Como algunos de los que me seguís ya sabéis, el miércoles día 4 de abril regresé a Valencia desde Bamako. Tomar la decisión no fue fácil y aún me pasa factura, pero tras agravarse la incertidumbre por la implantación del embargo a Malí y al encontrarme con unas condiciones laborales cada vez más difíciles -continuos cortes de luz y trabajo sin amparo, por mi condición de freelance- finalmente hice caso a las recomendaciones de amigos y familiares -malienses incluidos- y abandoné el país “antes de que fuera tarde”. La misma persona -maliense- que hizo posible que mi estancia allí haya sido de inmersión total, al permitirme vivir y trabajar con ellos, consideró que si salía a tiempo podría contar lo vivido e incluso regresar. Pero que si me quedaba, y me pasaba algo, ya no lo podría hacer.
Espero recordar siempre sus palabras para poder seguir siendo quién soy y lo que soy, desde donde quiera que esté. Para que el cansancio no llegue nunca a ser más poderoso que mi apuesta por la sensibilización en pro del entendimiento.
La intención de crear este blog y de mi viaje no era contar más conflictos africanos. Mi deseo, cuando tomé la decisión de pasar seis meses en Bamako, no era el de convertirme en freelance para prensa escrita, radio y televisión a causa de una rebelión, un golpe de Estado y un embargo. No obstante, una vez más la vida decidió por mí y, en la medida de mis posibilidades y margen de acción, solo espero haber sido mínimamente útil.
Ahora este blog da un giro. Seguirá sirviendo para contar aquellas historias de África Subsahariana que, a mi juicio, merecen un hueco en la información, a pesar de que los medios no les presten interés y, al mismo tiempo, me permitirá seguir informando de lo que ocurre en Malí, se considere o no noticia.
Gracias a todos por vuestro apoyo. Un fuerte abrazo, Fátima.
Original en : Es la Hora de África