Poseer un móvil es también desarrollo, por Alberto Eisman

19/05/2011 | Bitácora africana

Hace pocos días mi compañero de blog José Carlos Rodríguez rememoraba en un divertido post las vivencias y recuerdos asociados a su ya antiquísimo teléfono móvil al que se siente sentimentalmente ligado por razones que no repetiré aquí. Este post me vino como anillo al dedo ya que en esos días estaba escribiendo una reflexión sobre cómo la meteórica progresión de la telefonía móvil ha sido quizás el factor tecnológico que más haya transformado a los países en vías de desarrollo en la última década.

Parece una perogrullada pero es verdad: el acceder a un móvil hoy día es también un claro indicador del desarrollo. Hace 10 años, la penetración de la telefonía fija en el continente era mínima. Muchos pueblos dependían exclusivamente de la línea telefónica de la oficina de correos, de la policía, de algún comercio o individual con cierto desahogo económico. El acceso a la comunicación de telefonía fija crecía, pero a un ritmo lentísimo debido a la logística que implicaba (colocación de postes, suministro eléctrico especialmente dadas las grandes distancias) y también la a veces recalcitrante burocracia de ciertos estados contribuía más aún a la ralentización del avance de estos medios.

En ese contexto, apareció el teléfono móvil.. al principio con precios tan prohibitivos que casi se tenía la impresión de que – de nuevo – sólo los que tenían dinero, las clases más altas de la sociedad iban a poder acceder a este tipo de comunicación. En casi todos los países había como mucho dos operadores, cuando no un monopolio y la competencia no era un tema muy crucial. Recuerdo cuando compré en su día mi primera línea telefónica y lo que me costó… hoy día se puede comprar la misma línea pagando solo un 5% del valor de aquella primera línea. Poco a poco el sector se liberó, la competencia creció en muy poco tiempo y los productores de teléfonos sacaron al mercado modelos básicos y realmente asequibles, haciendo de África el mercado con más crecimiento del mundo.

Es curioso e incluso loable ver cómo los productores de teléfonos se pudieron adaptar a las necesidades de los africanos:
+ ante la falta de suministro eléctrico: teléfonos con cargadores solares, modelos que se podían cargar con la dínamo de la bicicleta..
+ dado el hecho que muchos africanos vuelven a casa del trabajo cuando ya es de noche: modelos con linterna incluida
+ cargadores artesanales que cargan todo tipo de pilas, etc.
+ modelos que incluyen hasta 4 tarjetas sim, o lo que equivale a 4 líneas telefónicas en el mismo aparato.

Las consecuencias de esta penetración tecnológica en el día a día de la población han sido rápidas y de gran alcance. Unos ejemplos pueden ilustrar los cambios ocurridos:

* Primero que nada, hay que reconocer que el acceso a la comunicación y la fiera competición entre proveedores de telefonía ha hecho posible que los precios bajen muchísimo y que las tarifas de llamadas tanto nacionales como internacionales y de acceso a internet por medio de móvil estén hoy día más o menos al alcance de los bolsillos más modestos.

* Hace algunos años, los productores de mangos o de otras frutas no tenían ni idea del precio final de sus productos en los mercados de la capital o de las poblaciones importantes. Por tanto, el espacio que tenían para maniobrar y negociar con los intermediarios era bastante reducido. Ahora, gracias a cooperativas y aliados de los grupos productores, se sabe en tiempo real el precio que tiene cada producto en la tienda o el puesto del mercado y por tanto, los productores no están tanto a merced de los precios de los intermediarios y pueden hacer presión para obtener más beneficios.

* Uno de los problemas más acuciantes del campo era los deficientes servicios financieros y la transferencia de dinero de la ciudad al campo. Las operadoras telefónicas, arriesgándose bastante debido al vacío legal que había en la materia, se lanzaron a promocionar sistemas de transferencias monetarias a través de teléfonos. Hoy día, Kenia cuenta con el sistema de transferencia monetaria más voluminoso del mundo en número de usuarios (transfiriendo 8 millones de dólares al día). Estas transferencias suponen que aquellos miembros de la familia que están ganando dinero en la capital no tienen ahora problemas para hacer llegar a sus familiares que viven en el ámbito rural cantidades importantes de dinero de manera segura y con costos razonables. Sorprendentemente, países con estados fallidos y situaciones de verdadero caos administrativo tales como Somalia cuentan con eficientísimos sistemas de transferencias telefónicas internacionales de dinero (incluso en dólares) que llegan a los pueblos más diminutos. Vivir para ver.

* Los mensajes de texto se han convertido también en un arma muy eficiente a la hora de movilizar a la población. Etiopía, gracias al férreo control estatal de las compañías telefónicas, ha impedido durante varios años que los usuarios de teléfonos pudieran enviar mensajes para así poder evitar que grupos de oposición se pudieran organizar, convocando manifestaciones o acciones de protesta a través de mensajes que se pasaban de una persona a otra. En otros países no es raro ver que, en momentos cruciales donde el orden público o la estabilidad del gobierno se ven amenazados, se suspendan estos servicios durante algunas horas o incluso durante días. Tal es la fuerza de este medio de comunicación.
* Los modelos más elementales incluyen ya un navegador de internet, lo cual asegura un acceso incluso mayor a la información y servicios en la red, cuando antes las personas dependían exclusivamente de una conexión particular o del acceso a cibercafés.

* Por último, el acceso de un margen tan elevado de la población a la telefonía móvil es también una oportunidad genial para poder “controlar” la gestión de administraciones públicas y servicios. Por ejemplo, hay ya organizaciones que, en connivencia con radios locales y gracias a la colaboración ciudadana, son capaces de controlar el absentismo laboral en escuelas, dispensarios y otros servicios públicos o pueden pedir cuentas de la gestión presupuestaria de cualquier institución. Todo un mundo de posibilidades se abre gracias al acceso de más personas y con reducido poder adquisitivo a la comunicación.
Si uno de los rostros de la pobreza es el de la ignorancia y la falta de acceso a informaciones y recursos fundamentales, estos nuevos medios tecnológicos con un regalo del cielo para mejorar la calidad de vida de muchos. La comunicación y el acceso a información sirven también para que las personas sean cada vez menos vulnerables.

Original en En Clave de Äfrica

Autor

  • Alberto Eisman Torres. Jaén, 1966. Licenciado en Teología (Innsbruck, Austria) y máster universitario en Políticas de Desarrollo (Universidad del País Vasco). Lleva en África desde 1996. Primero estudió árabe clásico en El Cairo y luego árabe dialectal sudanés en Jartúm, capital de Sudán. Trabajó en diferentes regiones del Sudán como Misionero Comboniano hasta el 2002.

    Del 2003 al 2008 ha sido Director de País de Intermón Oxfam para Sudán, donde se ha encargado de la coordinación de proyectos y de la gestión de las oficinas de Intermón Oxfam en Nairobi y Wau (Sur de Sudán). Es un amante de los medios de comunicación social, durante cinco años ha sido colaborador semanal de Radio Exterior de España en su programa "África Hoy" y escribe también artículos de opinión y análisis en revistas españolas (Mundo Negro, Vida Nueva) y de África Oriental. Actualmente es director de Radio-Wa, una radio comunitaria auspiciada por la Iglesia Católica y ubicada en Lira (Norte de Uganda).

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