Sudán del Sur, una nación joven, se prepara para sus primeras elecciones desde el acuerdo de paz de 2018. Sin embargo, el camino hacia la estabilidad parece complicado con la persistencia de conflictos internos y presiones externas. La ONU ha intensificado sus esfuerzos de vigilancia para el mantenimiento de la paza, llevando a cabo al menos 10.000 patrullas durante el último año. En medio de esta crisis, el Programa Mundial de Alimentos advierte que Sudán del Sur sigue enfrentando una grave crisis humanitaria, agravada por la violencia, la inestabilidad económica, el cambio climático y el flujo continuo de personas que huyen del conflicto en Sudán.
Según informa la La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en la República de Sudán del Sur (UNMISS), el incremento de la violencia en Sudán del Sur durante los últimos meses ha sido alarmante. Esta afirmación llega tras haberse constatado un aumento del 35 % en el número de personas afectadas por los conflictos entre comunidades, con 233 incidentes violentos documentados, que han impactando a 862 individuos. El informe recién publicado revela cifras preocupantes: 406 personas perdieron la vida, 293 resultaron heridas, 100 fueron secuestradas y 63 sufrieron violencia sexual relacionada con los conflictos. La mayoría de estas violencias ocurrieron en el contexto de enfrentamientos entre milicias comunitarias o grupos de defensa civil, representando el 86 % de todos los civiles afectados.
La rivalidad entre las facciones rivales del grupo étnico Dinka, especialmente entre el Twic Dinka, del estado de Warrap, y el Ngok Dinka, de la región petrolera de Abyei, ha sido una fuente significativa de violencia. Más de la mitad de las víctimas estuvieron involucradas en ataques de represalia relacionados con disputas fronterizas, resultando en 263 muertes y 186 heridos. Nicholas Haysom, líder de la UNMISS, expresó su preocupación por el continuo daño infligido a las comunidades y llamó a una intervención del gobierno para abordar las causas subyacentes y construir la paz. Este aumento de la violencia étnica y las disputas por recursos como la tierra han exacerbado la crisis humanitaria en el país, que ya se enfrenta a desafíos adicionales como sequías, inundaciones y problemas económicos.
Fuente Al Jazeera
[Traducción y edición, Bruno Rodríguez]
[CIDAF-UCM]