Quieren Nueva Ley Sobre la Donación de Órganos en Uganda

29/06/2015 | Crónicas y reportajes

A diferencia de otras partes del mundo, Uganda nada más permite donantes que aún permanezcan con vida.

Conseguir que un órgano que ya no funcione apropiadamente sea reemplazado puede salvar la vida de una persona enferma o mejorarla considerablemente. En Uganda la necesidad de reemplazar órganos está aumentando diariamente. Más de 10,000 pacientes por año, especialmente adolescentes, necesitan un trasplante de cornea.

En una reciente visita al Hospital Nacional de Remisión de Mulago, encontramos que más de 60 pacientes necesitaban un trasplante de riñón urgentemente. Sobrevivían a costa de costosos tratamientos de diálisis mientras buscaban un donante de órganos. Habían otros esperando para donaciones de corazón, hígado y pulmón. Desafortunadamente, conseguir un donador es un proceso difícil y complejo.

A diferencia de otras partes del mundo en donde uno puede escribir un testamento en donde estipula que dona sus órganos cuando mueren (donadores muertos), Uganda nada más acepta órganos de donantes que permanezcan aún con vida.

Entonces solamente a aquellos entre los 18 y 45 años se les permite ser donantes . Esto es porque a esta edad, se ha alcanzado la suficiencia para poder dar consentimiento independiente y muchas enfermedades hereditarias ya deberían de haber aparecido. Con más de 45 años, los órganos se comienzan a degenerar convirtiéndose en alguien no apto para donar. Algunos órganos como el riñón o el hígado no crecen más y no son capaces de sustituir la parte que fue removida. El Dr. Simon Peter Eyoku, un nefrólogo (experto en enfermedades del riñón) y jefe de la unidad renal del Hospital de Mulago, dice que para donar un órgano se necesita más que alguien que esté dispuesto a hacerlo.

Dice que mientras los riñones, parte del hígado y los pulmones pueden ser transplantados de una persona con vida, para que el corazón y la córnea pueda ser transplantado el donante tiene que estar bajo muerte cerebral. Lo que quiere decir que la parte del cerebro llamada tronco cerebral, que controla la respiración, ha dejado de funcionar permanentemente. Un paciente bajo muerte cerebral permanece vivo gracias a una máquina que cumple las funciones que su cerebro ha dejado de realizar. En caso de una donación de corazón, el órgano deberá de ser removido dentro de las siguientes 6 horas. Dentro de este periodo, el doctor que hará el trasplante deberá de de llamar a un médico independiente para confirmar la muerte cerebral del donador. Luego los familiares de donador también confirman la muerte y aceptan que se le quite cualquier soporte de vida y que se recojan sus órganos. Desafortunadamente, dice el Dr. Ssali Nsibirwa, presidente de la Universidad de Oftalmología del Este, Centro y Sur de África, que no hay ninguna ley que permita a las personas antes de morir firmar un comprobante en donde acepten donar sus órganos.

Selección Compleja

Eyoku dice que los donantes vivos son categorizados en dos grupos; los vivos afines y los vivos no afines. Los más recomendados son los vivos afines. En este grupo sin embargo, la madre de un paciente, su hermana o hermano con quien comparten mamá son los más recomendados. Estos se consideran donadores de primer grado. Cuando un donador no es tomado de esta categoría, entonces se consideran a los donadores de segundo grado. Sin embargo, estos deben de someterse a numerosos exámenes, especialmente de similitud genética, para descartar el posible rechazo del órgano. Luego los vivos no afines son el grupo de última instancia. Estos no tienen ninguna relación genética con el paciente pero sus órganos son compatibles ya que son del mismo grupo sanguíneo. Para esta categoría, Eyoku dice, que se deben de tener cuidados para evitar futuros desacuerdos sobre el órgano. Es por esto que la mayoría de las veces son los esposos, esposas o amigos quienes son considerados. También es ilegal comprar o vender alguna parte humana en Uganda y aún así es extraño para las personas ofrecer sus órganos a aquellos que lo necesiten por pura bondad.

Como resultado, los pacientes que necesitan un trasplante de córnea tienen que pagar cerca de Shs15 millones para que el tejido pueda ser exportado de los Estados Unidos. De manera alternativa, el paciente puede ser referido y poder hacerse la operación fuera del país. Esto es también principalmente porque Uganda no tiene un banco de córneas. Esto es en parte porque no hay alguna ley que le permita a las personas firmar directamente la donación de sus órganos antes de morir.

Más Obstáculos

La Dra. Juliet Otiti, otra oftalmóloga, dice que aunque no tener una ley sobre donaciones es un problema, el mayor reto es hacer que Uganda rompa la cultura de asociar ciertas prácticas con brujería y querer morir con todas sus partes corporales intactas ya que podrían salvar a miles de vidas. Dice que se necesita poner infraestructura en donde los donantes dispuestos puedan registrarse y que puedan preservar sus órganos una vez que mueran.

El mayor reto con los donantes que ya no están vivos, dice Eyoku, es que aunque el cerebro pueda no estar funcionando el donador debe de permanecer con vida y bajo máquinas de soporte de vida. Pero esto hace más difícil que su familia acepte entregar los órganos aunque estén consientes de que no hay posibilidad de que sobreviva. Dice que el éxito de cualquier programa de trasplante depende en el número de individuos que indican en avance de su muerte su deseo de ser donadores formalmente al firmar documentos, aunque algunas personas nada más lo dicen pero no dejan nada firmado. Esto lo hace difícil para poder ser permitido legalmente llevarse sus órganos.

“Para identificar posibles donadores, actualmente confiamos en la palabra de los pacientes, ya que asociar su genética es costoso para un país como Uganda”, dice Eyoku. Dice que cada país tiene su propio sistema de asociación y de distribución de órganos de personas ya muertas. En Uganda, cuando un órgano se habilita, no se le da a la persona que ha estado esperando por más tiempo, pero a la persona que sea más apta para aceptarlo. Dice que llegar a esta decisión requiere muchísima investigación. Esta espera, puede llegar a ser de un día o de años.

Eyoku dice que hay necesidad de aumentar el acceso a información acerca de donación de órganos ya que muchas personas no se convierten en donadoras por información equivocada acerca del después de la operación. En el mundo desarrollado, las personas que consideran la donación de órganos cuentan con abogados que los guían durante el proceso.

Fuente: The Independent Uganda. / Traducción: Carolina Ruiz.

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster