Según la Agencia de la Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) 21.000 refugiados viven en Togo, pertenecientes a 14 nacionalidades diferentes, incluyendo marfileños, ghaneses, ruandeses o centroafricanos. Algunos llevan establecidos en el país desde hace muchos años. La mayoría han huido de sus países a causa de la guerra y de los conflictos étnicos.
Según los datos aportados por el Ministerio de Administración Territorial de Togo, 3.000 refugiados viven en la capital del país, Lomé, otros están instalados en zonas rurales
Miles de ghaneses viven en el norte de Togo (prefecturas de Sotouboua, Dankpen y Tandjoare) y la mayoría de ellos no desea regresar a su país de origen.
Tanto para el ACNUR como para el Gobierno togolés, existen tres posibilidades que deben ser planteadas: la repatriación, el reasentamiento y la integración local.
Esta última opción es la que está siendo considerada para los refugiados que han pasado al menos 5 años en Togo.
Las autoridades deben redefinir sus políticas migratorias para adaptarse a la situación.
El gobierno aprobó el martes un ante proyecto de ley que ampliará la comisión nacional para los refugiados a los representantes del Ministerio de Administración Territorial. Esta ampliación servirá, entre otras cosas, para tener en cuenta los aspectos de la convivencia entre los refugiados y la población local en el proceso de identificación de las sedes para los refugiados.
También se propone que la comisión acoja en su seno a representantes del Ministerio de Economía y Finanzas, a fin de facilitar y tener en cuenta todos los aspectos relacionados con los recursos económicos.
[Fuente: republicoftogo.com-Fundación Sur]