Ruanda: la siniestra ofensiva de un régimen en declive

25/05/2011 | Opinión

El 13 de mayo, la BBC difundió una información según la cual dos ruandeses habían sido advertidos por la policía británica de que su vida corría peligro. Dos semanas antes, el periódico The Independent había publicado que el M15 había advertido al embajador ruandés en el Reino Unido de que la ayuda británica a Ruanda podría cortarse caso de que no se detuviera la intimidación contra ruandeses residentes en Gran Bretaña. Esta ayuda alcanza los 130 millones de dólares.

Estas informaciones han conmocionado grandemente a los miembros de la comunidad ruandesa que viven en occidente, sobre todo a los que residen en los países miembros de la Commonwealth, como Canadá. No podían imaginarse que Kigali se atrevería a exportar la inseguridad a países que tanto le apoyan. Recordemos que estos países, en contra de las recomendaciones de la Iniciativa de los Derechos del Hombre de la Commonwealth, aceptaron que Ruanda se integrara en el seno de su organización, hace apenas un año.

La campaña de terror que muestran los hechos de Londres parece formar parte de una estrategia iniciada por el general Paul Kagame meses antes de las elecciones presidenciales de agosto de 2010, estrategia que se ha reforzado tras la publicación el 1 de octubre del Informe Mapping de la ONU sobre los crímenes cometidos en el Congo. Según este informe, el ejército de Paul Kagame ha cometido crímenes de guerra, contra la humanidad y posiblemente de genocidio contra los refugiados hutu y contra ciudadanos congoleños. La estrategia incluye dos vertientes: una campaña diplomática en los países occidentales destinada a diabolizar a los opositores y a denunciar el Informe de la ONU y la otra vertiente tendría como objetivo el asesinato de los opositores, reales o supuestos, así como a periodistas que revelan las actividades criminales del régimen de Kigali.

En el marco de la ofensiva diplomática, una amplia delegación dirigida por la senadora Aloysie Incumba recorrió Europa en noviembre de 2010. Se espera otra similar en Canadá, con la misma senadora, con los senadores Wellars Gasamagera y Valens Munyabagisha. Esta delegación piensa celebrar conferencias públicas el 22 y 28 de mayo. En el mismo marco esta prevista la llegada del mismo Paul Kagame a Chicago del 10 al 12 de junio.

Los ciudadanos ruandeses que han huido del régimen de Paul Kagame y se han instalado en Canadá toman muy en serio los acontecimientos recientes de Londres. Saben ya que el régimen ruandés puede llevar a cabo en Canadá una campaña de terror y no faltan elementos que justifican ese temor. Está en primer lugar el precedente de un antiguo empleado de la Cruz Roja, que en 1998 sufrió un intento de asesinato por ser un testigo de las masacres perpetradas contra los refugiados hutu. El incidente fue publicado por La Presse el 29 de enero de 1998. Está luego el hecho de que Canadá sea el único país occidental que no ha intentado perseguir judicialmente a los asesinos de ciudadanos canadiense que vivían en Ruanda (entre ellos Claude Simard y Guy Pinard) no es de naturaleza a disuadir a Kagame de sembrar el terror en suelo canadiense.

En fin, la iniciativa de las autoridades ruandesas de realizar una campaña de terror en Gran Bretaña, cuando este país ocupa la primera posición entre los donantes de ayuda a Ruanda, muestra que ningún país, incluyendo a Canadá, puede hacerse ilusiones de que el régimen de Kigali no vaya a llevar a cabo atentados en su territorio.

Muchos miembros de la comunidad ruandesa de Canadá han huido del régimen de Kagame por diversas razones. Algunos son supervivientes de los crímenes revelados por el Informe Mapping de la ONU arriba citado. Otros, periodistas, juristas, defensores de los derechos humanos, etc., han sido perseguidos porque denunciaban las violaciones de los derechos de las personas y otros abusos. Todos han llegado con el corazón roto, con el único deseo de vivir en paz y desarrollarse plenamente en su país de acogida. La campaña del régimen los vuelve a hundir en el pavor del que habían huido. Canadá debería ser plenamente consciente de esta situación y advertir seriamente a las autoridades ruandesas contra la organización de actividades terroristas en suelo canadiense.

Emmanuel Hakizimana

, Ph.D. (Presidente del Congreso ruandés de Canadá) – http://www.lautjournal.info

20 de mayo de 2011.

Traducido por Ramón Arozarena.

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