Ruanda: La Iglesia y la Policía contra la violencia de género, por Antonio Molina

5/06/2012 | Bitácora africana

INTRODUCCIÓN

Ruanda siempre nos sorprenderá. Cuando nos llegan noticias del país de las mil colinas, siempre nos preguntamos ¿De qué asunto original e imprevisto se trata? El presente título ya lo dice: La Iglesia Católica y la Policía han firmado un acuerdo para reforzar la lucha contra la violencia de género. Lo más curioso del caso es que el proyecto va a ser financiado por la Unión Europea por medio de Cáritas Internacional.

LA PLAGA DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO

Como en otros muchos lugares del mundo, tanto en Oriente como en Occidente, tanto en el Norte como en el Sur, las mujeres – desde las viejas acusadas de brujas hasta las niñas que sufren la MGF (mutilación genital femenina), como las esposas víctimas del sistema patriarcal – , en Ruanda el género femenino sufre la opresión de los hombres.
Hace dos años, en 2010, la iglesia católica inició un proyecto por iniciativa propia, para sensibilizar a la población contra esta clase de violencia y asesorar a las víctimas, una vez identificadas, sobre su acceso a la asistencia sanitaria y al acompañamiento jurídico.

EL NUEVO PROYECTO

Verificando las dificultades concretas suscitadas por su falta de poder coercitivo, los obispos de Ruanda comenzaron una serie de conversaciones con los responsables del ministerio del Interior, para obtener la colaboración de las Fuerzas del Orden. El primer trabajo fue de convencer a la policía de la importancia del problema, pues siendo casi en su totalidad hombres, no querían ver la raíz del mal, que también les concernía a ellos como maridos.

El programa se desarrollará durante un trienio y la Unión Europea respalda a la Cáritas Internacional para saldar los gastos del seguro sanitario y la asistencia jurídica de las víctimas.


EL MAYOR OBSTÁCULO: LA IMPUNIDAD

El presidente de la Comisión Episcopal de Justicia y Paz, mons. Servilien Nzakamwita, obispo de Biumba, ha señalado que a pesar de los progresos realizados hasta el momento, queda un largo camino por recorrer a la hora de enfrentarse a este grave problema de la violencia que sufren las mujeres.

El prelado destacó, que mientras a algunas de las víctimas les es bastante difícil, por no decir imposible, tener acceso a tiempo a los servicios necesarios de ayuda, los autores de la violencia no son procesados por la Justicia,

Este obispo denunció también la negligencia de los médicos, que no ayudan a las víctimas de la violencia al no proporcionarles la documentación médica necesaria para llevar a cabo la denuncia y, lo que es peor aún, que “los maltratadores que cometen estos actos están protegidos por algunos funcionarios públicos, que a veces los encubren, mediante el pago de sobornos. Hay corrupción a varios niveles” – añadió el obispo de Biumba – quien prometió el apoyo de la Comisión de Justicia y Paz a las víctimas, para que pueda hacerse justicia.


FORMAS DE VIOLENCIA MÁS FRECUENTES

Muchas de las mujeres víctimas de la violencia machista no acuden a los tribunales, porque temen las represalias y también sienten vergüenza ante un sistema insensible a su situación. Por eso, tampoco existen estadísticas fiables.

Las formas de violencia de género más comunes en Ruanda son la violencia doméstica, la violencia en los matrimonios polígamos y a violencia sexual, incluida la violación de menores, que suele llevar con frecuencia al aborto.

Las desigualdades entre los sexos están tan arraigadas en esta cultura, que numerosos hombres no son conscientes o no quieren entender, que su conducta hacia las mujeres pueda ser calificada de violenta. Por esto, crear en la población esta conciencia desde la escuela primaria es transcendental, sobre todo en los niños y adolescentes.


CONCLUSIÓN

Este nuevo acuerdo puede sentar un precedente y alertar a la opinión pública en África, para crear una mayor conciencia social sobre esta plaga, tan difundida como ignorada en el continente africano,

Autor

  • Molina Molina, Antonio José

    Antonio José Molina Molina nació en Murcia en 1932. Desde 1955 es Misionero de África, Padre Blanco, y ya desde antes ha estado trabajando en, por y para África. Apasionado de la radio, como él relata en sus crónicas desde sus primeros pasos en el continente africano, "siempre tuve una radio pequeña en mi mochila para escuchar las noticias". Durante septiembre 2002, regresa a Madrid como colaborador del CIDAF. En octubre de 2005 aceptó los cargos de secretario general de la Fundación Sur y director de su departamento África. Antonio Molina pertenece -como él mismo dice- a la "brigada volante de los Misioneros de África", siempre con la maleta preparada... mientras el cuerpo aguante.

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