Cada año la revista comboniana “Mundo Negro” otorga el Premio Mundo Negro a la Fraternidad. El premio 2016 ha sido otorgado al cardenal de Bangui, República Centroafricana, Mons. Dieudonné Nzapalainga, y al imán de la Mezquita Central de esta misma ciudad, Kobine Layama. Su trabajo de diálogo y promoción de la paz en un país que sufre desde marzo de 2013 violencia y grave inestabilidad les ha hecho merecedores de este galardón.
Ayer, en un encuentro con los medios en Madrid, ambas figuras han apelado al diálogo interreligioso como vía para la solución de conflictos como el que sufre su país desde marzo de 2013: “El diálogo islamo-cristiano no es una teoría ni una abstracción, es una forma de vivir”, ha resaltado Nzapalainga, a lo que el imán ha añadido que “el diálogo interreligioso está en el fondo del Cristianismo y del Islam. Y la crisis de República Centroafricana nos ha dado esta oportunidad”, que se canaliza a través de la Plataforma de Confesiones Religiosas, en la que también participa la Alianza Evangélica de Centroáfrica (RCA).
Tanto el cardenal como el imán están participando en el XXIX Encuentro África que, organizado por la revista y los Misioneros Combonianos, comienza hoy y concluirá el domingo. Mañana sábado se les hará entrega del Premio. Los 10.000 euros con los que está dotado el galardón se destinarán a proyectos de la Plataforma.
Según el imán “la gente, la población, es consciente del bien que hacemos aquí. Ellos han visto que hemos actuado como los bomberos que van con urgencia a apagar un fuego”. El cardenal y el imán realizaron un recorrido por la historia reciente del país, en la que la Seleka y las milicias anti?Balaka enquistaron un conflicto que desde muchos rincones se ha tildado de religioso. En este sentido, uno y otro defendieron lo contrario. El cardenal reconoció que “no se trata de una guerra religiosa. Es una guerra con origen militar y político”, y que el trabajo de la Plataforma ha sido reflexionar sobre las causas reales de la violencia, debatirlas con los fieles de las distintas confesiones y después trasladar esos principios por todos los barrios de la capital centroafricana. En este sentido, Kobine Layama insistió en que como responsables de las comunidades religiosas no se están dejando influir por la clase política, “pero tampoco queremos sustituir a los políticos. Nosotros no somos políticos”.
Preguntados sobre la posibilidad de exportar el modelo de diálogo interreligioso de RCA a otros lugares, han revelado que países como Holanda e instituciones como la propia Unión Africana han mostrado interés en estudiar el modelo centroafricano. Aquí, Nzapalainga ha señalado que “hay que dar un salto hacia el otro. Ahí está el origen del problema: el miedo al diferente”.
Una de las cuestiones que han abordado Nzapalainga y Layama ha sido la reciente decisión del presidente norteamericano, Donald Trump, de impedir la entrada al país de ciudadanos de algunos países de mayoría musulmana. De forma escueta, el imán señaló que “la decisión no es nada sabia. Cuando estuvimos en Estados Unidos dijimos que la religión no puede ser fuente de odio, sino de progreso”, mientras que el cardenal manifestó también que “su decisión no es una buena solución. Meter a todos en el mismo saco es una buena forma de radicalizar a todo el mundo. Replegarnos sobre nosotros mismos nos hace más pequeños
OMP
Fundación Sur
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