¿Por qué los soldados americanos podrían estar instruyendo a los soldados congoleños?

3/05/2010 | Opinión

Cuando nuestros periodistas rinden cuentas de lo que está ocurriendo en nuestro país, resulta que sus crónicas no hacen las preguntas de fondo relacionadas con la ocupación de nuestro espacio vital llevada a cabo por aquellos que, hasta hoy, son “amigos” de los escuadrones de la muerte de Paul Kagame. ¿Qué podría explicar el hecho de que tras haber instruido y armado al régimen ruandés que no deja de sembrar la muerte en nuestro país, los Estados Unidos hayan decidan de repente, a través de Africom, instruir a los militares congoleños? ¿Lo hacen para contribuir a la seguridad de nuestro espacio vital o para garantizar sus intereses básicamente económicos? ¿O es que los Estados Unidos, a través de su historia, han participado ya en la promoción de la seguridad de un pueblo soberano?

La respuesta clásica a esta última pregunta es: el plan Marshall. Pero sobre esta respuesta los puntos de vista son diferentes. Varios analistas políticos occidentales creen que este plan “se inscribía en el esfuerzo para hacer oscilar a Europa de una economía basada en el carbón a una economía basada en el petróleo y hacer a los países europeos más dependientes de los Estados Unidos. Y Noam Chomsky añade: “La ayuda del plan Marshall a Francia ha cubierto solamente los gastos de su esfuerzo por reconquistar Indochina. Por tanto, el contribuyente americano no ha reconstruido Francia, ha pagado a los franceses con el fin de que compren armas americanas para aplastar a los indochinos. También ha pagado a los Países Bajos para que aplasten el movimiento independentista en Indonesia.” (N. CHOMSKY, La doctrine des bonnes intentions [Doctrina de las buenas intenciones], Paris, Fayard, 006, p.66-67)

¿Por qué los EEUU que ayer proporcionaron apoyo a Kagame, pretenden trabajar hoy por la seguridad del Congo? ¿Acaso han renunciado a su proyecto estrafalario de luchar contra el terrorismo en Darfur? ¿No estarán guiados fundamentalmente por algunos de sus principios hegemónicos guardados en sus archivos? Nos parece que Sí. Noam Chomsky habla de estos principios cuando, al citar a Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad Nacional de Jimmy Carter, señala: “Los tres grandes imperativos geoestratégicos” de los Estados Unidos son: evitar conspiraciones entre vasallos y mantenerlas en el estado de dependencia que justifique su seguridad; cultivar la docilidad de los sujetos protegidos; impedir que los bárbaros formen alianzas ofensivas.” (Ibidem, p. 61)

Para comprender lo que los americanos hacen hoy en día, es importante analizar su historia. Sobre todo para nosotros en donde la imagen que tenemos de USA está dominada por la idea de EEUU como “una gran potencia generosa” en el mundo. También es importante estudiar su vida cotidiana, su día a día. Tras una guerra que costó 3.000 millones de dólares (2008), el Premio Nóbel (americano) de economía, Joseph Stiglitz, acaba de publicar El triunfo de la codicia, un libro muy esclarecedor del estado actual de los EEUU.

En este libro donde examina los pormenores de la crisis financiera actual, Jospeh Stiglitz afirma, sin rodeos, que el capitalismo a la americana ha fracasado, y que un abismo grande se ha abierto entre los plutócratas (muy influyentes en las decisiones políticas del Estado) y el pueblo americano, y que la confianza entre estas dos clases sociales ya no existe. Esta idea acaba de ser corroborada por el presidente (en un artículo publicado por la AFP el jueves 11 de marzo de 2010). Barack Obama ratifica que, cada vez más, los americanos ya no creen en el Estado. Por su parte, Joseph Stiglitz ha escrito lo siguiente: “La conjunción entre el modelo individualista y el fanatismo del mercado ha cambiado no sólo la imagen que la gente tenía de sí misma y sus preferencias, si no también la imagen entre unos y otros. En un mundo de individualismo desencarnado, la colectividad no conduce a algo útil y la confianza no sirve para nada.” (p.457) En su opinión, “la crisis financiera ha destapado y acelerado la erosión de la confianza. Hemos tratado la confianza como algo que se daba de por sí y el resultado ha sido que se ha reducido.” (p.458) Joseph Stiglitz ha comprobado que su país se ha hundido en el “corto- placismo” en nombre del Mercado. La codicia ha arrastrado al país por encima de la responsabilidad moral. “Nos hemos alejado de un equilibrio mejor entre el individuo y la colectividad (especialmente del Estado), entre el papel del Mercado y el del Estado, y hemos pasado de las relaciones personales fundadas en la confianza a relaciones “de mercado” basadas en los procedimientos judiciales.” (p.462) Este premio Nóbel de Economía acusa a su país de falta de visión. Él piensa que “para tener éxito a largo plazo, es necesario pensar a largo plazo –una visión-, pero hoy en día hemos estructurado los mercados según las modalidades que fomentan la orientación diametralmente opuesta, y hemos disuadido al Estado para que subsane el vacio.” (p.462) En casa del tío Sam todo se dicta mediante la ganancia fácil y rápida de dinero; el vacío moral y ético se resienten. “Puesto que ganar dinero es la finalidad de la vida, no existen límites al “comportamiento aceptable.” (p.442)

¿Cómo han llegado los EEUU, considerados la mayor potencia económica y militar del mundo, hasta este punto?

Releamos el discurso de despedida a la nación que pronunció Eisenhower el 17 de enero de 1961 (fecha en que Patrice Emery Lumumba falleció): “Esta unión entre un inmenso asentamiento militar y una gran industria de armamento es algo nuevo en la experiencia americana. Su influencia es total -económica, política e incluso espiritual- y sentida así en todas las ciudades, en todos los parlamentos de los Estados, en todos los servicios del Estado Federal. Sin embargo, sus consecuencias graves no se nos deben olvidar. Nuestro trabajo, nuestros recursos, nuestros medios de existencia están ligados y por tanto, también la estructura de nuestra sociedad.” Esta advertencia del presidente Eisenhower nunca ha sido escuchada. Y “desde hace medio siglo, este complejo (militar-industrial) se ha ampliado: los intereses particulares que determinan la política económica y social americana incluyen también las finanzas, los productos farmacéuticos, el petróleo y el carbón. Su influencia política hace prácticamente imposible que se lleve a cabo cualquier acción pública racional.” (p.464) De ahí que los EEUU estén condenados (no se sabe por cuánto tiempo todavía) a navegar a ciegas. ¡Y es a este país que navega a ciegas al que encomendamos la formación de nuestros militares para nuestra seguridad!

Ahí existe un problema de ignorancia mantenido a propósito para que estos navegantes a ciegas reinen eternamente sobre nuestros pueblos y que el imperio de “sus maestros” se extienda por toda la región de los Grandes Lagos de África. Las oposiciones teatrales forman parte del decorado. Aquí también existe una lucha que hay que ganar: liberar a la región de los Grandes Lagos de África de los navegantes a ciegas, “ebrios de fuerza.” (Leer N.CHOMSKY, La embriaguez de la fuerza. Conversaciones con David Barsamian, París, Fayard, 2008) Esta lucha merece ser orientada hacia un nueva mirada panafricanista. Es decir, un panafricanismo que vaya más allá de la instrumentalización de las etnias y de las tribus por parte de “los borrachos de la fuerza” para obtener un apoyo mutuo entre todas las fuerzas de cambio de la región de los Grandes Lagos de África en especial y de toda África en general. (En este momento preciso, la amalgama sería, por ejemplo, hacer de todos los Tutsi extremistas desprestigiados por Charles Onana, de todos los Hutu de FDLR [Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda] genocidas, de todos los congoleños, colaboracionistas.)

Parece ser que la lucha entre los Nkrumah y los Lumumba debe replantearse de una manera nueva. El porvenir de África depende de ello. En esta situación, sería por ejemplo factible que las fuerzas de cambio del Congo (RD) sostuviesen la lucha que están llevando a cabo Victoire Ingabire y sus aliados en Ruanda y que todo esto obtenga una gran repercusión. Un comienzo positivo de cambio en materia política en Ruanda puede tener incidencias positivas en nuestro país. Otra África nacerá de la Unión reflexionada, justa y equitativa entre sus hijos e hijas y no de los mercados embaucadores mantenidos por los traficantes de armas, “los ayudantes” de las trans-multinacionales, buscadores de oro, de casiterita y de coltán por menos de un céntimo y por los otros carroñeros que hacen dinero despedazando los cadáveres de nuestras poblaciones.

En definitiva, digamos que los soldados americanos no van a instruir a los nuestros. Están aquí para aplicar los principios de la geoestrategia americana de siempre y para ayudar a los intereses de sus grupos financieros, militares-industriales de presión. Un punto. Entender esto es trabajar en el renacimiento del panafricanismo traspasando las barreras que los “ebrios de fuerza” y los “idólatras del dinero” han creado de forma artificial. No es fácil. Todo esto requerirá su tiempo.

Por JP MBELU

Le Potentiel, RDC, 12 de marzo de 2010. SUPPLÉMENT “CONSTRUIRE LA DÉMOCRATIE”.

Traducido por Teresa De Agustín, alumna de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid Traducción /Interpretación, colaboradora en la traducción de algunos artículos.

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