Promover una sociedad más justa y equitativa, a través del empoderamiento de las comunidades marginadas, pues ellas son las únicas que pueden superar las dictaduras y el capitalismo

2/02/2017 | Crónicas y reportajes

El movimiento social más fuerte que ha surgido en Sudáfrica se llama “Mjondolo” con base en Abahlali, según nos informa Thapelo Mohapi, el secretario general del movimiento. Este es un movimiento democrático formado por personas marginadas que viven en las zonas más empobrecidas de Sudáfrica.

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Mjondolo nació en 2005 en Durban, provincia de KwaZulu-Natal, para luchar y promover la dignidad e intereses de los habitantes de las barriadas más pobres. Este movimiento es conocido por su lucha por la tierra y alojamiento en las ciudades sobre todo. Pero también trabajan en otros retos, como: falta de acceso a la educación, lucha contra la corrupción, minería injusta y otros desafíos que echan a la gente de sus tierras. «Tomamos una postura firme por la igualdad de derechos de las mujeres… Colaboramos con grupos de inmigrantes para superar toda xenofobia» dice Mohapi.

Por encima de todo, este Movimiento de Abahlali lucha por la dignidad de las personas que están en las favelas y otros grupos descartados. Esta cuestión de la dignidad humana es el centro de nuestra política.

La Tierra es fundamental en nuestra lucha. Hemos parado muchas prácticas de desalojo de tierras, a través de protestas populares y de juicios. Estamos desarrollando la capacidad de luchar por la justicia, todos juntos. Buscamos que en nuestra sociedad, la tierra, los recursos y el poder sean compartidos de forma equitativa y responsable.

Estamos decididos a fortalecer el poder de los oprimidos. Nuestras políticas nacen del pueblo oprimido para construir una sociedad nueva, en colaboración con otros grupos afines de Sudáfrica. Todas nuestras relaciones y colaboración deben ser basadas en solidaridad, respeto e igualdad.

En 1994, nuestros padres votaron y lucharon por una nueva Sudáfrica. Todos esperábamos que las cosas siguieran mejor, pero millones viven todavía en la pobreza y la miseria, y la lucha por nuestra liberación y dignidad debe continuar.

Nuestras voces no cuentan en este nuevo gobierno. Muchos de nuestros seguidores han sido encarcelados y fusilados. La desigualdad no ha sido solo cosa del tiempo colonial o del apartheid, sino que la opresión es real hoy mismo.

280 familias de la comunidad de Briardene iban a ser expulsadas de sus tierras por la policía y gente armada. En 2012, nuestras casas fueron quemadas con gasolina. Perdimos todo y muchos resultaron heridos. Esta vez nos enfrentamos como comunidad en el juicio para evitar la expulsión, y hoy continuamos todavía en nuestras tierras, más unidos que nunca.

En Cato Crest, Abahlali cuenta con un fuerte grupo, que ha sufrido la expulsión y quema de sus casas por miembros del partido en el poder y hasta sufrió la perdida de dos personas. Muchos miembros tienen que trabajar clandestinamente para salvar su vida. La persecución del gobierno es brutal cuando solo queremos luchar por la dignidad y derechos de las personas marginadas.

Nuestra lucha es pacifica pero a veces montamos barricadas en las carreteras, actuamos en los juicios, para fortalecer nuestro poder de base y caminar hacia una mayor justicia.

En Kwandengezi un consejero del gobierno expropiaba a la gente pobre de sus casas. Un líder de nuestro grupo: Thuli Ndlovu, fue asesinado por denunciar la corrupción de los agentes del gobierno. Con esta persecución, nuestros grupos se hacen más fuertes. Solamente en Kwanzulu-Natal contamos con 35.500 miembros.

Los políticos, empresarios y ONG nos trataban como gente que no puede pensar y organizarse, pero les estamos demostrando una vez más lo que podemos hacer juntos. Hemos salvado las casas a miles de personas marginadas.

Gracias a nuestro compromiso y determinación durante los últimos diez años el gobierno nos reconoce ahora como un movimiento social con el que necesitan contar. Pero nos queda un largo camino por recorrer para a construir una sociedad más justa. Lo más importante para nosotros es empoderar a las comunidades de base para construir estructuras democráticas, fuertes y justas.

Deseamos colaborar con todos los organismos que trabajen comprometidos por la democracia, la dignidad de las personas y la justicia social.

Thapelo Mohapi

Pambazuka News

[Traducido y editado por AFS]

[Fundación Sur]

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