¿Por qué ser un niño de África es el mayor privilegio que conozco?

30/06/2011 | Crónicas y reportajes

Existe en todo el mundo un sentimiento de lástima por África y sus hijos. En Viena, Praga, Frankfurt y Londres, a menudo me he topado con grandes contenedores en la calle para echar en ellos donaciones. Y siempre, el contenedor exhibía una imagen de niños africanos apenados, con ojos hundidos y adormecidos. Es como si haber nacido en África fuera una maldición que no pudieran soportar. Esto está muy lejos de la realidad. Aunque mi corazón tiende la mano continuamente a los niños de nuestro amado continente, nunca he sentido pena por alguien que haya nacido aquí.

Recientemente, leí que una chica nacida en Noruega puede esperar vivir una media de 83 años y terminar la universidad sin haber gastado un céntimo en ella. Una niña nacida en Zambia hoy puede esperar vivir una media de 32 años. Tendrá que gastar unos 6.000 dólares para conseguir un diploma en la universidad. De estas estadísticas comparativas uno podría deducir que estar destinado a ser hijo de dos padres africanos es mala suerte. Tus oportunidades son mucho mejores si eres un ciudadano noruego. No estoy de acuerdo.

En nombre y en honor de los jóvenes africanos, les ofrezco unas cuantas razones por las que ser hijo de África es el mayor privilegio que puedo imaginar:

Tenemos espacio para soñar: crecí rodeada de un montón de retos y problemas sociales. He sido testigo de mala asistencia sanitaria, educación de mala calidad, pobreza extrema y otras cosas. Pero hasta donde alcanza mi memoria, siempre ha habido espacio para soñar. África te reta a pensar y te invita a innovar, planear y encontrar soluciones. He descubierto eso, en África en particular, la inspiración y el permiso para soñar ¡es inmenso!

Tenemos sueños que vivir: Durante todo el instituto y ahora la Universidad sigo descubriendo cómo soy capaz de vivir muchos de mis sueños, cada día. Descubro que mis compañeros están abiertos y dispuestos a participar. Estamos ansiosos y preparados para vivir los sueños que abrigamos en nuestros corazones. Lo que es más significativo, siempre hay lugar para hacerlo. La amistad leal y las redes de la comunidad me sirven para empoderar mis sueños. Mis sueños se vuelven realidad cada día.

Hay un cambio constante y resultados evidentes: No creo que queden muchos lugares en el mundo en que puedas ver el inmenso progreso que estamos viendo en nuestro continente. Me encanta ser testigo de la transformación de las comunidades. Estoy realmente asombrada por los progresos que hemos hecho en los campos de la educación, la sanidad y el desarrollo, en tan solo una generación.

Creo en África. Ella me ha enseñado y permitido tener fe en mis sueños, depositarlos y vivirlos aquí.

Elsabe van Vuuren

La autora es una joven defensora del cambio en Namibia, actualmente se centra en los derechos de los niños y trabaja para mejorar la vida de los huérfanos y niños vulnerables. Tiene 20 años y está estudiando Derecho Internacional en la Universidad de Edimburgo, en Escocia.

Publicado en Thought Leader, del Mail & Guardian de Suráfrica, el día 28 de junio de 2011.

Fundación Sur

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster