La calma reinaba en Lomé, el día 5 de marzo, después de las elecciones presidenciales, a la espera de la proclamación de los resultados provisionales por parte de la Comisión Nacional Electoral Independiente, CENI.
Los bancos estaban abiertos, así como los servicios de la administración pública. Los comercios abrieron igualmente, pero de una manera más tímida, algunos todavía dudaban por la mañana si abrir, a la espera de estar seguros de que la calma iba a durar.
El mercado central estaba abierto, pero todavía no tenía la afluencia de público habitual, había pocos comerciantes en sus puestos que todavía no habían desempaquetado sus productos.
En el distrito Bè, el centro neurálgico de los periodos de tensión política, se actúa con prudencia, hay muy pocos comercios abiertos mientras que las escuelas, sobre todo las de primaria y preescolar, permanecen cerradas.
En las calles, todos los comentarios giran en torno al escrutinio del que todavía no se han publicado los resultados.
Tanto el día de las elecciones como el día después, todas las salidas que conducen a la Comisión electoral, CENI, junto a la televisión nacional, han sido bloqueadas y están controladas, así como la calle que lleva a la seguridad nacional, en el centro de la capital, Lomé.
El día de las elecciones, los togoleses acudieron a las urnas para elegir a su futuro presidente, para un mandato de 5 años. El escrutinio, por lo general, se desarrolló en calma.
(Afrique en Ligne, 05-03-10)