¿Puede ser que la democracia occidental no encaja en los principios y valores de los pueblos Africanos?

9/12/2015 | Opinión

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Desde la obtención de sus independencias en los años sesenta, y el establecimiento del pluralismo político en los años noventa, la implementación de la democracia en su concepto universal ha fracasado en África. Así lo demuestra el historial violento de asesinatos, violaciones de derechos humanos y golpes de Estado acontecidos en África desde la obtención de las independencias: “Ha habido 80 exitosos golpes de Estado, 108 intentos fallidos de golpes de Estado y 139 golpes de estado reportados en 48 naciones en la África subsahariana desde enero 1956 a diciembre de 2001 “(McGowan 339). Esta inestabilidad es debida a toda una serie de factores y condiciones que deben ser examinadas pero que quizás no han recibido la suficiente atención de los intelectuales y los políticos africanos.

¿Es la democracia occidental universal?

¿Cuáles son los criterios que se deben utilizar para medir la democracia?

¿Está la democracia occidental en conflicto con los valores africanos?

¿Es la afinidad y empatía de los africanos hacia la afiliación étnica incompatible con la democracia?

Al hablar con los africanos de todas las naciones sobre su procedencia, primero se identificarán con su identidad étnica y más tarde su país. Sin embargo, la democracia tal como se describe en su sentido etimológico significa el gobierno del pueblo. Dicho esto la palabra “pueblo” tiene una connotación diferente en el contexto africano, que difiere en forma y contenido del sentido occidental. En mi opinión, y sé que con este articulo voy a herir muchas sensibilidades; la democracia al estilo occidental se ha impuesto a las naciones africanas y como resultado, el concepto de democracia como se describe en el occidente no se ajusta a las formas de gobernar de las naciones africanas.

Las estructuras sociales de los países africanos impiden la creación de partidos políticos sólidos. Este es el resultado del complejo origen étnico de las los africanos. La pluralidad política es uno de los componentes claves en todas las naciones democráticas en el mundo occidental. Los partidos políticos son creados para satisfacer las demandas del pueblo. La gran mayoría de los conflictos políticos y sociales que se han registrado en África, se deben a que un grupo étnico predominante este oprimiendo o dominando a los otros. El genocidio de Ruanda, entre los hutus y los tutsis en 1994 es sólo uno de los muchos ejemplos.

La mayoría de los partidos políticos, son lo que los investigadores llaman partidos de base étnica “, definidos como” partidos políticos que abiertamente representan a determinados grupo étnicos, que se definen como defensores de una causa común, pero que en realidad, sus acciones excluyen de modo tangible o abstracto a los demás “. En otras palabras, los intereses del grupo étnico predominante vienen a relegar la comodidad de las minorías en el estado. El objetivo final de cualquier partido político es tomar el poder. En consecuencia, cuando este partido étnico se hace con el poder, establece una distribución desequilibrada de los beneficios derivados de los recursos naturales para su propio grupo. Incluso es peor, si los recursos naturales se han extraído de la zona de las minorías y ellos no se benefician de estos. Esta condición, es perjudicial para el progreso de las minorías étnicas y sus condiciones sociales. El caso más notorio es el actual conflicto del Delta del Níger, en Nigeria. Como lo ilustra en Umukoro, en su libro la gobernabilidad y las desigualdades en la región del Delta del Níger. La zona del Delta de Níger proporciona el 50% del total del PIB de Nigeria. Estos ingresos representan un valor de más de 20 mil millones dólares norteamericanos al año. Sin embargo, el gobierno central, en su mayoría controlados por yoruba y hausa ha descuidado la zona. La minoría de tribus que habitan la zona del Delta de Níger, cuya tierra está siendo explotada sufre de la pobreza, la escasez de necesidades esenciales, como la electricidad, hospitales, agua potable, educación de calidad, mientras que miles de millones de dólares se generan en la tierra de sus ancestros.

Otro elemento de la democracia occidental en conflicto con las naciones africanas es la constitución. La constitución es esencial en el mundo occidental, ya que se considera la ley suprema de la nación, de la cual se derivan otras leyes. Por lo tanto, el cumplimiento de los preceptos establecidos en la constitución permite a las naciones vivir en paz y prosperidad. De ahí la importancia de que estas normas sean seguidas por todos, gobernantes y gobernados. Las constituciones generalmente determinan el número de mandatos que cada presidente debe gozar. Esto implica que nadie tiene derecho a gobernar para siempre. Sin embargo, esto entra en conflicto con el tradicional modo de gobernar de los pueblos africanos. El África tradicional se dividió en reinos e imperios. El imperio del antiguo Egipto, el imperio de Nubia, el Imperio de Ghana, Malí y el Imperio Songhai o el Imperio Zimbabue por mencionar algunos. El emperador tuvo un papel esencial en la preservación de la integridad del territorio. Los emperadores declaraban la guerra, administraban la justicia etc. En general, el emperador o el rey tenía poder absoluto, no había separación de poderes. En otras palabras, el mando político estaba en manos unos pocos. Desafortunadamente, esta forma conceptual de gobernar se ha extrapolado a la democracia occidental, lo que consecuentemente impide la alternancia de poder, un elemento clave en las democracias occidentales. Las dictaduras están expandidas a lo largo y ancho del continente africano.

Otro componente clave de las constituciones es la libertad de expresión. Es igual de importante que las constituciones, porque establece la pluralidad, la diversidad y la libre expresión de las ideas. Sin embargo, el sistema de gobierno tradicional en África, no permitía la libertad de expresión. Las mujeres y los jóvenes no tenían acceso a la palabra en el Abaha, Por lo tanto, no eran miembros con derecho en la antigua sociedad tradicional Fang por poner un ejemplo. Por estas razones estoy llegando a la conclusión de que la libertad de expresión también ha sido impuesta por la democracia occidental y está en conflicto con los valores tradicionales de los africanos. Dicho esto, sin embargo, muchos años han pasado desde el reordenamiento de África de reinos o imperios a Repúblicas independientes. Como resultado, esta transición trajo cambios significativos en la organización y estructura de los pueblos africanos: la cohabitación étnica, mejoras en la educación convencional, uso y manejo de herramientas y habilidades, la introducción de extranjeros y otros grupos étnicos. Además de nuevas prácticas religiosas, el uso de un lenguaje común, la creación de las ciudades, etc etc. De hecho, Rita Kiki Edozie afirma en su libro “reconstruyendo la democratización en el tercer mundo” que, a pesar de la afirmación generalizada de que los reinos africanos eran autoritarios y antidemocráticos, la investigación y las evidencias demuestran que se han encontrado prácticas democráticas en muchas etnias del África tradicional. Esta afirmación está muy bien apoyada por muchos africanistas. Pero, por desgracia, nunca he experimentado personalmente, elementos democráticos en su sentido occidental en los grupos étnicos africanos, con quienes comparto pueblo y región.

Mi afirmación, se basa en hechos como que los mayores y el jefe de la aldea gobiernan de modo autocrático, la libertad de expresión está prohibida a las mujeres, que se reducen a meras amas de casa. A Las mujeres y los niños se les impide asistir a ciertas ceremonias, comer ciertos alimentos y tomar parte en el proceso de la toma de decisión de los asuntos que conciernen a la comunidad. En conclusión, los valores tradicionales, las creencias y las formas de gobernar de los africanos están diametralmente opuestos a los principios de democracia occidental. Este es el factor clave por la que la democracia occidental está fallando en muchos países africanos. Por eso es necesario que los intelectuales africanos, y los líderes políticos de todas las naciones, encuentren un sistema político que se ajuste a la evolución de los tiempos. Este trabajo necesita que se encuentre el término medio o el punto de inflexión que satisfaga las exigencias de la comunidad internacional pero que también se ajusten a los valores tradicionales de los pueblos africanos. Existe la necesidad de que los analistas de la política internacional y los países occidentales que abogan por la implementación de la democracia en las naciones africanas, coadyuven a las naciones africanas en este trabajo.

Constantino Nguema Mansogo

Fuente Diario Rombe

(Fundación Sur)

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