Por una ética personal y social para superar la crisis actual

16/03/2020 | Editorial

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Sociólogos y pensadores actuales nos recuerdan que, sin una ética personal y social, no llegaremos a salir de la crisis actual y global, que sufrimos los humanos en el Planeta, y que afecta a todos los niveles de nuestra existencia.

La fragilidad de nuestra democracia, a nivel nacional y mundial, es patente según los datos disponibles. El 40% de la población considera que los políticos son el principal problema de la sociedad, y el 70% de la sociedad ve nuestra democracia como “mala y frágil”.

La falta de respeto mutuo, la mentira y el gregarismo, son también evidentes en las intervenciones parlamentarias y en los medios de comunicación. Eventos importantes, como el Brexit, han estado marcados por la mentira, como la elección de varios líderes europeos, africanos y americanos.

Los problemas más relevantes como: el paro, la calidad de la educación y sanidad, las desigualdades sociales, los refugiados…están marginados y tapados por otros temas más secundarios, como: pin parental, la visita de Delcy (Venezuela), las pugnas internas por el poder en algunas autonomías… etc.

El auge de los partidos radicales y populistas, tanto de izquierdas como de derechas, delatan también una falta de equilibrio y de valores fundamentales, que dificulta los grandes acuerdos educativos, económicos, sociales y la misma convivencia.

Max Weber, famoso sociólogo y economista que nos dejó en 1920, expone este nuevo tipo de democracia y de gobernanza, en su obra “La política como profesión”.

Weber entiende la política como una profesión y hasta vocación, que se debe ejercer, como lo hace un médico, que siempre sirve a los demás como un responsable profesional, piense lo que piense, a nivel político o religioso.

Weber describe dos formas básicas de moralidad política:

  • 1. La ética de convicciones, pero que está a veces lejos de la realidad social, y con frecuencia degenera en ideologías, que se quieren imponer a los demás, y
  • 2. La ética de la responsabilidad que requiere una regeneración moral de valores, a través ante todo, de una educación integral y siguiendo el compromiso de tantos líderes carismáticos, (N. Mandela, Gandhi, Nyerere…) que hemos conocido, en todos los Continentes.

Un ejemplo concreto y reciente de esta ética responsable lo encontramos en las Cooperativas, que en algunas provincias como Navarra dan empleo a 20.000 personas y que en los últimos tres años han aumentado en 320 nuevas empresas sociales con 877 nuevos socios.

De hecho, La UE, ha señalado estas iniciativas de economía social solidaria en Navarra como un ejemplo para todos los que buscan un desarrollo sostenible y ecológico.

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