Por primera vez, una universidad abrirá sus puertas en el campo de refugiados de Musasa en Burundi. Este proyecto piloto apoyado por el ACNUR se pondrá en marcha en el campamento de Musasa donde viven cerca de 7.000 personas que huyeron de la RD del Congo.
A partir de septiembre de 2015, 200 jóvenes refugiados del campamento Musasa podrán asistir a la universidad. Bajo los auspicios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), esta universidad abrirá sus puertas en este campamento en el norte de Burundi que alberga 6.700 refugiados, en su mayoría procedentes de la República Democrática del Congo.
«Debemos, por supuesto, asegurarnos de que hay comida, y suministro de agua para los refugiados, pero lo que a menudo falta es la educación y el acceso a la cultura», declara Philippe Leclerc, representante de ACNUR en Francia donde la presentación del proyecto tuvo lugar en París, el jueves 19 de marzo.
La creación de una universidad de este tipo es de hecho un hito en la historia de los campos de refugiados. «El modelo hasta ahora, era dar becas para instituciones de Europa, pero sólo unas pocas personas podían aprovecharse de ello y muchas veces no regresaban a África porque habían encontrado trabajo después de estar en esas universidades, explica Jean-Noël Wetterwald, representante del ACNUR. Se trata de una iniciativa innovadora que da la oportunidad a estos jóvenes de continuar con sus estudios. Se trata de jóvenes en un grupo de edad que es particularmente vulnerable debido a que en los campamentos, hay una muchísimo tiempo libre y comienzan a menudo a dedicarse a actividades que no son constructivas».
Formación adaptada al contexto de los Grandes Lagos
Este proyecto universitario llamado «UniRef» fue diseñado por la artista visual suiza, Yvelines Wood, conocida por su compromiso contra la violencia contra las mujeres en tiempos de guerra. Para ella, se trata sobre todo de permitir a estos estudiantes adaptarse mejor a la economía local: «lo que queremos es darles una formación adaptada al contexto de los Grandes Lagos y que puedan salir del campamento con sus familias y seguir adelante con su vida cotidiana, sin estar más bajo la ayuda internacional, sino convertidos en personas independientes».
Para ello, 200 estudiantes (25% de los cuales serán de los pueblos de Burundi alrededor del campamento) seguirán, durante un año, los programas generales de formación, desarrollados por una organización francesa, el Centro Nacional de Educación a Distancia (CNED). A continuación, podrán seguir con estudios más cortos como un BTS o comprometerse con ciclos más largos de Licenciatura o Maestría. Se hará hincapié en las siguientes disciplinas: contabilidad, negocios, marketing, informática y agroindustria. Si bien esta iniciativa está apoyada por varias instituciones europeas, como la École Polytechnique Fédérale de Lausanne, el profesorado estará compuesto principalmente por profesores de Burundi.
Esperanza para los jóvenes refugiados
Si los resultados son concluyentes, el ACNUR espera que este proyecto, de momento un caso único, se pueda implementar en otros campos de refugiados. «Pensamos especialmente en refugiados sirios». La agencia de la ONU está trabajando actualmente con más de 17 millones de personas en todo el mundo. Para el Embajador de Burundi en Francia, Dieudonné Ndabarushimana, él mismo un refugiado durante 10 años en Camerún, este tipo de iniciativas no pueden más que animar: «detrás de la desesperación, hay la esperanza de que se puede renacer a través de estas iniciativas en los campamentos de refugiados y darles las herramientas necesarias para integrarse en el entorno que les da la bienvenida». En total, cerca de 53.000 refugiados congoleños están actualmente en Burundi.
arib.info (Burundi) – (Fundación Sur)