La Junta militar de Abdourahamane Tiani anunció el pasado viernes 6 de octubre en un comunicado oficial, emitido en la televisión nacional nigerina, que debido a las “fuertes sanciones impuestas por las organizaciones internacionales y regionales” el país se encuentra sumido en una grave crisis debido por una “disminución significativa de los ingresos”.
Ante esta coyuntura, el gobierno de Tiani, quién llegó al poder el pasado 26 de julio tras derrocar mediante un golpe de estado al presidente Bazoum, se ha visto obligado a recortar el presupuesto estatal en un 40%. Lamine Zeine, primer ministro de la Junta militar, ha expuesto a la población nigerina que la prioridad del gobierno será el pago de los funcionarios con el fin de garantizar la estructura de seguridad con la que cuenta Niamey ante la amenaza yihadista.
A pesar de que Níger cuenta con unas grandes reservas de oro, uranio, petróleo y gas, las sanciones internacionales interpuestas por la CEDAO, así como por las potencias occidentales aliadas del régimen de Bazoum, han debilitado notablemente a esta economía saheliana. La inflación no ha hecho más que subir desde que el nuevo régimen militar accediera al poder hace ya dos meses y los suministros básicos como la electricidad, el agua potable o los medicamentos resultan cada día más escasos.
Ante estas medidas de coerción, el nuevo gobierno militar de Niamey ha estrechado lazos en materia de cooperación económica con las juntas militares de Malí y Burkina Faso; aliados en la lucha contra la insurgencia yihadista en la región y por el mantenimiento de sus regímenes golpistas.
Fuente: Guardian NG
[Traducción y edición, Gabriel Castro]
[CIDAF-UCM]