Ninguno de estos desafíos agudos es nuevo, pero cada uno de ellos se vuelven más importantel para la capacidad de África de mejorar los niveles de vida y los resultados sociales de sus innumerables ciudadanos
1. Terrorismo
Aferrada fuertemente por la presión de al-Qaeda en el Magreb (AQMI), Boko Haram, al-Shabaab y el Estado Islámico (ISIS), África continuará combatiendo las insurgencias musulmanas fundamentalistas que parecen resistentes por muchas razones a los vigorosos intentos por los ejércitos locales, los esfuerzos antiterroristas de occidente y las fuerzas de pacificación y paz de las Naciones Unidas y de la Unión Africana para reducir los territorios por donse se mueven libremente estos grupos terroristas.
Boko Haram nació en Maiduguri, aproximadamente en el año 2002, liderado por Ustaz Mohammed Yusuf. En 2004 se trasladó a Kanamma, en el estado de Yobe, donde se estableció una base llamada “Afganistán”, desde la cual se organizaban ataques a puestos cercanos de policía, ya que el objetivo principal era asesinar miembros de dicha fuerza. El grupo surgió como una célula de la secta musulmana “Jama’atul Ahlus Sunna Lid Da’awatis Jihad”, pero se dieron a conocer como Boko Haram.
Shabaab surgió de la cáscara derrotada de la Organización de Tribunales Islámicos (OIC) de Somalia, una agrupación paraguas de un mosaico de tribunales de la sharia locales que surgieron en ausencia de mecanismos nacionales de aplicación de la ley. Las tropas etíopes derrotaron a las fuerzas de la OCI; así, el ala juvenil militante mas radicalizado del movimiento de la sharia (Shabaab significa «jóvenes») se reagrupó gradualmente en el sur de Somalia.
AQMI creció en el Sahel, la franja de sabana en el extremo sur del gran desierto del Sahara que se extiende desde Mauritania hasta el Sudán, a partir de una amalgama de movimientos locales argelinos, malienses y nigerianos que se unificaron bajo la influencia globalista. A veces aliada también con ISIS, recurrió a al-Qaeda central para obtener apoyo financiero La adhesión ideológica a las predicaciones islamistas de al-Qaeda llegó más tarde.
Los seguidores de ISIS también amenazan a secciones de Libia y Túnez y atacan a Egipto en la Península del Sinaí
Cada uno de estos movimientos se transformó rápidamente de ser impulsado ideológicamente a ser motivado principalmente por la especulación. Todo se convirtió en secuestro para el rescate, el contrabando y el tráfico de narcóticos. Las tendencias islamistas reales que sus fundadores pudieron haber tenido pronto fueron superadas y consumidas por intentos bastante directos de primero controlar el comercio de carbón de Somalia a Arabia Saudita y luego a Yemen (al-Shabaab), y luego convertirse en el primer exportador de heroína de Afganistán e India a Europa (al-Shabaab).
AQMI primero secuestró y buscó rescates, y luego ejerció su control sobre el tráfico de narcóticos (principalmente cocaína) a través del Sahara, desde Tombuctú a Túnez y Argel, y luego a Europa. De ahí vinieron las amargas batallas por Tombuctú, Gao y Kidal en el norte de Malí y las incursiones de AQIM en Burkina Faso y Níger Boko Haram también secuestró y obtuvo el control territorial en el estado de Borno, Nigeria, para extorsionar impuestos y alimentos en especie y ahora transporta heroína, cocaína y metanfetamina hacia el norte y Europa.
Estos son esfuerzos mercenarios que emplean terroristas suicidas, camiones llenos de explosivos, ataques contra refugiados y campamentos de refugiados y salidas contra convoyes y patrullas del ejército para proteger los monopolios comerciales y ampliar posiciones de poder. Intimidan a civiles, sobornan a patrullas fronterizas y funcionarios, compran armas internacionales y municiones (al-Shabaab ha adquirido drones) y se las arreglan en su mayor parte para prosperar a pesar de los esfuerzos antiinsurgentes de las fuerzas especiales estadounidenses, británicas y francesas, el ejército nigeriano y AMISOM (la Misión de la Unión Africana dirigida por Kenia en Somalia)
En 2018, al-Shabaab sigue listo para continuar bombardeando Mogadiscio, la capital asediada de Somalia; Boko Haram es capaz de resistir las acciones militares nigerianas, camerunesas y chadianas; y AQIM puede mantenerse potente a pesar de los contraataques franceses y estadounidenses. Cada uno tiene la ventaja de tácticas de guerrilla y, por lo tanto, la capacidad de evadir ataques directos, vigilancia de drones y la penetración militar de sus reductos. Solo aplicando un fuerte torniquete a su especulación podría debilitarlos. Es poco probable que esos esfuerzos tengan éxito, salvo la legalización de las drogas en Europa.
2. Guerras civiles
Las guerras civiles también aterrorizan a los civiles, especialmente en Sudán del Sur, la República Centroafricana, la República Democrática del Congo y Libia. Esos conflictos aparentemente interminables continuarán a pesar de los intentos de las Naciones Unidas y de la Unión Africana de intervenir en negociaciones de paz.
En Sudán del Sur, una república de siete años que ha consumido la mayor parte de su joven vida en un conflicto entre el presidente Salva Kiir y su vicepresidente, Riek Machar, el concurso se basa en el botín de la única fuente de ingresos del país: el petróleo. En segundo lugar, es una batalla étnica entre los dinka dominantes (el pueblo de Kiir) y los Nuer (el pueblo de Machar). La violación, el asesinato y la masacre han sido las armas habituales de una guerra feroz (con muchos cese al fuego abortados y acuerdos de paz rotos) que la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur y los negociadores de la Unión Africana no han podido contener una y otra vez.
La guerra civil en Centroáfrica se da entre la musulmana Séléka, del norte de la nación, y la Anti-balaka (anti-AK-47), un movimiento de resistencia cristiano/animista del sur y centro de la república. Después de que el gobierno regular de Centroáfrica colapsara en 2013, los Séléka asumieron el poder y persiguieron a los cristianos, que se alzaron para protegerse. Con la asistencia militar francesa en 2014, los antibalaka expulsaron a Séléka, pero la guerra civil continúa a pesar de los intentos de la misión de la ONU en la República Centroafricana para reducir las hostilidades.
Los conflictos internos en el Congo (RDC) son muchos En el este del Congo (RDC), especialmente en las provincias de Kivu Norte y Sur, varios ejércitos locales guerreros combaten al ejército nacional del Congo ante una Misión de Estabilización de la ONU en el Congo hasta ahora ineficaz. En el centro del Congo, especialmente en las dos provincias de Kasai, hay otra guerra interna entre caudillos locales y el gobierno central. Cada uno de estos y otros conflictos menores del Congo (RDC) son luchas para controlar la explotación de recursos minerales como el oro y los diamantes y cobalto. Teniendo en cuenta el conflicto que se esta produciendo cada vez mayor por el cese de la presidencia de Kabila.
Libia no alberga uno o dos, sino varios conflictos entre ciudades pequeñas costeras, algunas afiliadas con ISIS y al-Qaeda, algunas vinculadas al gobierno nacional oficial (pero desatendidas localmente) y otras vinculadas a un señor de la guerra con poder en la región del Este. En última instancia, estas guerras civiles son sobre las ganancias de los depósitos de petróleo en tierra firme, pero interminablemente imponen impuestos locales y otros tipos de extorsión.
3. Crecimiento de la población
Así como el calentamiento global es gradual e inexorable en sus consecuencias, también la dramática población de África se ve disparada hasta tales niveles que parece que es tarde para mesurarla. Para 2050, la población del continente se duplicará a 2 billones y seguirá creciendo a lo largo del siglo hasta 3.6 billones.
Dentro de ese inmenso crecimiento, Nigeria pasará de la séptima a la tercera nación más poblada de la Tierra (un pronóstico de 730 millones de habitantes) y Tanzania se convertirá en el quinto país (después de los 420 millones de los Estados Unidos). La República Democrática del Congo se convertirá en el séptimo lugar más poblado después de Pakistán e Indonesia.
Dichas expansiones de población, pero no en lugares prósperos y mejor educados, como Botswana, Mauricio y Sudáfrica, tendrán graves consecuencias: desempleo, delincuencia, presión sobre los servicios sociales, posible escasez de alimentos combinados con cambios climáticos, escasez de agua potable y probables protestas políticas.
4. Educación
Dado que aproximadamente la mitad de todos los africanos durante los próximos 50 años tendrá menos de 34 años, educarlos bien es la mejor ruta para lograr una mayor autosuficiencia económica para todos. Las cifras sobre finalización de los estudios secundarios, especialmente de las niñas, seguirán siendo malas y habrá muy pocas instituciones postsecundaria disponibles y otros centros para graduados de la escuela secundaria. En la actualidad, solo el 30% de niñas africanas completan la escuela secundaria. Solo hay lugar para el 6% de todos los graduados de la escuela secundaria en las universidades del continente.
5. Desarrollo económico
Dado que la educación es uno de los escalones clave para mejorar el desempeño económico nacional, no es de extrañar que los PNB de África sigan creciendo más lentamente de lo que deberían si alguna vez intentan igualar o superar las tasas de crecimiento de la población. Los economistas sugieren que deberían aumentar alrededor de un 6% anualmente si desean reducir el desempleo. En cambio, en la mayoría de los casos, crecen al 3% anual. Sudáfrica y Egipto apenas aumentan.
6. China
China es una de las claves para mantener y posiblemente mejorar el PIB per cápita. El propio desempeño económico de China es fundamental para el desarrollo de África. A menos que China continúe comprando materias primas africanas en abundancia, África no puede crecer. Así es el destino de África, exportar petróleo y minerales a China. A cambio, China construye carreteras, ferrocarriles, gaseoductos, puertos, hospitales, la sede de la Unión Africana (UA) y varias sedes de partidos políticos, estadios, instalaciones militares y otras contribuciones importantes a las infraestructuras nacionales. Otorga préstamos blandos y a veces perdona grandes empréstitos. A medida que florece la asociación afrochina, África puede crecer. Pero un desafío para 2018, y más allá, es cómo prepararse para el momento en que China no pueda o no siga comprando materias primas africanas con la misma rapidez.
7. Fortalecimiento del liderazgo
Hacer frente a todos estos difíciles desafíos requerirá un liderazgo político mucho más responsable del que hasta ahora han disfrutado las naciones africanas. Demasiados jefes de estado y jefes de gobierno son transaccionales, negociantes, en lugar de transformadores en su enfoque de gobernar. Es decir, piensan a menudo sobre cuál es la mejor manera de enriquecerse a sí mismos y a sus familias, y cómo elevar sus propios linajes, clanes, subclanes y grupos étnicos.
Los líderes políticos transformadores son visionarios preocupados por beneficiar a todos los ciudadanos, independientemente de su origen étnico o afiliación lingüística. Son personas íntegras, genuinamente preocupadas por mejorar las vidas de sus conciudadanos. Los líderes transaccionales en su mayoría se preocupan por ser reelegidos y por satisfacer las necesidades de los grupos a la cual están más estrechamente afiliados. La guerra en Sudán del Sur, por ejemplo, ha sido resultado de un liderazgo empobrecido.
Los líderes políticos que son represivos representan una categoría especial de problemas, tanto para sus ciudadanos como para el orden mundial. Egipto, Eritrea y Zimbabwe (incluso después de la renuncia forzosa del presidente Robert Mugabe) son ejemplos atroces de este malestar. Con condiciones, Angola, Burundi, Camerún, Chad, Guinea Ecuatorial, Sudán, Togo y Uganda también son motivo de grave preocupación.
Si las 54 naciones de África van a comenzar a superar sus muchos desafíos serán necesarios líderes consumados como Mandela.
8. Mejora de la gobernanza
Solo los líderes políticos con mentalidad nacional de honestidad y capacidad pueden ofrecer mejores servicios a sus ciudadanos. Proporcionar tales resultados significa un mejor desempeño gubernamental o «buena gobernanza». Estos servicios esenciales van desde mantener a los ciudadanos seguros y proporcionar normas legales sustanciales, participación política, plataformas para la sostenibilidad económica y requisitos de desarrollo humano como escuelas, hospitales, agua potable, carreteras y acceso a banda ancha y redes de telefonía móvil. Actualmente, alrededor de 10 países africanos están «bien gobernados», Los más de 40 restantes necesitan atención urgente que solo un mejor liderazgo político puede brindar y proporcionar.
Lo que casi toda África requiere es reducción de la corrupción, un problema doloroso para casi todo el continente, atención a la independencia judicial, mejor prevención del delito, mejoras de la infraestructura y una mayor desregulación macroeconómica. Si las naciones africanas se proponen un progreso de verdad en 2018, especialmente combatiendo la corrupción y otros problemas, los africanos se beneficiarán y será un año menos doloroso para el continente en crecimiento.
Robert Rotberg
Fuente: Africa and Asia: The Key Issues
[Fundación Sur]
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