Creo que los lectores de este blog habrán visto hasta la saciedad que, aunque sus posts estén escritos con un gran amor a África y a sus gentes, eso no quita para que también podamos hacer un poco de crítica sobre ciertas realidades y actitudes que merezcan ser criticadas.
En los últimos días, África vuelve a estar en el candelero de los medios de comunicación, pero no se preocupen, la noticia en cuestión no es algo positivo como una exitosa política social, una victoria en la lucha contra el SIDA o un nuevo fármaco contra la malaria… No, se trata de nuevo del morbo que producen ciertas situaciones, personajes y personajillos que les sirven muy bien a los medios para ocupar un espacio de segundo orden que entretenga al personal, ávido de caspilla y de chismes de alcobas.
La verdad es que esta vez el presidente sudafricano Jacob Zuma se lo ha puesto en bandeja a todo el mundo mundial. El show está servido: vive en abierta poligamia, con 3 esposas (todo un problema para los encargados de protocolo, como se pueden imaginar), y eso unido a un historial de un divorcio y otra esposa que por razones que no vienen al caso decidió suicidarse y al hecho de que antes de convertirse en presidente ha tenido que enfrentarse a cargos de violación y de haber tenido contactos sexuales sin protección con una mujer que era seropositiva (esto en el país con el mayor número de infecciones del virus del SIDA, 5 millones en total). Como ven, todo un figurín.
Por un lado, me quito el sombrero ante tal gesto: por lo menos, ha sido transparente y por una vez vemos a un presidente que acepta que vive en una relación así. Bastantes hemos visto ya con una mujer oficial y con sus amigas amorosas repartidas en lugares o posiciones estratégicas del país y disfrutando incluso de guardaespaldas, coches y otro personal de seguridad a costa del erario público.
Por otro, reconozco que aunque la poligamia sea parte de algunas culturas africanas, eso no es una patente de corso de validez y de positividad. Como ha dicho alguien, no todo lo que es parte de una cultura es bueno para la sociedad y para los elementos más vulnerables de la misma. Es más, en una situación donde la mujer vive una discriminación tan masiva y tan crónica como ocurre en casi todos los países africanos, las situaciones de poligamia no hacen sino agravar más aún el problema. Las mujeres se convierten en un número, en una demostración de poder y de riqueza. En Sudán, por ejemplo, me he encontrado varias veces el caso de señores que tenían tanta riqueza y compraron tantas mujeres que al final sus hijos mayores eran los que disfrutaban sus adquisiciones más jóvenes porque el pobre ni tenía ya la edad ni la vitalidad para contentarlas… cronológicamente podrían ser sus nietas.
Pues a lo que íbamos, éramos pocos y parió la abuela. A nuestro prolífico Zuma, que tiene 67 años y cuenta ya con 19 churumbeles según las estadísticas oficiales, se le ha añadido en las últimas semanas un nuevo retoño, fruto de una (esperemos que fugaz) unión con la hija de uno de los directivos del Mundial de fútbol que se celebrará en el país en los próximos meses. Pues sí, parece ser que en la casa de Zuma llueve sobre mojado. Para mí es esta la cara más casposa de África: por si no fuera suficiente variedad el haber estado emparejado en su vida con 5 esposas oficiales, el maromo necesita también alguna aventurilla fuera… las mujeres son también números y trofeos en su historial de camas y polvos, nada más. Y lo peor son la legión que imitan a dirigentes así y no tienen problema a la hora de dejar mujeres embarazadas a diestro y siniestro. No sé exactamente cuáles son las estadísticas de las familias monoparentales, pero en África son un número inmenso. Millones de mujeres están ahí, lidiando día a día con una caterva de niños de algún irresponsable que apareció un día, las encandiló con promesas vacías y volvió a esfumarse quitándose de cualquier responsabilidad.
Aunque Zuma siga siendo tan pendenciero (acaba de anunciar su nuevo compromiso matrimonial con una nueva candidata), yo sería de la opinión de que, aunque sea presidente, habría que tomar medidas con este tío y hacerle una vasectomía en condiciones. No están las cosas como para ir por ahí dejando el mundo sembrado de nietos… ¿no?
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