En estos días he tenido la suerte (y el lujo) de tener en mi emisora a mi paisano y amigo Ángel Esteban, un enamorado de África que esta vez ha venido a Uganda para echarnos una mano. Durante una semana, ha estado poniendo a punto los ordenadores en red, la seguridad informática y la página web que queremos lanzar dentro de poco.
Ya que sé que él está interesado por las iniciativas sociales que tienen lugar por aquí, me lo llevé a ver la escuela de St. Mary en Aboke, una escuela secundaria femenina sita 30 Km de Lira que en el año 1996 se hizo famosa debido a un terrible secuestro masivo de niñas por parte de los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), una guerrilla que sembró de violencia y de dolor todo el Norte de Uganda hasta el año 2006. En esa escuela se forman hoy más de 300 chicas. Es una escuela privada pero no corresponde a la idea elitista que uno pueda tener de tales instituciones… en la misma estudian también un buen número de huérfanas y de chicas cuyas familias apenas podrían hacer frente a los gastos escolares si no fuera porque tienen una bolsa de becas orientadas a apoyar económicamente a aquellas estudiantes que tienen grandes posibilidades intelectuales pero pocos recursos económicos.
Por desgracia, nuestra visita en la escuela tenía lugar en un momento donde ya la población estudiantil había vuelto a sus casas, puesto que las vacaciones de Navidad aquí duran más de un mes y comienzan ya a principios de Diciembre. De todas maneras, creí que aunque no fuéramos a ver a las chicas, una visita al lugar seguía mereciendo la pena así que hasta allá nos encaminamos.
La hermana Ana María, directora de la escuela, nos llevó por los diferentes departamentos y rememoró una vez mas la ajetreada historia de este centro. Llegamos a una clase en la que se veía algo de movimiento y, para nuestra sorpresa ya que como digo era ya tiempo de vacaciones, nos encontramos con un par de profesoras acompañadas por otro par de chicas que habían quedado en la escuela.
Este peculiar grupo se estaba dedicando a una tarea casi exclusiva de los periodos vacacionales: el remiendo de libros. La biblioteca de la escuela es una verdadera maravilla tanto en calidad como en cantidad de libros. Máxime en una situación donde la gran mayoría de las escuelas públicas apenas tienen algo digno de ese nombre, en Aboke la presencia de miles de libros no es debido a los muchos fondos disponibles, sino a la disciplina y tesón de la administración de este centro, que no ha parado para conservar y ampliar esta colección en sus casi 50 años de existencia.
Uno de los secretos para mantener este tesoro literario es el hecho de que cada periodo vacacional, los libros más maltrechos reciben todo un tratamiento de rejuvenecimiento a base de pegamento, cambio de cubiertas o lomos o nueva encuadernación. Por esto no es difícil encontrar un ejemplares de finales de los años 50 que hoy todavía siguen siendo utilizados de manera intensa y permanente por parte de las chicas.
Con Ángel recordábamos los “avances” a los cuales hemos llegado, donde un ordenador de última generación, un electrodoméstico, un teléfono móvil o cualquier otro “cacharro” se quedan obsoletos y se descatalogan en un periodo de pocos meses o años, situación propia de un mundo hecho según el modelo del usar y tirar. Mientras los antiguos crearon cosas “para la eternidad”, los modernos las crean solo para que siga creciendo el mercado a base de que duren un poco de tiempo y luego compremos la misma cosa pero de una gama algo superior.
Mientras esto pasa en nuestra civilización tecnológica, las estudiantes de Aboke siguen hojeando con pasión los mismos libros que utilizaron la generación de sus madres y de sus abuelas. Yo preveo que tardará mucho hasta que en estos lares desembarque el libro electrónico… mientras llega ese día, las estudiantes de secundaria de Aboke siguen leyendo con fruición y siguen desgastando las páginas de unos volúmenes que, posiblemente, volverán a ser remendados de aquí a 3, 5 o 10 años. En un avanzado mundo del usar y tirar, sigue habiendo quien aprecia lo que tiene y lo preserva para que otras personas lo puedan utilizar.
No sé si estas niñas serán más inteligentes y creativas que las que utilizan el Ipad, Facebook o la Tableta de turno… lo que sí sé es que en esa pasión por leer y la férrea determinación para seguir la senda del conocimiento en un contexto a veces tan desfavorable con respecto al desarrollo educacional de las niñas tiene un valor indescriptible.
Original en En Clave de África