Enfundado en su traje negro o gris marengo, con chaqueta cruzada, que disimula su delgadez de espagueti y su longitud de poste de la luz. Es la imagen más actual de Mefistófeles. El diablo encarnado, sólo le faltan los “cuernos” y el rabo.
El tirano de Ruanda siempre nos sorprenderá con sus sutilezas, producto de una mente “genocidiaria” muy imaginativa.
Es evidente que Ruanda vive corseteada en la estrechez de sus montañas. Sus
26.338 kms 2 de superficie, están empinados en las laderas de las montañas.
Éste debería ser el país de los campos en terrazas, pero aún así es poco terreno para su demografía galopante, que reclama controles y planificación de la población, que no puede o no debería pensar en invadir y penetrar masivamente en su inmenso y rico vecino, el Congo.
En este estado de la cuestión, se le ocurre a este Herodes del siglo XXI, no la matanza de los inocentes, sino una “sanatio in radice”
Si echamos unas sencillas cuentas, podemos calcular que si cada uno de estos hombres engendrara una media de 5 hijos en diez años, la población aumentaría 3 millones y medio de personas. Si calculamos por otro lado el número de defunciones de ancianos, enfermos, encarcelados, miembros de la oposición y la mortalidad infantil, sin ser especialistas en proyecciones “poblacionales” , ni videntes adivinos, podemos pensar que Ruanda crecería muy poco en esta década, rondando los 10 millones largos, que ya posee.
Nosotros nos preguntamos: Esos 700.000 varones ¿serán proporcionalmente representativos de las dos etnias principales: Hutus 84% y Tutsis 14%? De eso resultaría 602 mil hutus y 98 mil tutsis “castrados” o para emplear un eufemismo “vasectomizados”. Pero, como según la propaganda oficial, para el régimen de Kagame sólo existen ruandeses sin apellido étnico, mucho nos tememos que las pinzas o las tenazas del veterinario “capador” sólo acaricien los conductos seminales de los Hutus.
Todo se andará, para que en el siglo XXII , los HUTUS, que son los “bajutus”
Evidentemente, todo esto contando con que el diablo consiga larga vida para su hijo predilecto, el presidente Paul Kagame, que pasará a la Historia con el mote de “El CAPADOCIO”.