imparcialidad sin pretensiones es algo muy apreciable en un libro sobre Ruanda, en los que todo se disputa acaloradamente y casi siempre se presenta en blanco y negro, en términos de nosotros contra ellos.

Wrong se gana también la confianza de su lector al tratar con la misma ética otros acontecimientos políticos fuertemente controvertidos: ¿Qué partido en la guerra civil de Ruanda (1990-1994) derribó el avión del entonces presidente Juvenal Habyarimana en abril de 1994? Y lo qué sucedió en el Triángulo Luwero de Uganda a principios de la década de 1980, el sitio de la base entonces rebelde del Movimiento de Resistencia Nacional de Yoweri Museveni, así como una terrible campaña de asesinatos, pillaje y saqueo. Fue en la resistencia de Uganda donde muchos de los miembros fundadores del FPR perfeccionaron tácticas que luego usarían para tomar Kigali. Karegeya estaba allí. También estaban Rwigyema y Kagame.

Al contar esta historia, Wrong incluye, para servir la historia, sólo parte de la violencia que estos jóvenes ruandeses perpetraron. A lo largo de No Molestar la violencia nunca es gratuita, nunca sin contexto, y siempre continúa la narrativa sin detenerse en los detalles espeluznantes. Los ruandeses, como nos enseña la historia de Karegeya, han sido durante mucho tiempo objeto de una violencia gratuita en lo que se escribe sobre su gente y su país.

Ésta es la belleza de la escritura de Wrong y una perfecta ilustración de por qué No Molestar merece el tiempo y el esfuerzo del lector. Es un libro arraigado en la escucha profunda, recíprocas relaciones de investigación y reflexiva escritura. Patrick Karegeya es solo uno de los muchos antiguos aliados que han muerto en suelo extranjero a manos de agentes ruandeses. Deja que Michela Wrong te muestre por qué estas muertes importan.

Susan Thomson

* Thomson y Wrong conversan sobre No Molestar en una entrevista para New Books Network in African Studies.

Fuente: African arguments

[Traducción, Jesús Esteibarlanda]

[Fundación Sur]


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Autor

  • Profesora asociada de estudios sobre Paz y Conflictos y directora del Programa de Estudios de la Mujer en la Universidad Colgate. Ha publicado Ruanda: del genocidio a la paz precaria, New Haven, CT: Yale University Press (2018), Ruanda: ¿Un fénix de las cenizas del genocidio? New Haven, CT: Yale University Press, y Susurrando la verdad al poder: la resistencia cotidiana a la reconciliación en la Ruanda posterior al genocidio, Madison, WI: University of Wisconsin Press (julio de 2013) y es coeditora de Desafíos emocionales y éticos para la investigación de campo en África: la historia detrás de los hallazgos. Londres: Palgrave Macmillan (2013).

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