POR UNA CULTURA DE ENCUENTRO, ACOGIDA Y JUSTICIA

14/09/2015 | Editorial

Los “grandes de Europa” se reúnen este lunes para debatir el controvertido proyecto de distribuir a 120.000 refugiados entre los 28 Estados miembros.

Con la sugerencia de acatar los números de la Comisión Europea se pretende evitar un fracaso como el del pasado julio, cuando los países de la UE no llegaron a cubrir a los 40.000 reubicados que habían asumido anteriormente. Algunos países ofrecen sus cuotas voluntarias. La distribución podría comenzar en octubre.

En cuestiones de encuentro, acogida, justicia y solidaridad, la sociedad civil va siempre por delante de los gobiernos, los cuales parecen estar más interesados en politizar incluso la cuestión de los refugiados, que en caminar con sus sociedades hacia una cultura de encuentro, acogida y generosidad.

Muchas ciudades, ayuntamientos y asociaciones están respondiendo con generosidad, a la altura de la crisis humanitaria que estamos viviendo con los miles de refugiados llamando a nuestras puertas.

Algunos políticos hablan de: “refugiados SI, migrantes NO”, apuntando incluso a la posible infiltración de elementos yihadistas.

Para ser capaces de promover una cultura de diálogo, integración y auténtico desarrollo integral, necesitaríamos líderes políticos de la talla humana, de Nelson Mandela, Julius Nyerere, Kofi Annan, etc., junto con una sociedad más comprometida en el proceso de promover una cultura de integración y solidaridad.

¡Qué lejos estamos de querer resolver las causas de estas migraciones masivas, como son: la pobreza extrema, las guerras y la falta total de oportunidades, en las que tenemos una gran responsabilidad!

En el último Congreso de Teología, del pasado fin de semana, se trató el tema de la “Violencia, terrorismo y paz, y el papel de las religiones”.

Una de las ponencias que más me impactó fue la presentada por la profesora musulmana: Natalia Andújar, directora de los programas “Educaislam” y “feminismo islámico”.

Ella argumenta que aunque exista violencia dentro de cada religión monoteísta, siempre son: la justicia, la paz y la compasión, las que forman la médula de toda religión auténtica.

Existen textos violentos en cada religión, y todas se han apoyado en imperios a lo largo de la historia, pero lo único que legitima una religión, es la Misericordia y la Justicia.

Tanto en el Judaísmo, como en el Cristianismo y el Islam, encontramos el mismo texto fundamental que las legitima: LA MISERICORDIA ESTÁ POR ENCIMA DE TODO. (CASTIGO.)

Políticos, que son ante todo profesionales y solidarios, no deberían tener tantas dificultades, para acoger a estos 120.000 refugiados y los que van a ir llegando, de forma urgente.

Aunque es importante resaltar, que las ayudas asistenciales deberían ser pasajeras, y que lo más relevante es el sanar las raíces estructurales de tanto sufrimiento y violencia, promoviendo acuerdos económicos de colaboración que sean equitativos y que promuevan el bien de todos.

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