Por Javier Saavedra
El Banco Mundial ha tomado como misión, apoyada por los gobernantes de sus diferentes países de clientes que sus objetivos se centren en terminar la pobreza extrema y promover una prosperidad compartida. La pobreza extrema se valora a partir del porcentaje de gente viviendo por debajo de un $ 1.25 al día. Por lo que el mensaje del Banco sobre su misión es claro. La pobreza extrema, el hambre y la destitución deben de terminar.
Para poder monitorizar el progreso de la prosperidad, el BM se informara del crecimiento de los ingresos del 40 % de la población con menos ingresos en cada país. La señal clara que el BM quiere dar es que su misión institucional es la reducción de la pobreza, ayudar al crecimiento y aumentar la equidad, por lo que se necesita monitorizar lo que sucede en bienestar de los que menos tienen en cada país. Mejorar los porcentajes no es suficiente; focalizar con láser en aquellos que están en el fondo de la distribución todo el tiempo es necesario.
El Banco Mundial monitoriza la desigualdad utilizando los indicadores que están a su alcance, y es un objetivo explícito al igual que su trabajo, por ejemplo, mejorar la igualdad entre hombres y mujeres, reducir las diferencias al acceso a los servicios básicos y de infraestructura entre área rural y urbana y así todo. Mucha gente se pregunta por qué el BM no ha hecho del reducir las diferencias un objetivo explícito.
Muchos economistas especialistas en pobreza están de acuerdo que el monitorizar el crecimiento de ingreso del 40 por ciento de los más bajos (o incluso de cualquier parte de la distribución) puede expresarse como una función doble, de indicado significativo y de desigualdad, en cualquier caso, estos indicadores están muy relacionados.
La razón del porque el crecimiento del 40 por ciento de los más bajos (o cualquier otro indicador que permita medir las mejoras de los que se encuentran en la parte más baja de la distribución) es preferible que sea un objetivo porque un aumento de este indicador es claramente deseable en cualquier país. En cualquier circunstancia, y en cualquier tiempo.
Si el objetivo fuera reducir la desigualdad solo, uno podría situar como favorable una situación en donde el porcentaje de ingresos suben de una manera muy lenta, pero los ingresos de los que están en el fondo lo hacen de una manera un poco más rápida (como Egipto y Uganda, o el crecimiento de la India anteriores a la liberalización de la economía en 1991) en comparación con una situación en la que el bienestar de todos mejora de una manera muy rápida, pero la desigualdad aumenta ( como sucede en China en Indonesia)
Mejorar el estatus económico y social de los que están al final de la distribución requiere estar seguro de que todos y cada uno son parte del proceso dinámico y en la mayoría de los casos, esto requiere una reducción de la desigualdad. Existen muchas razones del porque desigualdades grandes por si solas son un serio problema.
Grandes desigualdades son para muchos moralmente inaceptables y un síntoma de la fractura del contrato social. Altas desigualdades llevan a conflictos sociales e inestabilidad que pueden dar como resultado una bajada de los estándares económicos para todos. Grandes desigualdades es en la mayoría de los casos un reflejo de que no todos tienen las mismas posibilidades en la vida, de que algunos tienen acceso a la economía básica, a los derechos sociales y humanos y otros no, de que las oportunidades están relacionadas con el lugar en donde has nacido, quienes son tus padres, o tu raza y tu género.
Además, no hay país que haya pasado a un estatus alto de ingresos con grandes niveles de desigualdad, y países que tienen el mayor estándar de vida, en general, tienen niveles más bajos de desigualdad que los países con ingresos muy bajos. Por lo que existen muchas razones del porque el reducir la desigualdad es un valido objetivo del desarrollo por sí mismo.
Reducir la desigualdad es un objetivo valido de desarrollo, y a medio y corto plazo, es probablemente, el único camino sostenible de mejorar los ingresos de aquellos que están en el fondo. Pero una reducción de la desigualdad por sí sola no resulta en mejora de la situación de aquellos con menos recursos en todas las circunstancias.
Promover el crecimiento de ingresos del 40 % de los que están más bajos es, una aproximación cruda del estatus socioeconómico de los que están en el fondo, pero es un pertinente objetivo de desarrollo para todos los países sea el Sur Sudan, chile o China. Es pertinente no importa el nivel inicial de desarrollo, no importa el momento de ciclo económico, no importa las características del país.
Siempre, los países deberían aspirar a incrementar la mejoría en aquellos que están peor.
Focalizar explícitamente en este indicador, y no solo en el conjunto de crecimiento económico, ayudara a diseñar unas estrategias y principios más efectivos.
Traducido del inglés para Fundación Sur
