Por primera vez en África, la Corte Suprema de Kenia anula las elecciones presidenciales: Estas son 6 razones que lo hicieron posible.

10/10/2017 | Opinión

El 1 de septiembre, la Corte Suprema de Kenia determinó lo que los medios de comunicación locales denominaron “bomba suprema” (en inglés “bombshell”), al anular la elección, del 8 de agosto, del Presidente Uhuru Kenyatta para un segundo mandato con un 54% de los votos.

Cumpliendo con la petición solicitada por el líder de la oposición Raila Odinga, con 4 votos a favor y 2 en contra, la corte alegó fallos por parte de la Comisión de Distritos Electorales Independientes (IEBC por sus siglas en inglés) que declaró la elección “no válida, nula y sin efecto”, y dictó la obligación de celebrar unas nuevas elecciones en un periodo de hasta 60 días*.

Sin embargo, la Corte determinó que el Presidente Kenyatta no podría ser culpado.

Aunque los resultados presidenciales no habían sido anulados antes en África, había juntas militares o cortes progobierno que, negandose a reconocer la derrota, alejaron de la victoria a la oposición, por ejemplo, en Nigeria en 1993, Madagascar en 2002 y en Costa de Marfil en 2010. En Madagascar y Costa de Marfil después de disputas e incluso de guerras, al final no se llegó a nada.

Sin embargo, el el veredicto del 1 de septiembre de Kenia será recogido en los libros de historia como la primera vez en la que una Corte dictamina en contra de una victoria electoral y ordena unas nuevas elecciones, en lugar de un recuento, basándose en una petición a la Corte por parte de la oposición.

“UnAfrican” e histórico

Los medios de comunicación bromeaban y comentaban que la decisión se trataba de algo “unAfrican”. Raila y sus abogados la calificaron de “histórica”. Uhuru, diciendo por un lado que el respetaba la decisión de la corte y por otro, echando la bronca a los jueces, comenzó de inmediato su campaña.

La cuestión entonces es, ¿cómo se las ha arreglado Kenia para construir esta historia? Y, por qué ha ocurrido en Kenia y no en otro país africano.

La respuesta más frecuente es la que argumenta que el sistema judicial y procedimental de Kenia es independiente, mientras que los de la mayoría de sus colegas africanos, excluyendo a Sudáfrica, no lo son. Aunque esto debería entenderse como cierto, solo lo es parcialmente. Es lo mismo que decir que los huevos vienen del supermercado. Claro que puede que compres los huevos en el supermercado, pero lo cierto es que proceden de alguna granja de gallinas.

Para entender el “sorprendente” veredicto de la Corte Suprema de Kenia, es necesario retroceder a la granja política y no fijarse en el carácter del poder judicial.

kenia_mapa-7.pngHay varias razones que lo explican, pero aquí vamos a fijarnos en 6:

Salvo por el drama político y mediático que procedió al veredicto y por el pequeño impacto sobre la Bolsa de Nairobi que eliminó cerca de 50 millones de dólares de la bolsa y provocó una breve suspensión, la vida siguió bastante normal.

Una de las razones fue que el coste político de anular las elecciones del 8 de agosto era, en realidad, relativamente bajo. Con la Constitución de 2010, que creó varias funciones gubernamentales con un alto grado de descentralización para los 47 condados y los poderosos gobernadores electos, no se trata tanto de una crisis política, sino de un vacío si el presidente en Nairobi resulta perjudicado.

En segundo lugar, un pilar fundamental del estado en África, el militar, en Kenia es bastante profesional y, en el peor de los casos solo ligeramente partidista. Mientras que diferentes presidentes han nombrado siempre a “sus hombres” en las posiciones más altas de las Fuerzas Armadas de Kenia (KDF, por sus siglas en inglés), durante los pasados 20 años el núcleo centralha evolucionado desde una política deliberada a una fuerza de estabilidad. Las KDF gozan de un amplio grado de apoyo político, poco común para tratarse de un país africano que no cuenta con una historia de militares formados en la guerrilla, como Ruanda, por ejemplo. Esto explica el por qué de la profunda decepción en septiembre de 2013 cuando se descubre que elementos clandestionos de las KDF habían saqueado el Westgate Mall en Nairobi, seguido de un ataque mortal y el bloqueo por parte de militantes del grupo terrorista somalí Al-Shabaab. Los kenianos habían sido reclutados para llevarle el desayuno y refrescos al prolongarse el asedio y se sentían traicionados. Mientras que el resto de los servicios de seguridad no cuentan con la misma reputación, los jueces en Kenia pueden decidir contra la elección del Presidente sabiendo que no puede aparecer un tanque apuntando a su torreón de la puerta de la Corte, como sí que hubiera pasado en unos cuantos países.

El moviemiento prodemocracia de Kenia

Todo esto nos lleva a cuestionarnos cómo todas estas cosas han sido posibles. El origen se remonta a cómo evolucionó el movimiento prodemocracia en Kenia durante la Guerra Fría y los años 90, anunciando el fin de la norma del partido único y la vuelta a las políticas multipartidistas. En parte por la forma en que se organizó; la estructura de la propiedad agrícola y de tierras; y la naturaleza de su mercado alimentario donde el ugali (una pasta a base de harina de maíz) es un básico, la guerra de guerrillas se hace mucho más difícil desde la resistencia que en vecinas Uganda o Etiopía. Pero proporciona una muy efectiva mobilización de la sociedad civil, y los kenianos lo dominaron como quizás hayan hecho solo dos países más en el continente. De este modo, fue un amplio frente de grupos de la sociedad civil trabajando codo con codo con partidos de la oposición quienes llevaron a cabo la lucha por las reformas y por el cambio político en Kenia, mientras que en África oriental, Burundi, Ruanda, Uganda, Etiopía o Sudán del Sur, se hizo por vía de la lucha armada.

Una lucha armada es destructiva, siembargo también ofrece ciertos beneficios. Elimina el antiguo orden y régimen y sus estructuras de manera más íntegra permitiendo a los vencedores comenzar una tabla rasa y conseguir una economía de largo alcance y reformas sociales sin obstrucción si verdaderamente están dispuestos a ello. Pero porque, al final, sus balas, no son precisamente argumentos filosóficos sobre la naturaleza del Estado y quienes ganan tienden a recrear el viejo estado con una cara benévola – no una totalmente nueva. Por ello el poder presidencial permanecerá normalmente baste concentrado en el centro.

El camino que tomó Kenia es más largo e incluso más frustrante, pero murió menos gente. Sin embargo a menudo se considera un furioso proyecto filosófico sobre la naturaleza del estado y el ejercicio de poder que somete al propio concepto de poder en una moda doctrinal más profunda. En Kenia la obsesión con la democracia no es tan grande como la obsesión por limitar el poder presidencial. Así, gota a gota, la sociedad civil contra la acción política acaba dando lugar a la Constitución de 2010 y el poder keniata sufre un grado de ataque filosófico al que ninguno de sus colegas africanos se han enfrentado. La presidencia keniata queda de este modo sustancialmente vacía. Sin embargo, existe la percepción pública general de que la realidad se ha quedado rezagada. Facilita relativamente llegar a la presidencia de manera legal. Sin embargo, otros dos factores han sido necesarios.

Algo llamado «Política Tribal»

En primer lugar, uno de los fallos de Kenia es su criticada “política tribal”. La mayoría de los partidos políticos están vinculados a asuntos semiétnicos, que solo forman mayorías medianta alianzas con otrospartidos tribales. En el mejor de los casos, como se ha visto en el resultado de las últimas elección, son partidos regionales.

Aunque sería erróneo infravalorar totalmente la política tribal en Kenia y en otros lugares de África. El hecho de que un partido sea étnico no implica que carezca de contenido democrático. Grupos marginados o pueblos que protegen sus tierras ancestrales, que organicen su oposición para luchar por sus derechos en el círculo de su grupo étnico, están actuando de manera democrática y legítima.

No obstante, como en las pasadas dos décadas los partidos de Kenia han tendido a tener caracter étnico o regional, cuando ostentan el poder resultan incapaces de dominar totalmente al estado y al país de la manera que lo hace el Movimiento de Resistencia Nacional en Uganda, SWAPO en Namibia o UNITA en Angola, por nombrar a algunos.

Mientras que los puristas de Kenia denuncia esta debilidad, en el lado positivo, en los últimos años ha permitido a las instituciones del estado un mayor margen de acción de cara a la independencia. La naturaleza étnica de la política de Kenia , es por tanto, tanto una maldición como una bendición.

HISTORIA DE INDIVIDUALISMO

Mientras que Kenia ha evitado una guerra revolucionaria convencional, su política sí que continua siendo violenta. Como se pudo presenciar después del controvertido voto en diciembre de 2007, y practicamente en todas las elecciones desde la vuelta a la política pluripartidista en 1992, ha tenido una clara participación de violencia post electoral y ataques de limpieza étnica. Trágica per se, la violencia post-electoral se ha convertido en la guerra revolucionaria de Kenia y ha adquirodo cierto valor instrumental. El golpe de violencia, tanto en las calles durante las protestas como en las elecciones, ha sido lo que ha asustado al antiguo orden y al interés establecido para aceptar las reformas de los últimos 30 años. Por tanto, las crisis se han vuelto ahora casi el inevitable – y en algunos respectos necesario – resultado de las elecciones de Kenia, porque en última instancia implica la manera de reorganizarse de los políticos y la aguja democrática se mueve.

Yendo aun más lejos a los 60, podemos encontrarnos con una de las fuentes del individualismo persistente – basado en el veredicto de la Judges’ Court – que se observa en Kenia y que ha sido varias veces fuente de conflicto entre este país y sus vecinos del África oriental.

A medidados de los 60, el padre fundador de Kenia, Jomo Kenyata, el padre del Presidente Uhuru, tuvo una sonada disputa con el nacionalista y antiguo luchador independentista Mau Mau, Bildad Kaggia. Kaggia fue crítico al ver que los nuevos líderes postindependecia se hacían ricos de inmediato. Kenyatta, que echó a Kaggia del gobierno, le preguntó: “¿qué se ha llevado usted desde su nombramiento como Viceministro?”. Se trata de una de las declaraciones del análisis político de Kenia más discutidas, con detractores que sostienen que tenía licencia para usar su cargo público para su propio enriquecimiento. Sin embargo Kenia, junto con Botswana y Malawi, fue uno de los pocos países africanos que no experimento las distintas formas de socialismo en los 60 y los 70 y hay quienes consideran este comentario de Kenyatta una suerte de manifiesto capitalista que persigue el éxito individual y no dejar pasar las oportunidades. Se ha reflejado en varias formas políticas en la larga lista de políticos Quijotescos; en la cultura y en el arte en referencia al reciente propósito de enfoques contrarios por parte de autores como Ngugi wa Thiong’o; y en la historia del fuerte liderazgo por parte de activistas de la sociedad civil. Y también en sus Cortes.

Charles Onyango-Obbo

Fuente: Rogue Chiefs

* Establecidas para el 26 de octubre.

[Traducción, Marta Sánchez Capel]

[Fundación Sur]


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Autor

  • Charles Onyango–Obbo

    Charles Onyango- Obbo, también conocido como Charles “Mase” Onyango –Obbo, nacido en 1958, es un autor ugandés, periodista y ex Editor en el Mail & Guardian África. Antiguo Managing Editor para The Monitor, un periódico ugandés; y Editor ejecutivo en The Africa and Digital Media Division con Nation Media Group, Nairobi, Kenia. Es comentarista político en temas relativos con África Oriental y la región de los Grandes Lagos de África. Escribe la columna “Ear to the Ground”, en The Monitor, una segunda columna en el periodico semanal regional The EastAfrica y una tercera en The Daily Nation [Fuente: wikipedia].

    @cobbo3

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