Reseña crítica de «Las cofradías de esclavos negros en áfrica del norte «en el árbol cósmico en el pensamiento popular y la vida diaria en el noroeste de áfrica de Viviana Pâques , por Carolina Grandela Tortuero

19/11/2019 | Cultura

arbre_cosmique.jpg Con una temática tan suculenta como poco tratada, aborda Viviana Pâques, el pensamiento popular mítico-mágico-religioso en la tradición negra musulmana del noroeste del continente africano. Como si de un Ulises se tratara, nos presenta a “El árbol cósmico” como protagonista principal en el primer capítulo del libro titulado “Fezzan” embarcándolo en múltiples odiseas a lo largo de su objeto de estudio que constituye su monumental tesis doctoral El árbol cósmico en el pensamiento popular y la vida cotidiana en el noroeste de África (París, 1964) de setecientas páginas de extensión. Devendrá este concepto, a través del enfoque de investigación plasmado en toda la obra, en ser en sí misma el “Gran Imaginario Mítico”, protagonista viajero cuya presencia no se enmarca en lindes reducidos a meros espacios geográficos conocidos, sino que se entronca esencialmente con un paradigma espacial, temporal y dimensional omnipresente, que coexiste como poderosa entidad propia y no perecedera a lo largo de la natural sucesión generacional humana desde sus orígenes. Esta marcada presencia constata la conexión de dos realidades, la visible y la invisible, que perviven ligadas a la tradición de los pueblos negros-musulmanes del noroeste africano.

Viviana distribuye el contenido obtenido tras quince años de investigación, en seis apartados o capítulos, haciendo mención al nombre de las localidades que son el cuerpo de su inmersión en el trabajo en terreno y de los que los primeros cinco recibirán su título: “Fezzan”, “Tidikelt”, “Mali”, “Tombuctú”, “Túnez”. Acompañan a este compendio “Las cofradías de esclavos negros en África del norte”, el último de los capítulos que da título a esta reseña con una extensión de 219 páginas, en las que dispone su contenido a través de siete bloques: “I) Données archéologiques et historiques, II) Situation actuelle, III-IV-V) Traits distinctifs, VI) Les Génies, VII) Organisation des confréries”. Contiene además este libro “Introducción” y “Conclusiones”, en las que con respeto y admiración profesional menciona a Andrews, Tremearn o Dermenghem, autores que le precedieron en el estudio de esta especialidad, o bien a su propio mentor el Maestro Griaule, responsable de instruir a Viviana Pâques en razón de civilización africana, sobre la simplicidad de las apariencias y cuya influencia ejerció en ella el que cambiara el curso de su formación académica de las letras a la antropología. Culmina este titánico documento con la inclusión de casi un centenar de imágenes y un acopio ingente de menciones bibliográficas.

Tres son los modos de observar que, groso modo, nos permiten dilucidar cuan vasto es el campo de investigación que llevó a Viviana Pâques a residir durante largo tiempo en el continente africano, a saber: cenital gran angular, desde el que vemos de qué modo maneja los parámetros espacio-tiempo para ofrecernos un amplio abanico documental respecto a las causas que originaron el surgimiento, consolidación y éxito de las cofradías de esclavos negros, existentes hasta el día de hoy, tanto sus lugares de procedencia, como sus flujos migratorios a través de las conocidas rutas comerciales y sus asentamientos o establecimientos en localidades extranjeras, como el dinámico proceso evolutivo y asimilativo que protagonizaron estas comunidades esclavas en el entramado social y cultural, en paralelo al amalgamiento paulatino de sus creencias y prácticas tradicionales con la estructura normativa de un Islam “ortodoxo”. Concuerda en argumento historiográfico y antropológico, Juan Ignacio Castién en “El Islam en el Sudán occidental entre los siglos XVII y XX”, capítulo III del libro Historia del Sudán occidental (2010) cuando explica como en la islamización africana, nos encontramos con un auténtico laboratorio sociológico, continuo e incesante fruto de abrazar formas culturales muy diversas y modos de organización social marcadamente diferentes.
El recorrido que Viviana realiza para hacer el seguimiento de lo que conforman las cofradías de los esclavos negros en el noroeste africano posee dirección de ida y vuelta. Partiendo del presente, realiza el registro censal de todos los negros cofrades localizados en los distintos emplazamientos a día de su investigación y a través de sus linajes y genealogías va delineando el mapa hasta llegar a su original procedencia. Del mismo modo que desde la confrontación de datos arqueológicos y apoyo de cadenas de transmisión oral y fuentes escritas llega a concretar cuántas y cuáles son las cofradías de negros en el área que nos atañe y cómo están organizadas.

El modo de observación telescópico es a través del que Viviana nos invita a percibir la fascinante cosmogonía característica de las cofradías de negros, sustentadora de toda una red de creencias puestas en práctica desde la necesidad imperiosa de unicidad que tiene el ser humano de unirse con el misterio creador, casi siempre situado en el espacio. Esta concepción de los orígenes de la creación, es un común denominador en las culturas negro-africanas, como bien explica Viviana, antes y después de la islamización de los pueblos negros africanos. Así de bien alude el carácter holístico de las culturas africanas Bartolomé Burgos en su capítulo IV “Cultura tradicional africana y modernidad” de su libro Culturas africanas y desarrollo (2007) cuando introduce la metafísica bantú (ba = plural, ntu = hombre/individuo) de P. Tempels (La philosophie Bantoue, 1945): “se concibe el universo como una vasta red de fuerzas interactivas, ninguna de las cuales puede actuar sin producir una causación vital en todas las demás fuerzas individuales y en la totalidad. Así los seres humanos se encuentran en el centro del tejido vital y la generación presente en la tierra constituye el centro de la humanidad entera, que incluye muertos y aún no nacidos”. Viviana nos acerca a esta visión o sentir en su exposición sumaria del mito cosmogónico, haciendo hincapié en la naturaleza del elemento triple (blanco, rojo y negro) en dicha concepción y cómo ésta se manifiesta en todos los planos de la existencia. La creación sería parte de Dios que genera un sistema formado por 3 elementos: “Primera Estrella” con forma de huevo y flanqueada a cada lado por dos “estrellas” secundarias. Este huevo, está compuesto de tres elementos: uno blanco medio alto, uno rojo medio bajo y un tipo de germen negro que separa ambos con forma serpiente triple o árbol cósmico. La “Primera Estrella” estalló lanzando al espacio cuatro elementos dotados de esencia y signo. Los signos de los cuatro elementos sumados a la naturaleza triple contenedora de toda creación, constituyen el arquetipo humano simbolizado por el Herrero quien forma nuestro mundo creado. Este Herrero es la tierra (Cosmos) y proyecta una sombra que alberga el reino de los “Genios”, conectado por un árbol cósmico o serpiente triple. Su cabeza simbolizada por la estrella Sahel (Canopus), el vientre representado por la estrella Biladi (la Polar), la nuca por Treyya (Pléyades) cuyos movimientos sinuosos de ir y venir representa los movimientos de la serpiente. La importancia del elemento cósmico radica en que su movimiento desencadena el nacimiento del nuevo ciclo vital, y por ende, contiene en sí la potencia de éxito en el mantenimiento del orden.

La observación microscópica nos concede examinar cada partícula de las que se compone el núcleo molecular de la expresión de estas creencias, así como su interacción y actuación en la vida de sus practicantes. Este apartado, es el que sin duda más admiración causa de la meticulosa pesquisa llevada a cabo por Viviana en esta obra, cuya metodología, está encaminada a mostrar la totalidad a partir de las partes. Es deslumbrante en nuestra autora, tanto su agudizada capacidad analítica como su virtuosismo conector de los macro y micro universos propios pertenecientes a la comunidad cofrade negro-musulmana. Los numerosos y diversos matices cargados de necesaria atención presentes en cada objeto, singularidad, circunstancia, gesto, fecha, color, acto, palabra, etcétera, que su método enseña, facilita comprensión sobre cómo la simplicidad máxima es sustento absoluto del organigrama social, espiritual y universal en estas tradiciones. Al leer su libro, nos sumimos en un constante ejercicio de flexibilidad intelectual al tener que sostener realidades ocultas que conviven en una amalgama de misterios presentes en cada faz de cotidianidad. Viviana aúna harmónicamente el rigor disciplinario antropológico, etnográfico, etnológico y sociológico, ciencias usadas por ella en las investigaciones realizadas desde Níger al Mediterráneo tanto en países árabes como en países negros, con la constatación de un sistema común en consonancia con la naturaleza ordenado bajo criterios diferentes de aquellos que acostumbramos.

La repetición de una temática única con variaciones infinitas a lo largo de la franja geográfica anteriormente citada, constata como desde el animismo de Níger, las mismas ideas prosiguen igualmente en países musulmanes llamadas de manera diferente, visiblemente presentes en las cofradías de los esclavos negros. Este sistema es responsable de ordenar cielo, tierra y mundo inferior, determinar los movimientos de los astros a través de la organización territorial, establecer reglas de funcionamiento de las sociedades, de la tecnología o de las realidades invisibles. Dicho sistema ordenador y creador con su naturaleza triple tiene un particular diseño que estará presente en cada objeto, cada suceso o cada institución como figuración a través de la cual se puede encontrar el conjunto de las reglas.

Empírica obra, ejemplifica a través del estudio de una serie de actos rituales minuciosamente elaborados, como el árbol cósmico presente junto con todos los elementos primigenios responden a un único funcionamiento, actuando como receptores y emisores de la transformación deseada. El caos generado por el error cometido en el mito creador, el sacrificio del esclavo, es el que hay que subsanar para volver a instaurar el orden. Los sacrificios de la cabra o el toro negro en las cofradías de negros del África mediterránea entrañan este aspecto enmendador. También el fuerte símbolo triple constituye el esquema sobre el que están construidos los morabitos que albergan las tumbas de los santos, y siguen un calendario que inicia en el momento en que las Pléyades se encuentran más cerca del Sol, coincidiendo con el momento en que Canopus desaparece del cielo antes de renacer. Del mismo modo las celebraciones y fiestas con sacrificios rituales, danzas, trance y movimiento circunvalatorio, también reproducen los caracteres míticos de la “Primera Estrella” donde para recordar la explosión que dio lugar a los elementos, imitan su movimiento con un diseño basado en los signos que adoptan dichos elementos al ser creados. Dotar de representación animal a Sidi Bilal, es otro de los rasgos que caracterizan a las cofradías en su intento de cumplir preceptos para ayudar a mantener la energía vital unificada; pues Sidi Bilal, personifica el re-instaurador del orden, cuando al tercer toque (triplicidad) ante la puerta de Fátima Azahara, ella le abre y él a través de su danza en siete giros (arquetipo humano) sobre un solo pie (árbol cósmico) acompañado de sus qraqub (cuatro elementos), consigue que Fátima Azahara se ría y se reconcilie con su esposo ‘Ali con el que estaba muy enfadada. Las celebraciones y sacrificios, al igual que la presencia, culto e integración de los “Genios” gozan de una importancia monumental por su naturaleza única e intermediaria entre los diferentes planos de existencia, serán comunes en toda el área tratada.

Allende nuestra composición cultural, existen infinitos saberes de los que poder nutrirnos gracias a la vocación pasional e inquietud de conocimiento de grandes buscadores. Viviana Pâques (1920-2007), encarna tal espíritu. Agradezco que diera a luz, éste, su compendio magistral.

El artículo es una reseña crítica de un artículo de la tésis doctoral versada en el árbol cósmico o serpiente triple perteneciente a la cosmogonía africana inserta en las cofradías musulmanas del África occidental. Pâques, V. , “Les confréries d’esclaves noirs en afrique du nord” en l’arbre cosmique dans la pensée populaire et dans la vie quotidienne du nord-ouest africain . parís, institut d’ethnologie, 1964, 219 pp.

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