Reflexionando sobre Angola, por Virgilio Samakuva

26/03/2013 | Bitácora africana

Hay cuatro cosas que han sucedido en mi país, durante las últimas semanas, que me han llevado a una reflexión, que me gustaría compartir con mis conciudadanos, estén donde estén:

a) 23 de Febrero de 2013: El líder del mayor partido en la oposición, acompañado por otros responsables de su Partido se dirigen hacia un barrio de la capital, Luanda, con el único fin de visitar a vecinos en situación de dificultad. Se produce una agresión física en contra de uno de los diputados, la comitiva es impedida de realizar la visita por un cordón policial, con apoyo de helicópteros, al estilo de las grandes dictaduras del siglo pasado.

b) 02 de Marzo de 2013: Un artista nacional que va a promocionar sus obras, en otro barrio de la capital, en vez de ser valorado y estimulado en su trabajo, termina con sus obras confiscadas también por agentes de la policía; lo mismo ocurre con otras obras en video, en el que se representa la vida del primer presidente de un partido angoleño, signatario de los Acuerdos de Alvor y ya fallecido; .

c) 11 de Marzo de 2013: Un sector de la sociedad, que se siente ofendido por la actuación de otros ciudadanos, va presentar un proceso judicial a la Procuraduría General de la Republica (Audiencia Nacional) en contra de supuestos infractores (altas personalidades del régimen entre los que se incluye el ciudadano Presidente de la Republica); pero surgen personas, incluyendo “ilustres”, que tienen el valor de pronunciarse en contra de tal acción, tildándola de incomprensible, anti-paz, provocadora, etc, etc.

d) 13 al 15 de Marzo de 2013: Diputados del segundo Partido más votado, que van celebrar jornadas parlamentarias en la capital de una provincia del interior del país, transmitiendo de esta forma el calor de la democracia a los ciudadanos de la provincia privados de información que debido a los obstáculos impuestos por el régimen, no sobrepasa el perímetro de la capital del país. Una iniciativa que debía de ser estimulada por el Ejecutivo haciéndola quizá extensiva a los demás grupos parlamentarios. Cuando llegan, los diputados visitantes, encuentran en la ciudad, la prohibición de ocupar las habitaciones del único hotel de la ciudad, con reserva y pago realizado con la debida antelación. La explicación que se les da, es que el gobierno de la provincia tiene otros supuestos clientes que van a ocupar las mismas instalaciones, para otro programa gubernamental que, sin embargo, ni siquiera se realiza. Esta práctica ya ha sucedido varias veces, en otras ciudades, de la misma forma que se impide también a los ciudadanos a acudir a actos públicos que sean organizados por la oposición.

Cualquier persona que lea noticias de este tipo y sepa que esto sucede en su país, naturalmente que siente tristeza por un lado y vergüenza de otro, independientemente de la familia política a la que pertenezca. ¡Esto es una vergüenza nacional! Y lo que más preocupa, no es la reacción, sino la época en que ocurren estos actos y quién los dirige:- Siglo XXI, régimen instalado en un país de África, Angola, independiente hace casi 38 años y en su tercera legislatura de un régimen al que llamamos democrático. Si, tras unas elecciones “brillantemente ganadas” por el MPLA, los órganos salidos de ellas actúan de esta forma, me parece que tenemos que ampliar nuestras lupas para que veamos más claro.

El Ejecutivo tiene mucho más que hacer en lugar de dedicarse a ese trabajo tan vil de correr tras los ciudadanos como si estos fueran simple ganado. Los niños de familias con el mínimo de recursos siguen huyendo de la enseñanza nacional, considerada de pésima calidad que solo sirve a los que no encuentran alternativa; los hospitales nacionales se quedan para los que no tiene alternativa, mientras los que pueden, huyen hacia los hospitales de Namibia u otros países. Si tu invitas a un amigo a tu casa que sea extranjero, éste tiene que aprender a encontrar un gran cubo de agua (cuando lo encuentre), con un gran jarro para sacarla del cubo y utilizarla, cuando necesite ir al baño; es que la casa no tiene agua corriente, incluso en la capital del país, una de las más caras del Mundo! Es una vergüenza.

Pero se gastan recursos públicos, solo para impedir que los electos del pueblo visiten a ciudadanos pobres, que solo piden que se les eche una mirada y se constate la miseria en que viven. Estos aparatosos dispositivos policiales que se movilizan para hacer este trabajo sucio, son pagados por esa misma ciudadanía. Estos helicópteros que van allí a mostrar su destreza gastan dinero de este mismo pueblo, dinero que debía de ir a resolver los problemas que acabamos de mencionar.
Decididamente, los angoleños tenemos que hacer el balance y sacar algunas conclusiones sobre nuestra democracia.

Una agresión física a un diputado y, más grave, ejecutada por un agente de la autoridad, es de tamaña gravedad, que me pregunto si los mentores de estas acciones represivas, de hecho han entendido, el papel y el sitio de cada pieza en este nuestro ajedrez. Pero la preocupación mayor, es que no es conocida hasta hoy, ninguna reacción del mismo Parlamento. ¡Una agresión a un diputado, es una agresión a toda la institución! ¿En qué lugar pondremos nuestro Parlamento, si el trabajo de los diputados depende del buen humor del Ejecutivo que los expone ante la agresividad violenta de policías, sin que se oiga alguna reacción a su favor?

Todo este aparato represivo utilizado en particular en contra de la visita a los sin abrigo, desahuciados por el régimen, impidiéndoles recibir el mínimo de ayuda y sobretodo el apoyo moral, solo me lleva a pensar que los que nos gobiernan no han entendido nada de la democracia. Sí. Porque democracia no es una palabra vana. Es un comportamiento que sin embargo, es diferente de este que hemos visto. La represión contra la libertad de movimiento, contra la libertad de trabajo (de diputados o no), represión contra la libertad de expresión artística, todo esto no participa del sentido de la palabra “democracia”.

Menos mal, porque de cada vez que se confiscan obras de arte de un cantante o de otro tipo de artista, estarán creando todavía más fans para ese artista.

Menos mal, porque haga lo que haga el régimen dictatorial que nos gobierna, no hay nada, absolutamente nada, que consiga borrar ni distorsionar indefinidamente en la historia de Angola, el papel desempeñado por Jonas Savimbi, por Agostinho Neto y por Holden Roberto. Menos mal, porque cada vez que se comete uno de estos actos, se estará escribiendo con letras de oro más gruesas, el inolvidable nombre de la persona cuya lucha hizo que la democracia y la primacía del angoleño estén hoy en vías de su concreción.
En este andar del carruaje considero que la ciudadanía en su conjunto, con nuestros académicos más lúcidos etc, tengan que explicar más a los que dirigen, porque, puede que incluso sea un problema de ignorancia u olvido, necesitando un reciclaje, debido al largo periodo de tiempo en que el Colonialismo y el Partido Único nos han mantenido en el obscurantismo.

Porque, cuando incluso el que debía pertenecer a la fina flor y reserva moral de nuestra sociedad, va en contra de una acción judicial interpuesta en un tribunal nacional como es el caso, debemos de ver, si no hay en nuestra mentalidad alguna pieza desencajada. Entonces, si en un Estado de Derecho hay una agresión a las leyes del país, ¿cuál sería la institución legal que deberá dirimir el asunto si no los tribunales?

¿Cuál es la posición de estos dos o tres “ilustrados” con relación al sabotaje que ha tenido lugar en Menongue en contra de las jornadas parlamentarias? ¿No sería este el momento ideal, para hablar de la necesidad de preguntar cuáles son las reales intenciones de los autores de tal acción?

Debido a que estoy convencido que esa posición no corresponde a la de la institución a la que esas personas pertenecen y, con todo el respeto que todavía les es debido, sería bueno que ellos mismos explicasen bien, con el fin de elucidar a los que todavía les tienen confianza: – “En un Estado Democrático de Derecho como es Angola, a cuál de las instituciones debería acudir el representante de más de los 1 074 565 electores angoleños confirmados, además de otros 2 341 841 excluidos de la votación y que se han sentido lesionados por una mala conducta de otros ciudadanos? ¿Debería acudir al Ministerio de la Agricultura? ¿Al Ministerio de Sanidad? ¿O será que debíamos de volver a los tiempos del “sí, jefe”, “sí patrón” y mantenernos callados como un rebaño de ovejas?

Reflexionemos con profundidad sobre el estado de nuestro país porque en verdad, hay cosas que a uno le ponen la piel de gallina y llevan a pensar que debemos de estar muy enfermos, sin que seamos conscientes de ello.

Autor

  • Kanjimbi Samakuva, Virgilio

    Nació en Angola, de una humilde familia campesina.

    Estudios primarios en una escuela de misioneros canadienses, secundarios en una escuela oficial del Portugal colonial y universitarios, fuera de su país.
    Es licenciado en ciencias políticas y sociología por la UNED, Master de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior por el INFOREM y titular de un diploma de Altos Estudios Internacionales por la SEI de Madrid.

    En la Universidad de Abidjan perfeccionó sus conocimientos de la lengua francesa y en Madrid la española, lenguas que escribe y habla fluentemente, lo que le confiere la posibilidad de comunicarse con facilidad en cuatro idiomas distintos.
    Fue sucesivamente militar del ejército portugués, funcionario público en Angola, y durante años, representante del partido político angoleño UNITA en las capitales de la Republica de Zaire, actual Rep. Democrática del Congo, la Republica de Costa de Marfil y posteriormente Delegado junto a la Comunidad Angoleña en España, país donde reside en la actualidad.

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