Las FDU-Inkingi, cuya presidenta, la señora Victoire Ingabire, está encarcelada por el régimen ruandés de Paul Kagame, atraviesan actualmente una crisis. El encarcelamiento de la Sra. Ingabire ha supuesto un duro golpe para las FDU. Había logrado asentar su liderazgo e imponer su estilo, lo que le permitía agrupar en torno a ella a todos los tenores del partido. Desde su llegada en enero de 2010 a Ruanda logró organizar la oposición ruandesa que comenzaba a emerger. Sigue siendo la figura emblemática de esta oposición, a pesar de seguir en la cárcel.
Las luchas intestinas actuales entre los tenores de las FDU que permanecen en Europa existirían, al parecer, desde hacía tiempo, pero el carisma y sentido de responsabilidad de Victoire Ingabire habrían permitido preservar la unidad del partido y la unidad entorno a su figura. Su regreso a Ruanda para participar en las elecciones presidenciales de agosto de 2010 ha significado el inicio de una importante crisis entre los cuadros del partido que han permanecido en Europa.
Esta crisis ha estallado públicamente como consecuencia de un comunicado firmado el 26 de enero de 2011 por Eugène Ndahayo, presidente del Comité de Apoyo (CS) de las FDU. Recordemos que este Comité se puso en pie el 4 de abril de 2010. Presidido por Ndahayo, estaba compuesto por una docena de miembros surgidos del comité de coordinación y de antiguos miembros de la ejecutiva que no acompañaron a la Sra. Ingabire a Ruanda, entre ellos el mismo Ndahayo. Este órgano, creado por los antiguos tenores del partido estaba pensado para colocar algunos de ellos que se habían convertido en simples miembros del partido tras la marcha de su presidenta y la puesta en pie de una ejecutiva provisional en Ruanda.
Este comunicado del 26 de enero excluía a dos miembros del CS, concretamente a Nkiko Nsengimana (vicepresidente del CS y presidente del comité de coordinación) y a Sixbert Musangamfura (responsable de relaciones exteriores del CS) , expulsados por indisciplina al haber firmado, sin autorización del presidente del CS, el comunicado que clausuraba las negociaciones de la puesta en pie de una plataforma política con el partido RNC (Rwandese Nacional Congreso), del que Kayumba Nyamwasa y Patrick Karegeya, refugiados en Suráfrica, son miembros fundadores.
Sin embargo, esta exclusión suscita varias preguntas: ¿por qué han sido suspendidos los dos miembros? ¿Por qué los otros dos miembros del CS, Mberabahizi y Mdereheye, que les acompañaban, no han sido también suspendidos? ¿El presidente del CS tenía poder para suspender, el solo, a otros miembros del CS? ¿Por qué unos días más tarde el presidente y algunos miembros del CS publicaron un comunicado en nombre de dos antiguos paridos (ADR y FDR) que habían dado nacimiento a las FDU y que se habían fusionado con el RDR para formar el partido de las Fuerzas Democráticas Unificadas (FDU)?
La respuesta a la última pregunta aparecerá en el comunicado publicado por estos miembros del CS el 14 de febrero de 2011 en el que anuncian que retoman la dirección del partido en detrimento del comité ejecutivo provisional de las FDU en Kigali, al que reducen a ser un órgano ejecutivo del consejo político local.
Parece oportuno plantear la cuestión de saber qué poder tienen estos miembros del comité de apoyo, cuyo papel lógicamente debería limitarse a facilitar y sostener las acciones del partido en Ruanda, para retomar la dirección del mismo en detrimento del comité ejecutivo provisional puesto en pie el 13 de marzo de 2010 y presidido por Victoire Ingabire: ¿no se trata de un golpe de estado?
Es en este clima de desorden es en el que el comité de coordinación ha convocado un mitin de las FDU para explicar a los miembros del partido la situación de crisis que atraviesa el partido. Este comité encargado de coordinar las actividades del partido entre los miembros del interior y los del exterior se formó poco tiempo antes de la marcha a Ruanda de la Sra. Ingabire, conforme a una decisión adoptada por el consejo político el 29 de septiembre de 2009.
Los partidarios de las FDU, los ciudadanos ruandeses y los observadores que albergaban fundadas esperanzas en las FDU como fuerza emergente y alternativa al régimen dictatorial actual establecido en Kigali, están actualmente inquietos. En efecto, hay riesgo de que el régimen se aproveche de esta crisis para aniquilar el partido. La historia de los movimientos de lucha pacífica o armada nos recuerda que este tipo de crisis forma parte de un obligado proceso de reforzamiento y de perduración del movimiento a condición de que el partido salga indemne de la crisis.
Lo que es tranquilizador en esta historia es que las FDU han encontrado en la Sra. Victoire Ingabire una líder con la que se sienten representadas no solo los partidarios del movimiento FDU, sino también muchos ciudadanos ruandeses del interior, de la diáspora y del exilio. Gracias a su fortaleza, la Sra. Ingabire, ha sabido devolver la esperanza a un pueblo oprimido; ha sabido, con su coraje, volver a insuflar energía a la gente para batirse contra una tiranía más represiva que nunca; y aunque solo sea por eso, Victoire Ingabire sigue siendo el único patrón de las FDU, a pesar de su encarcelamiento. La lamentable batalla de comunicados contradictorios vía Internet en la que están involucrados los tenores de las FDU no modifica para nada esta realidad.
Grégoire Karekezi
Ruanda: Victoire Ingabire mantiene la cabeza alta
«Solo la unidad pondrá fin a la dictadura» ha afirmado ante unas 50 personas venidas a visitar tanto a ella como a otros prisioneros encarcelados en Kigali por el FPR, como Bernard Ntaganda, Déo Mushayidi y Charles Ntakirutinka.
Tras 148 días de detención, la determinación de Victoire Ingabire permanece intacta y ha anunciado a sus visitantes que “aquellos que ponen por delante su ego y sus intereses personales apuñalan por la espalda a los mártires por la democracia”.
Todos los ojos se dirigen ahora hacia el proceso que próximamente debe abrirse contra ella y hacia la manera como el régimen del FPR va a esforzarse para convencer a la comunidad internacional sobre lo bien fundado del encarcelamiento de la Sra. Ingabire, algo que hasta ahora ha resultado un fracaso.
En lo que respecta a las otras figuras principales de la oposición, Mushayidi purga una pena de cadena perpetua, Ntaganda y Ntakirutinka purgan penas de 4 y 15 años de cárcel respectivamente.
Ruhumuza Mbonyumutwa
(Jambonews.net 12/16-03-11)
Traducido por Ramón Arozarena.
