¿Por qué luchar con fuego contra el fuego en el Parque Virunga de la República Democrática del Congo no está ayudando a la conservación?

7/03/2017 | Crónicas y reportajes

Conservar la naturaleza en áreas inmersas en conflictos violentos y prolongados es un desafío. Una de estas áreas es el Parque Nacional Virunga, ubicado en el este de la República Democrática del Congo (RDC). La dirección del parque trata de hacer frente a estos retos con el objetivo de proteger la rica biodiversidad de Virunga. En particular, está en juego la supervivencia del conocido gorila de montaña, una especie en peligro de extinción.

Sería erróneo cuestionar los objetivos, la dedicación y los sacrificios de la gerencia y el personal del parque. Muchos guardabosques han perdido la vida cumpliendo sus deberes. Pero basándonos en nuestra investigación en la región, tenemos dudas sobre el efecto que están surtiendo las políticas actuales sobre conflictos y violencia en el área de Virunga.

Ciertas prácticas de conservación como la aplicación estricta de la ley para combatir la explotación de recursos ilegales por parte de grupos armados pueden agravar de manera inadvertida los conflictos violentos. Pueden, por ejemplo, reforzar los vínculos entre la población y los grupos armados, de los que dependen para su sustento. Esto socava los esfuerzos de conservación a largo plazo.

La formulación de políticas alternativas para abordar el problema de los grupos armados no es una tarea fácil. Sin embargo, hay muy poco debate sobre este tema. Los medios de comunicación y los legisladores prestan poca atención a los efectos de las políticas del parque sobre la dinámica de los conflictos violentos. De hecho, la línea dominante es que el Parque Nacional Virunga contribuye a la construcción de la paz. Pero la realidad sobre el terreno es mucho más compleja, como descubrimos al hablar con personas que viven en la zona.

Combatiendo a grupos armados

Una gran cantidad de grupos armados opera en y alrededor del Parque Nacional Virunga. Su presencia no se limita al parque: decenas de decenas de grupos armados recorren el este del Congo, mostrando una militarización que se ha vuelto autosostenible. No obstante, hay una concentración particularmente alta de este tipo de organizaciones en el parque.

Proporciona cobertura y acceso a las poblaciones y los recursos naturales necesarios para generar ingresos. Por ejemplo, los grupos armados se dedican a facilitar la producción de carbón vegetal, la caza furtiva, la pesca ilegal y la agricultura guerrillera o el cultivo en lugares donde está prohibido.

Los efectos de estas actividades sobre la biodiversidad de Virunga son devastadores. La pesca ilegal provoca un rápido agotamiento de la población de peces, sobre todo porque suele llevarse a cabo en las aguas donde tiene lugar la cría. La producción de carbón vegetal, por su parte, es uno de los motivos de la intensa deforestación, que tiene graves consecuencias para todo el ecosistema.

Pero mientras se agotan los recursos de los parques, miles de personas que viven en el área de Virunga dependen de la explotación de los recursos ilegales para su subsistencia. Esta gente paga a grupos armados para acceder al parque y protegerles mientras llevan a cabo estas actividades ilegales. Los vínculos entre la población y los grupos armados complican los esfuerzos para combatir la explotación ilegal de los recursos naturales.

virunga.jpgLa dirección del parque ha tratado de gestionar este problema colaborando con el ejército congoleño. De este modo, que los guardabosques realizan operaciones conjuntas con soldados del ejército para expulsar a los grupos armados del parque. Como resultado, la conservación ha llegado a fusionarse con la contrainsurgencia, aunque este enfoque es contraproducente.

Enfrentamientos

En primer lugar, las operaciones no forman parte de medidas políticas y socioeconómicas más amplias para tratar con grupos armados. Hasta ahora, el gobierno congoleño no ha desarrollado estas medidas. Esto significa que los grupos armados se dislocan temporalmente, en lugar de disolverse. El resultado es un círculo vicioso de ataques y contraataques entre grupos armados y las unidades mixtas de guardias de parques y soldados del ejército. Esta creciente violencia no sólo aumenta la inseguridad de los habitantes, sino que también pone en peligro las vidas de los guardabosques.

En segundo lugar, las tensiones provocadas por las operaciones parecen acercar a la población a los grupos armados, provocando que los guardias del parque a su vez desarrollen una creciente animosidad hacia ellos. Debido a que las poblaciones dependen de las actividades ilegales en el parque y no se ofrecen actividades alternativas de subsistencia después de las operaciones, la gente siente que no tienen otra opción que solicitar la protección de los grupos armados para volver a acceder al parque.

Por último, las operaciones alimentan los conflictos por la tierra, por la autoridad local y entre las diferentes comunidades. En el área de Rutshuru, por ejemplo, las tensiones entre los grupos étnicos Hutu y Nande se han intensificado en los últimos meses. Esto se debe en parte a las operaciones militares del ejército congoleño contra un grupo armado hutu que opera en el parque.

Cualquier ataque contra un grupo armado altera el frágil equilibrio de poder entre los propios grupos armados, redes de élite aliadas y comunidades civiles asociadas que a menudo tienen el mismo origen étnico que las direcciones de grupos armados. De este modo, los esfuerzos para expulsar a los grupos armados del parque tienen el riesgo de provocar una cadena de reacciones que pueden salirse de control.

Historias dominantes

Se sabe de sobra que el Parque Virunga está plagado de conflictos armados. Pero esta información a menudo se hace eco de los clichés o se convierte en una simple historia que enfrenta a los malos (rebeldes salvajes) contra los buenos (generalmente los guardias del parque y el personal). Estas narraciones rara vez son acompañadas por profundas reflexiones sobre las causas de la violencia, que tienden a ser simplemente atribuidas al saqueo de los recursos. Además, al subrayar que Virunga es el parque más peligroso del mundo para trabajar, se da por sentado que la conservación se ha fusionado con la contrainsurgencia.

Figuras espectaculares como los heroicos guardias del parque y los malvados rebeldes eclipsan la atención de las personas que viven en o a lo largo de las fronteras del parque. Sus voces raramente son escuchadas. Pero sus relatos dan una imagen diferente de las representaciones de la corriente principal y muestran cómo la gente sufre bajo la creciente inseguridad.

Otra razón por la que las políticas actuales de los parques no son cuestionadas es que los donantes y la administración del parque tienen intereses institucionales en difundir una seductora retórica de triple ganancia. Destacan que el parque promueve a la vez la conservación y el desarrollo, así como la construcción de la paz. Esto demostraría que Virunga es un área que funciona en comparación con el resto de la República Democrática del Congo, que se considera un estado fallido. Estas narrativas de éxito aseguran que la ayuda, principalmente procedente de la Comisión Europea, y las donaciones continúen fluyendo.

Una asociación público-privada (PPP), entre la agencia estatal congolesa para la conservación de la naturaleza y una ONG británica, la Fundación Virunga, es la encargada de llevar la gestión actual del parque. La ONG ha asumido la plena responsabilidad de la gestión de los parques. Como una ONG europea que supervisa a los guardias del parque, que además han recibido entrenamiento militar de exmilitares belgas, el público parece hacer menos preguntas sobre la forma en que se emplea la fuerza violenta y cómo afecta la dinámica del conflicto y la seguridad de los pueblos.

Así, los puntos ciegos en la compleja interacción entre la conservación y los conflictos violentos provienen en gran medida de profundamente arraigadas relaciones de poder desiguales entre el Norte y el Sur. Estas desigualdades hacen que se oigan ciertas narrativas, opciones de política y voces, y que otros sean excluidos. Esto significa que la descolonización de la conservación de la naturaleza es una condición previa para su desmilitarización.

Esther Marijnen y Judith Verweijen

Africapedia

[Traducción, Clara Esteban García]

[Fundación Sur]


Artículos relacionados:

Salvar los gorilas de los Virunga (RDC)

Deforestación del Parque de los Virunga

El gobierno de la RDC deniega el permiso de exploración petrolera a una compañía británica en el parque de Virunga

Virunga, clave para la RDC, por Javier Domínguez

Autor

Más artículos de Administrador-Webmaster