Regenerar África y el Mundo a través de una Nueva Gobernanza

27/01/2020 | Editorial

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Entre los buenos deseos de cada Nuevo Año, hay uno que reviste singular relevancia, para África y para todos los pueblos: el deseo y compromiso de gran parte de la sociedad para construir un mundo más humano a través de una nueva Gobernanza.

Un análisis global de la gobernanza actual, particularmente en África, delata la existencia de una minoría de gobernantes que se comportan de forma bastante responsable, gracias al compromiso de la sociedad, como: Ghana, con Afufo Addo, Burkina Faso, con Mark Kaboré, Senegal, con Macky Sall, Kenia, con Uhuru Kenyata y Odinga, Malí, con Ibrahim Keita, etc.

Los mejores ejemplos de gobernanza responsable en África, según el Informe de Bo Ibrahim 2018, son: Mauricio, Seychelles y Cabo Verde.

Es bien conocido que han existido en África lideres ejemplares y carismáticos, como: J.Nyerere, P.Lumumba, T. Sankara, N. Mandela, etc., que siguen siendo una inspiración para todos.

Al mismo tiempo, no hace falta ser un experto africanista para descubrir que tanto en África, como en el resto del globo, el principal lastre y obstáculo para el progreso sostenible de los pueblos, es la mala gobernanza, junto con las clases y partidos políticos actuales. Esta es también la constatación del Informe Bo Ibrahim.

En el África actual vemos 9 presidentes que han pasado más de 30 años en el poder y las dictaduras siguen vigentes: Camerún, con P. Biya, Guinea Ecuatorial, con Teodoro Obiang, Uganda, con Y. Museveni, Ruanda, con P. Kagame, etc.

Por desgracia, la gran mayoría de los gobernantes y sus partidos, en África y en el mundo, ejercen su poder de forma irresponsable en tres dimensiones más relevantes:

  • Buscan primero el control del poder (partido) y el control de recursos, por encima de la dignidad y el bien común de los ciudadanos.
  • Casi todos los gobernantes y partidos políticos caen en la corrupción, delatando una falta grave de principios y valores éticos. Existen ideologías radicales.
  • Fracasan en la creación de empleo, de desarrollo sostenible y de armonía social, causando división y violencia en la sociedad.

La esperanza más realista para superar estos males sociales, y para regenerar un mundo más humano, viene de la sociedad misma, de los movimientos sociales y de los nuevos ejemplos de economía colaborativa, ética y ecológica, que siguen surgiendo por todo el globo.

Ya son muchos los países africanos donde los movimientos sociales, sobre todo de mujeres y jóvenes, han salvado la democracia y gobernanza, como en: Burkina Faso, Malí, Togo, Sudán, Kenia, Sudáfrica, RCA, Túnez, Ghana, etc.

En varios países y regiones, sobre todo en el hemisferio norte, el nuevo tipo de economía colaborativa ha alcanzado ya más del 30% del PIB y siguen creciendo.

El hecho de que más de un 40% de la sociedad no vote a los actuales partidos políticos en las elecciones al gobierno, tanto en África, como en Europa y en otros continentes, delata una clara decepción y falta de apoyo a este tipo de gobernanza.

Lo más relevante es que la sociedad actual, en África y en otros continentes, tome en serio su poder y responsabilidad para elegir un nuevo tipo de gobernantes y una nueva forma de gobernanza.

Las actuales clases políticas y partidos con sus gobernantes, son más parte del problema que de la solución. No solamente suponen un peso económico excesivo para cada sociedad, por gastar y malgastar gran parte del presupuesto, sino que además gestionan los recursos existentes de forma partidista e irresponsable, causando el aumento de personas empobrecidas y aumentando la desigualdad social.

Necesitamos elegir líderes y gestores, que sean: INDEPENDIENTES de toda política partidista actual, COMPETENTES Y RESPONSABLES, para gestionar los recursos existentes para los diferentes departamentos o ministerios, regionales y nacionales, al servicio de la dignidad humana y del bien común.

Por tanto se hace imperativo abandonar estas clases políticas y tipo de gobernanza actuales, aquí y en África, si queremos superar esta economía capitalista e inhumana y los grandes males sociales que sufren la mayoría de las sociedades.

Está en nuestro poder elegir líderes independientes, competentes y responsables para fomentar una gestión adecuada de todos los recursos y servicios, buscando el desarrollo sostenible de toda la ciudadanía, por encima del lucro a costa de los demás y del Planeta.

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