¿Qué está pasando en Burundi?

11/11/2015 | Opinión

Esta mañana recibí esta carta de una tutsi casada con un hutu y que tiene una niña de 5 años que han tenido que huir ayer abandonando a su casa.

¿Qué tal está? Nosotros con dificultades. Ayer abandonamos la casa donde vivimos para huir al refugio de la parroquia de Kinama. Esperamos que la guerra disminuya su violencia para que podamos volver a casa. La razón es que el Presidente ha dicho que todos los habitantes de la zona de Mutakura y Cibitoke tienen que abandonar sus casas para que la policía registre sus casas buscando las armas que allí pueden estar escondidas. La que trabaja conmigo abandonó su casa y ahora vive en Ngagara. Reza por nosotros porque la vida en el refugio es muy dura. Que Dios te bendiga y te deseo un buen apostolado allí donde estás.

Poco a poco las cartas se están volcando boca arriba. Algo huele a podrido. Se trata de una enfermedad congénita al ser humano: las ambiciones, la no-aceptación de la diferencia, la vanidad y todo eso que rompe la convivencia. Me sentía orgulloso cundo estaba en Burundi viendo esta familia donde un hutu vivía feliz con su mujer tutsi y su hija. Pero ni siquiera esta familia tiene cabida donde estalla la anarquía.

La lucha ambiciosa por mantenerse en el poder no es propia ni al Burundi ni a los países ricos de Europa o América. La reconciliación entre los hombres no se soluciona ni por las armas ni por el dinero. No es una cuestión de estudios académicos ni de analfabetismo. La convivencia pasa por la conversión del corazón.

Una solución que pasa por el castigo que ya ha relegado al Burundi a ser el país más pobre del mundo según el FMI y que hace que el pueblo burundés sufra de desnutrición y falta de medicinas y asistencia médica no es la solución.

Burundi2.jpgLa Iglesia con mucho coraje a través de sus Obispos reconocía desde el principio que no era legal, que el Presidente no podía presentarse como candidato para un tercer mandato; era contrario a la constitución del país. Otros, sin embargo, reconociendo su buena gestión del gobierno durante diez años, obteniendo la paz y el progreso para el pueblo, le urgían para que se mantenga en el poder presentándose por tercera vez como candidato. Para los Obispos no se les escapaba el desastre que esto podía suponer para el país esta candidatura. Por desgracia la situación actual está dando razón a sus conjeturas.

“Errare humanum est” (es humano cometer errores) leemos en el Quijote. Los que arrastraron al Presidente a formular su tercera candidatura no supieron apreciar las posibles consecuencias de esta decisión. Sin duda, algunos de estos sienten ya el peso de su equivocación al ver el número de muertos, los muy numerosos refugiados fuera y dentro de Burundi y la pobreza que cada día les estrangula un poco más. Es verdad que el Presidente había construido 5.000 escuelas. Pero no era legal su nueva candidatura.

¿Pero dónde está la solución?

No se puede imponer la convivencia a través de la humillación del pueblo o de los gobernantes. La verdadera paz pasa por el respeto mutuo. El “genio burundés” se puso de manifiesto cuando la guerra que había durado ya 13 años finalizó, no por la victoria por lar armas sino por los acuerdos de paz que firmaron todos los beligerantes en Arusha. Esta larga guerra étnica se saldó con el duro tributo de 300.000 víctimas.

Muchos son los que esperan concluir esta situación actual por el poder de las armas. Pero muchos son también los que desean aunar sus esfuerzos a favor de nuevos acuerdos de paz como los de Arusha. El Burundi espera el abandono de la violencia que humilla para que poco a poco se abra paso la convivencia de todos en el respeto mutuo. Mandela fue uno de los artífices que preparó los acuerdos de paz de Arusha. Nunca quiso vengarse de sus años de humillación vividos en la cárcel. Sabía que la paz en Sudáfrica pasaba por la convivencia pacífica y respetuosa entre todas las etnias. La cooperación internacional con el Burundi no puede contribuir a la paz si usa la violencia. El Burundi necesita nuevos Mandela que no imponen criterios ni soluciones y que saben fomentar el diálogo respetuoso en los beligerantes burundeses.

Fundación Sur

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster
Por ti, por mí, trabajo decente

Por ti, por mí, trabajo decente

Manifiesto para la Jornada Mundial por el Trabajo Decente del 7 de octubre de 2024 En este décimo aniversario de la iniciativa Iglesia por el...