Mientras Argelia se posiciona a favor de la causa palestina, la ciudadanía se encuentra constreñida por la imposibilidad de expresar ese apoyo a través de marchas y protestas debido a las restricciones gubernamentales reflejadas en la prohibición de manifestaciones en solidaridad con Palestina.
Hace tres años, el Ministerio del Interior de Argelia estableció que cualquier protesta requeriría un permiso detallado, incluyendo los nombres de los organizadores y los horarios precisos de inicio y finalización. Esta medida, vista como una estrategia para controlar a las masas, implicaba identificar formalmente a líderes de protesta, incluso en movimientos hasta entonces sin una figura destacada, lo que generaba un ambiente de desconfianza. Estas restricciones se justifican bajo una cláusula constitucional aprobada en un referéndum con baja participación en 2020, después del levantamiento popular conocido como Hirak, que derrocó al régimen de Bouteflika. Sin embargo, la aplicación de estas medidas ha generado críticas internas e externas, acusándose al gobierno de coartar la libertad de expresión.
La represión estatal se ha intensificado, especialmente contra activistas y periodistas, bajo el pretexto de combatir el «terrorismo», un término aplicado de manera amplia y que ha llevado a la encarcelación de cientos de personas, con 280 aún detenidas en marzo de 2022. A pesar de las críticas, el gobierno ha alentado manifestaciones controladas, como la ocurrida en octubre del año pasado, organizada con el apoyo de algunos partidos políticos. Sin embargo, estas manifestaciones supervisadas contrastan con la prohibición continua de reuniones y la represión a aquellos que buscan un cambio pacífico en el país.
La prohibición de protestas también ha afectado el ámbito universitario, donde las manifestaciones estudiantiles en solidaridad con Palestina han sido mínimas, debido al temor a represalias por parte del Estado. Los activistas argelinos están exigiendo el levantamiento de la prohibición de protestas y el respeto al derecho de expresión, señalando la discrepancia entre el apoyo verbal del gobierno a la resistencia palestina y su represión de las protestas pacíficas internas.
Autor: Basma El Atti
Fuente: The New Arab
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]
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