El ejército congoleño debe reconstruirse. Tras 15 años de guerra interminable, sigue siendo incapaz de garantizar la seguridad de la población. Peor todavía es culpable de numerosos abusos contra civiles. Según un grupo de 13 ONG locales e internacionales, la reorganización del sector militar y de seguridad es una absoluta prioridad para la RDC. Afrikarabia ha hablado con Emmanuel Kabengele, miembro de la sociedad civil, para el que “una verdadera reforma del ejército es una cuestión de voluntad política”. Se trata de una cuestión de la que todos hablan; todos prometen que se va a hacer, pero nada o casi nada se mueve. El país está devastado desde hace 15 años por conflictos sucesivos. Todavía hoy, decenas de grupos armados aterrorizan a las poblaciones del este de la RDC. Los militares congoleños (FARDC), desorganizados y mal pagados, son incapaces de restablecer la seguridad en estas zonas; son también acusadas de atrocidades como violaciones, pillaje, asesinatos. El resultado es que 1,7 millones de congoleños viven desplazados y 500.000 están refugiados en países vecinos.
Un colectivo de 13 ONG acaba de publicar un informe sobre la necesidad de reforma del sector militar. Se han realizado en ese sentido algunos esfuerzos, apoyados por la comunidad internacional, pero los resultados son escasos. Las ONG piden un nuevo acuerdo y un nuevo compromiso gubernamental y expresan el deseo de que los países donantes presionen y exijan la buena utilización de la ayuda que prestan a la RDC, más de 14.000 millones de dólares entre 2006 y 2010, y que condicionen esta ayuda al respeto de los derechos humanos por parte del ejército congoleño.
El informe es especialmente oportuno, ya que el este de la RDC está en peligro de incendiarse de nuevo bajo la amenaza de un grupo rebelde y el presidente Kabila trata de lograr una legitimidad internacional tras unas elecciones muy controvertidas y contestadas. Una buena oportunidad para la comunidad internacional para activar e impulsar la reforma del ejército.
Afrikarabia ha mantenido un encuentro don Emmanuel Kabengele, coordinador de la Red de la sociedad civil por la reforma del sector de la seguridad y de la justicia (RRSSJ).
– Afrikarabia: ¿por qué razones el ejército congoleño se muestra incapaz de garantizar la seguridad de las poblaciones civiles y de controlar el territorio?
– Emmanuel Kabengele: Hay problemas esencialmente estructurales, de organización, pero hay sobre todo un problema de ética, de responsabilidad. Ha habido esfuerzos de reforma del sector bajo el impulso de la UE (EUSEC) para hacer un censo y un fichero completo de los efectivos y un control de la cadena de pago de salarios y de mando. Pero los efectos han sido limitados porque no ha existido una visión global de la reforma del ejército. El proceso de “brassage” o de “mixage”, esto es de reintegración de los movimientos rebeldes en el ejército regular con vistas a obtener un ejército realmente unificado no ha podido culminarse. Hay regularmente defecciones y solo 14 brigadas de 18 han podido realizarlo.
– ¿Cuándo habla de ética, a qué se refiere exactamente?
– Hablamos de ética porque hay cosas que se negocian por debajo de la mesa. Concretamente, hay cierto número de oficiales que sacan provecho de las regiones que dirigen. Un informe de la ONU pone de manifiesto la explotación ilegal de riquezas. Es, por otra parte, la razón por la que persiste la inseguridad en esos territorios.
– ¿El bajo salario de los militares congoleños (o la ausencia de salario en algunos casos) no explica el pillaje de de los recursos naturales (minerales, oro, diamantes) por parte del ejército regular?
– Por eso yo le he hablado de ética de responsabilidad. Kinshasa tiene un presupuesto, pero hay problemas para que el dinero llegue al soldado raso. Hay fraudes en el camino. Algunos oficiales se quedan con parte de la soldada de la tropa. El salario es modesto (59$ para un soldado y 89$ para un general), pero el problema está en el camino que recorre el sueldo.
– ¿El principal problema reside en la falta de dinero?
– Más bien está en su distribución; el dinero no es en sí el verdadero problema; éste está en su malversación o desvío. Hay oficiales que están construyendo grandes inmuebles.
– Hay expertos que estiman que los efectivos del ejército son excesivos con relación al presupuesto del que dispone el Estado. Hay 130.000 hombres en el seno de las FARDC y algunos piensan que con 70.000 mejor pagados la situación mejoraría.
– El número de soldados no me parece un problema; el problema es de orden organizativo. La RDC es un auténtico sub-continente y el número de militares es incluso pequeño.
– ¿Qué habría que hacer?
– Una verdadera reforma, que a mi juicio no ha comenzado todavía. La prueba está en que persiste la inseguridad en el este. Hacer un censo de efectivos no es una reforma; dar un carné a los militares no es una reforma…
– Pero, puede contribuir
– Sí, claro, pero para nosotros, sociedad civil una reforma es un proceso de transformación profunda de las instituciones. Para que éstas sean creíbles, es precisa una verdadera operación de limpieza y expulsar las ovejas negras.
– ¿Qué medida debería tomarse en primer lugar?
– Hay que crear un marco estratégico global de la reforma, fijando diferentes etapas, como se ha hecho con la policía (que ha sido un medio-éxito), ya que la creación de una policía de proximidad y de un código de conducta han mejorado la situación. Habría que desmilitarizar el este del país eliminando las llamadas “fuerzas negativas” (grupos rebeldes). Si no se ha logrado todavía es porque falta voluntad política.
– ¿En su opinión el problema es político?
– Hemos escuchado muchos discursos. En 2006 los programas políticos ya hablaban de la reforma militar como una prioridad; en 2011 lo han repetido y solo a finales el parlamento ha adoptado una ley al respecto. Nosotros afirmamos que falta voluntad política y el informe que hemos elaborado está ahí para urgir a que todos se coordinen. Se trata de una urgencia, de una necesidad.
Christophe RIGAUD
Noticia traducida y editada por Ramón Arozarena.
