RDC, Cónclave de Bruselas: Vital Kamerhe acusado de jugar contra la oposición

27/06/2016 | Opinión

Hecho inédito en la historia de la República Democrática del Congo (RDC), la casi totalidad de la oposición congolesa se reunió esta semana en Genval, en las afueras de Bruselas, para ponerse de acuerdo sobre una estrategia común a fin de lograr la salida de Joseph Kabila, el 19 de diciembre próximo, como lo dicta la Constitución. Este evento calificado de “histórico” sin duda constituye un giro en la reciente vida política del Congo Kinshasa.

La Mayoría en el poder trató de replicar criticando esta “gran ceremonia” que se desarrolla, según ella, con grandes gastos en la antigua capital colonial. Pero paradojalmente, las críticas más virulentas vienen de las filas de….la oposición misma. Más precisamente de una de sus franjas minoritaria que teme ser marginada. La Unión por la Nación Congolesa (UNC), canal oficial de Vital Kamerhe, es particularmente señalada con el dedo.

“Inédito”, “histórico”, los calificativos no han faltado para definir el “Cónclave de Bruselas” cuyas “conclusiones de Genval” llevaron a una “reunión” sin precedentes de las “fuerzas políticas y sociales adquiridas con el cambio y la alternancia”. Varias horas de discusión, consecutivas a meses de esfuerzo, finalmente fueron recompensadas. La oposición, numerosa en la RDC, terminó por llegar a un acuerdo sobre un cierto número de puntos inviolables: aplicación de la resolución 2277 de las Naciones Unidas para el lanzamiento del proceso electoral, cese de las persecuciones judiciales contra los miembros de la oposición, liberación del espacio mediático y de los presos políticos, establecimiento de un órgano de coordinación de las acciones a llevar sobre el terreno. Sobre todo, las principales fuerzas de oposición de la RD congolesa, considerada dividida y debatida entre diferentes líderes, lograron entenderse y acordar una estrategia cuyo objetivo es rechazar categóricamente el “diálogo” convocado por Joseph Kabila y garantizar el estricto respeto de la Constitución. Dicho de otra forma, lograr la salida del actual presidente en términos de su segundo y último mandato constitucional a más tardar el 19 de diciembre de 2016 a las 23:59 hrs.

La réplica de la mayoría

Al sentir que un gran peligro pasó de cerca, la Mayoría Presidencial (MP) trató de responder al día siguiente del Cónclave, el viernes 10 de junio. Con respecto al fondo, al calificar de «tentativa de golpe de estado institucional» las conclusiones de Genval. Pero también con respecto a la forma, al criticar por una parte la elección del lugar, y por otra, el costo, presentado como exorbitante, de la manifestación. «Sé que la autoridad perdió todo sentido de la proporción, a base de estar colmado de dinero público. Esta gente de la MP ya no tiene los pies sobre la tierra y tiene la tendencia a sobrevalorar todo, acostumbrados como están a quedarse con la diferencia», replica con ironía un oponente que estuvo durante el Cónclave. Antes de continuar: «la Mayoría trata de esparcir una red de mentiras para esconder lo esencial: la tentativa de Joseph Kabila de mantenerse en el poder en desprecio de la Constitución».

En realidad, la elección del lugar es producto de eventualidades muy reales. El diputado Delly Sesanga, presidente de la Alternativa para la República, justificó la opción de la capital belga para el Cónclave, asegurando que tal reunión no habría podido llevarse a cabo en Kinshasa «incluso con la mejor voluntad del mundo». El riesgo de prohibición, incluso de detención, era patente. Por otra parte, se recuerda la burocracia administrativa de la cual fue víctima Moïse Katumbi, quien hace algunas semanas no pudo dirigirse de Lubumbashi a Kinshasa, para los funerales de Papa Wemba.

El sábado último incluso, tuvieron lugar numerosos arrestos en la capital congolesa con motivo de las «Noches en pie de Kinshasa». Sobre todo, Etienne Tshisekedi, la fuerza incitadora de este Cónclave, vive de hecho en Bruselas donde regularmente es objeto de cuidados. «Estamos invitados. Entonces nos corresponde a nosotros desplazarnos», precisa un diputado que participa en el Cónclave. En off, algunos hacen valer el hecho que la avanzada edad de la Esfinge hace sus desplazamientos sean particularmente incómodos. Otros incluso, no se privan de recordar que la Mayoría Presidencial se dirigió en múltiples ocasiones a Europa, y no importa dónde (a Bruselas, pero también a Ibiza, Mónaco, Bolonia, etc.) para reunirse con Tshisekedi, y discutir con la UDPS en el marco de discusiones previas en vista de un hipotético diálogo. Y, en cada ocasión, a costa del contribuyente congolés.

El costo del Cónclave

Otra crítica hecha a este Cónclave es su supuesto costo. En las redes sociales los partidarios de la MP han considerado sumas exorbitantes. «Varias centenas de millones de dólares» por aquí, «tres millones de euros» por allá, se podía leer en facebook y twitter. Pero paradojalmente, las críticas más virulentas al respecto vinieron de… la oposición misma. Citado por el diario francés Le Monde, Vital Kamerhe, presidente de la UNC, critica la elección del Château du Lac en las afueras chic de Bruselas, «un lugar demasiado ostentoso» para el que afirma no querer mezclarse con esta «oposición caviar». «¡Es más chic aquí que el Hôtel du Fleuve en Kinshasa mientras que nuestros compatriotas están muriendo en Beni!», confió a nuestra colega de Le Monde, Elise Barthet. Y el líder de la UNC continúa: «encontrarse en junio en Bélgica, como en 1959 durante las negociaciones por la independencia, es también volver cincuenta años atrás. El combate debe llevarse sobre el terreno». Declaraciones juzgadas como «maliciosas» en las filas de los participantes en el cónclave.

«El burro hablando de orejas», replica secamente un oponente «conclavista» que a su vez critica «el costoso estilo de vida» de Vital Kamerhe. «Viniendo de alguien que cada mes se dirige a Europa en Air France, en clase ejecutiva, cuyo pasaje oscila entre los 6000 y 8000 euro, mientras que un pasaje en clase económica cuesta diez veces más barato – 800 euros-, y que baja al George V (un palacio parisino), es bastante provocador. Por cierto, me pregunto quién financia todo eso», señala fingiendo interrogarse, enigmático.

«Su actitud me deja reflexivo. Cada vez que estamos cerca de la meta para lograr la unión de la oposición, Vital retrocede uno o dos pasos», evoca un responsable de la Dinámica de la oposición que eligió participar en el Cónclave. «Él pensaba que la hora le había llegado. Pero otros están a la cabeza dentro de la oposición. En el seno mismo de la Dinámica, una de las principales plataformas de oponentes, su líder fue siempre cuestionado. Razón por la cual, por cierto, no hay presidente en la Dinámica sino una «moderación cambiante». Sin duda Vital Kamerhe se siente superado por otros dentro de la oposición, lo que explica que no haya deseado tomar parte en el Cónclave, contrariamente a Martín Fayulu de ECIDÉ, a Joseph Olenghankoy de FONUS, o incluso Jean-Bertrand Ewanga o Claudel Lubaya, dos eminentes figuras de la UNC, analiza un profesor en Ciencias Políticas de la Universidad de Kinshasa (UNIKIN), quien insiste en el riesgo de marginalización del líder de la UNC dentro de la oposición de la RD congolesa.

Etienne_Tshisekedi.jpgEl carisma de la «Esfinge»

De hecho, el éxito del Cónclave – y a través de él, de la tarea de unificación de la oposición – se debe mucho al carisma de la Esfinge, Etienne Tshisekedi, que continúa gozando, a pesar de la edad, de una fuerte popularidad, en particular en Kasaï y en Kinshasa. De la opinión unánime de los participantes en el Cónclave, su aporte práctico y simbólico fue determinante en Bruselas. ¿Y qué de Moïse Katumbi? «vendrá, no vendrá», la interrogante estaba en boca de todos los participantes del Cónclave. Finalmente, aunque no se dirigió en persona al Château du Lac, su sombra habría rondado permanentemente en la manifestación. Por cierto, el éxito del Cónclave debe mucho al activismo de sus cercanos: Raphaël Katebe Katoto, su hermano mayor, Olivier Kamitatu, el vicepresidente del G7, o incluso Salomón Kalonda, su principal consejero. Su (omni) presencia en las discusiones demuestran, si fuera necesario, la adhesión total de Moïse Katumbi a este Cónclave.

Durante este tiempo, en los pasillos del Château du Lac, no se calmaba frente a la actitud del líder de la UNC, a semejanza de Francis Kalombo, el ex presidente de las juventudes del PPRD. «Vital Kamerhe nunca trabajó en beneficio de la oposición. Por otra parte, cuando él pide protestar en el Congo, la autoridad se lo concede siempre», declaró al micrófono de nuestros colegas de Tele Tshangu. Una opinión compartida por numerosos militantes de los movimientos ciudadanos, también presentes en Bruselas. Para este responsable de la Lucha, las cosas están claras. «Con motivo del Cónclave se cayeron las máscaras. Una parte de la oposición jugó contra su equipo». Compréndase, para el de la Mayoría Presidencial. En privado, el entorno de Joseph Kabila no disfruta de su pasatiempo. Y hoy, esta ya no duda en exponerlo públicamente. En twitter, Jean – Pierre Kambila, director adjunto del presidente de la república, dijo este fin de semana «feliz de constatar que finalmente Vital Kamerhe ponía por delante los intereses de la nación». Propósitos que indiscutiblemente han creado confusión. «A veces, frente a Kamerhe, incluso Lambert Mende y Aubin Minaku pueden parecer moderados. Es decir…» se lamenta otro conclavista.

Más allá de las consideraciones tácticas que presiden la no participación de ciertos oponentes al Cónclave, el costo del evento no corresponde en nada a las sumas grandilocuentes dichas por sus detractores en las redes sociales. Según las verificaciones realizadas, la sala que recibió la manifestación se arrienda por 2500 euros al día. La cena del miércoles, que reunió a 80 invitados, costó 40 euros por cabeza, o sea un total de 3200 euros. En consecuencia, estamos muy lejos de las cifras extravagantes que circularon por las redes sociales.

Además, y contrariamente a ciertos rumores y especulaciones (Lambert Mende que habla de una mano extranjera que habría «comprado» la manifestación), cada participante se hizo cargo individualmente o lo fue a través de su partido, «transporte y alojamiento en el lugar incluidos», nos indicó un miembro del G7. Este principio sólo sufrió dos excepciones: «Etienne Tshisekedi ofreció la cena del miércoles y la UDPS pagó la sala de reunión», precisó un miembro del partido de Tshisekedi. «En realidad, el costo es módico. Si el respeto de la democracia es a este precio en la RDC, entonces es un precio justo. Y se trata en todos los casos de dineros privados, no públicos. Sin duda una gota de agua con relación a todo lo que es malversado cada semana por la MP», podía leerse como reacción en las redes sociales.

El presidente Joseph Kabila no anda nunca corto de ideas para mantenerse en el poder. Pero después del Cónclave en Bruselas, su margen de maniobras para lograrlo se ha reducido indiscutiblemente. Aquellos en la oposición que permanecieron, por diversas razones, fuera del Cónclave corrieron el riesgo de encontrarse definitivamente fuera de juego en el encuentro democrático que, en la RDC, enfrenta a los partidarios del estado de derecho a los que tratan de descartar, en su interés personal, las disposiciones de la Constitución. La bipolarización de la vida política congolesa, con la «Mayoría Presidencial» por una parte y la «reunión» de la oposición por la otra, está en funcionamiento. De ahora en adelante corresponde a cada uno elegir su equipo. Quedarse en medio del camino resultará una postura insoportable…

Adrien Seyes

Afrik Com

[Traducción, Jeimy Henríquez Cáceres]

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