El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, ha dado luz verde a una ambiciosa y controvertida reforma sanitaria, la más significativa desde la caída del apartheid hace tres décadas. Este nuevo marco legal, destinado a ofrecer atención médica universal, ha sido objeto de intensos debates y enfrenta una fuerte oposición, principalmente de la Alianza Democrática, el principal partido opositor.
Según esta nueva ley, el Seguro Nacional de Salud (NHI) establecerá un fondo estatal que cubrirá los gastos médicos de todos los sudafricanos, prohibiendo el uso de seguros privados para servicios incluidos en el NHI. El gobierno asegura que esta reforma permitirá a los sudafricanos acceder a servicios médicos en hospitales y clínicas contratados por el NHI sin preocuparse por los costos, ya sean estas instituciones públicas o privadas. Sin embargo, todavía no se ha especificado exactamente qué tratamientos estarán cubiertos, aunque se mencionan servicios de emergencia, salud mental, cuidados paliativos y rehabilitación.
Para Ramaphosa, el NHI es una herramienta esencial para combatir la pobreza. Argumenta que los altos costos de la atención médica empobrecen a las familias y que el NHI liberará recursos que podrán destinarse a otras necesidades. Esta iniciativa también se percibe como una estrategia clave del Congreso Nacional Africano (ANC) para fortalecer su posición en las elecciones del 29 de mayo, en un momento en que las encuestas indican que el partido podría perder su mayoría absoluta por primera vez en tres décadas.
Por otro lado, la Alianza Democrática ha prometido una batalla legal para frenar la implementación del NHI, alegando que resultará en enormes aumentos de impuestos y corrupción. Según el partido, el plan podría costar más de 200.000 millones de rands anualmente (
€). En principio se prevé que el financiamiento del NHI provendrá de impuestos generales, contribuciones de personas con ingresos superiores a un umbral aún no especificado y aportaciones mensuales de los trabajadores. Aunque el gobierno no ha detallado los costos exactos para los ciudadanos, sostiene que el sistema reducirá el costo de la atención médica, actualmente uno de los más altos del mundo.Aproximadamente el 14 % de la población de Sudáfrica cuenta con seguro médico privado, mientras que el 86 % depende del sistema de salud pública, que se encuentra saturado y con costos en aumento y sin mejoras significativas en los resultados. El nuevo esquema busca que el conjunto de la ciudadanía, sin importar el nivel socioeconómico, reciba atención sin tener que pagar por adelantado, especialmente en situaciones de emergencia.
Autor: Farouk Chothia
Fuente: BBC News
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]