En esta era de globalización y occidentalización, los africanos tienen dificultades para aferrarse a sus preciadas tradiciones. Muchas costumbres que inicialmente se consideraban herencia africana han sido reemplazadas por la forma de vida occidental. Aun así, algunas comunidades africanas se han mantenido firmes ante la preservación de sus culturas, algunas de las cuales se consideran retrógradas e inhumanas. Una de esas tradiciones es el ritual que se practica en varias partes del continente africano que termina con la vida de algunos recién nacidos.
En el sur de Etiopía, por ejemplo, las tribus Karo y Hamar que hablan lenguas omóticas, consideran que los niños nacidos con deformidades son impuros y un mal augurio. Creen que esos niños tienen la capacidad de transmitir espíritus malignos sobre los demás. Por lo tanto, todos los bebés discapacitados, comúnmente denominados «mingi», se ofrecen como sacrificio para ciertos rituales o son abandonados para ser comidos por animales salvajes. Otros los ahogan en el río.
Además de los niños discapacitados, los bebés nacidos fuera del matrimonio, gemelos, aquellos con dientes astillados y aquellos cuyos dientes crecen en la mandíbula superior antes que en la mandíbula inferior también se consideran como impuros y deben, por lo tanto, sufrir el mismo destino.
Aunque las autoridades de Karo prohibieron la práctica en julio de 2012, decenas de miles de personas en estas comunidades lo siguen haciendo en secreto. Docenas, sino cientos, de infantes discapacitados continúan muriendo a manos de sus padres.
Partos múltiples y albinos
Los rituales de matanza de bebés también predominan entre la gente de Bassa Komo en Nigeria. En este grupo étnico minoritario, que reside predominantemente en la aldea de Kaida en las afueras de Abuja, la capital de Nigeria, piensan que los gemelos llevan espíritus malignos que pueden traer desgracias a sus familias y comunidades.
Otros denominados como malignos son los trillizos, otros tipos de partos múltiples, bebés con paladar hendido, niños con cabezas agrandadas, albinos y bebés cuyas madres mueren durante o poco después del nacimiento.
Dichos bebés son asesinados por asfixia, aplastamiento, envenenamiento o ahogamiento. Pero hoy en día algunas personas prefieren regalar sus «bebés malvados» a las brujas y magos para el sacrificio.
«Nuestra gente cree que estos niños provienen de lo malvado y nadie los quiere. Tenemos un Dios al que llamamos Otauchi y le ofrecemos los niños a ese dios. Sospechamos que esos niños son brujos o magos. Es por eso que los eliminamos «, dijo recientemente un líder espiritual de Kaida a VOA.
Aunque los gobiernos africanos y las organizaciones de derechos humanos están trabajando incansablemente para lidiar con esta amenaza, los expertos dicen que la práctica está profundamente entrelazada con las creencias tradicionales y espirituales que dificultan que las autoridades la eliminen por completo.
Entonces, aparte de crear leyes duras que desalienten a las comunidades de continuar con esta tradición, es casi más importante para los gobiernos africanos educar a sus ciudadanos sobre la importancia de respetar y de proteger la vida humana.
Fredrick Ngugi
Fuente: Face2face Africa
[Traducción, Juan Vacas]
[Fundación Sur]
Artículos relacionados:
– La esclavitud de tradiciones tribales, de género y de gestión de poder en África Subsahariana
– Integración de tradición y modernidad posmodernidad en los pueblos bantus del África Oriental