Qué espera África de EE. UU.

23/09/2014 | Crónicas y reportajes

El presidente estadounidense Barack Obama recibió recientemente a 50 mandatarios y dirigentes políticos de África en la histórica cumbre entre EE. UU. y África en Washington DC. Se trató de la primera cumbre de este tipo entre un presidente estadounidense en funciones y líderes africanos y es la prueba de la importancia creciente de África en la geopolítica internacional.

África ofrece oportunidades de gran calado en términos de recursos naturales abundantes, nuevas tecnologías, inversiones, acceso a mercados potenciales y nuevos tipos de consumidores. Si bien EE. UU. no ha reaccionado con especial rapidez a esta tendencia, la celebración de la cumbre es un signo de que el continente no puede seguir manteniéndose al margen.

Para enfatizar este punto, el presidente Obama anunció varias medidas que EE. UU. adoptará con el fin de impulsar sus vínculos con África. En primer lugar, instó al Congreso estadounidense a renovar y mejorar la Ley de Crecimiento y Oportunidades para África, que facilita a los países africanos la exportación de productos a EE. UU. Asimismo, prometió continuar la colaboración con África para que el continente pueda construir las infraestructuras necesarias para una economía floreciente.

Las grandes multinacionales estadounidenses —como Coca-Cola, Blackstone, GE, el grupo hotelero Marriott— formalizaron contratos de miles de millones de dólares para expandir sus negocios en el continente africano. No obstante, por muy admirables que puedan ser estas medidas, representan en general lo que EE. UU. quiere hacer por África y no lo que África espera de EE. UU.

Peticiones

Las siguientes sugerencias de líderes políticos, empresariales, académicos, activistas y juveniles de África representan las principales peticiones del continente. Las expectativas africanas podrían resumirse en seis propuestas, la primera de las cuales es la ayuda para combatir la inseguridad y la violencia.

Los conflictos armados, la piratería marítima, el terrorismo, las redes criminales internacionales, las disputas territoriales, el robo de ganado y el crimen organizado figuran entre los desafíos a los que se enfrentan muchos países africanos. Con la asistencia y los servicios de inteligencia estadounidenses, países africanos como Somalia, Kenia, Uganda, Nigeria, Mali y Libia mejorarían su situación de cara a combatir el terrorismo de grupos como Al-Qaeda, Ansar Dine, Al-Shabaab y Boko Haram.

Otro posible ámbito de colaboración sería el fortalecimiento de la democracia, de los derechos humanos y de la buena gobernanza. A pesar de que los países africanos han progresado bastante en lo referente a gobernanza política y económica y derechos humanos, siguen quedando muchos desafíos por resolver.

Expansión

En tercer lugar, EE. UU. puede intervenir para fortalecer la débil capacidad institucional del continente, la cual supone un gran obstáculo para el crecimiento africano a largo plazo. Por ejemplo, la iniciativa Nepad Capacity Development, cuyo objetivo es fortalecer la capacidad de las instituciones del continente en colaboración con la African Capacity Building Foundation, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África, y el African Development Bank, podrían aprovechar el apoyo financiero y técnico de EE. UU. para poder centrarse en instituciones que mejoren las capacidades de los países africanos para aplicar políticas macroeconómicas y sociales de gran relevancia.

La expansión del comercio y la ampliación de la base exportadora ofrecen un vasto potencial de crecimiento económico para los países africanos y sus socios extranjeros. No obstante, la mayoría de estos países no se han beneficiado del comercio con Estados Unidos, que comercia en mayor medida con países ricos en minerales como Angola, Nigeria y Sudáfrica. Además, las exportaciones africanas están menos diversificadas y son altamente dependientes de materias primas y productos elaborados. La colaboración entre Estados Unidos y África debería tener como objetivo la expansión del comercio a través de la inversión en producción, servicios, turismo, sector textil y agricultura.

Por último, los flujos de inversión estadounidenses en África siguen siendo limitados en comparación con China y la Unión Europea. Estados Unidos debe realizar inversiones estratégicas en infraestructuras con el fin de ayudar a rebajar el coste de hacer negocios en África. La ralentización de la economía mundial hace plantear las repercusiones de la imagen que EE. UU. tiene de África. La colaboración entre ambas regiones resultaría muy beneficiosa.

África cree que Estados Unidos debería ver su desarrollo económico como una herramienta importante en su misión de reavivar su propio crecimiento económico y crear puestos de trabajo. El mundo necesita un nuevo vector de la demanda de consumo, un nuevo mercado, una nueva dínamo. Este nuevo motor impulsor podría ser África.

Nnadozie*

Africa Review

* Nnadozie es el Secretario Ejecutivo de la African Capacity Building Foundation en Harare, Zimbabue.

[Traducción, Arantza Cortázar]

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster