Las autoridades congoleñas y bruselenses han inaugurado los trabajos de evaluación de la Ley de Protección a la Infancia y el Protocolo de colaboración de 2013. El encuentro organizado del 25 al 26 de marzo en la capital congoleña ha reunido a funcionarios de los ministerios a cargo de estos temas en ambos países.
Estuvieron presentes en la ceremonia de inauguración de los trabajos el Ministro de la Juventud, en la Federación de Valonia-Bruselas (FWB), Rachid Madrane, que destacó las innovaciones aportadas al proyecto. Según él, estas jornadas reflejan una nueva dinámica en la cooperación entre su país y la República Democrática del Congo (RDC). Y esto se confirma por la presencia de tantos profesionales de ambos países reunidos en torno a la Protección de la Infancia. «Nunca tantas personas que hacen el mismo trabajo se han reunido para intercambiar ideas, trabajar y pensar juntos”.
De hecho, entre los participantes, hay jueces, trabajadores sociales, educadores especiales, responsables políticos, miembros de la administración, educadores de trabajo social, maestros, abogados y jóvenes. «Es una gran alegría para mí asistir a la apertura de estos talleres que simboliza tan bien la buena colaboración entre mi departamento y los congoleños que trabajan en la Protección de la Infancia», declaró Rachid Madrane. El ministro belga, destacó otro aspecto remarcable de los trabajos: “la energía común que se produce entre los profesionales de ambos países».
Las realidades entre los dos países pueden ser diferentes respecto a los problemas de la niñez, pero el reto sigue siendo el mismo en todas partes. De hecho, no hay muchas maneras de proporcionar asistencia a los grupos vulnerables. «Ayudar a un niño que sufre o está en peligro, independientemente de donde viva, es un enfoque idéntico», señaló Rachid Madrane. Incluso si las realidades son espectacularmente diferentes, todos los países del mundo proceden de la misma manera.
Acompañado por el Ministro de Género, Bijou Kat, Rachid Madrane recordó la urgencia de ir más allá de los textos, las leyes y los protocolos. Hacen falta acciones y actos concretos y cotidianos. «Las acciones son fáciles o difíciles de aplicar cuando se trata de garantizar la duración y la aplicación en una ciudad tan grande como Kinshasa». Este argumento también podría extenderse a la dimensión continental de la República Democrática del Congo. «Créanme, vamos a estar muy pendientes de los resultados de estos talleres, sobre todo a la hora de evaluar las recomendaciones», indicó Rachid Madrane.
La idea es obtener un informe completo antes de proyectar las perspectivas de futuro. En el lugar, los formadores belgas y congoleños se pusieron manos a la obra. Estas jornadas han sido un éxito por la gran implicación de los estudiantes del Instituto Nacional de trabajadores sociales, una estructura de formación social que se creó con el apoyo de la FWB dentro del protocolo de cooperación.
adiac-congo.com – (Fundación Sur)
