Piratillas y puertos, por Rafael Muñoz Abad – Centro de Estudios Africanos de la ULL

14/06/2013 | Bitácora africana

Así lo asevero. Mera hipótesis. Aunque lo cierto es que no conozco mejor negocio que generar un problema y su posterior demanda guardando a la vez la solución a lo creado. El estallido de la piratería en aguas del Golfo de Adén obedece a una serie de factores que requerirían el espacio y el tiempo del que no disponemos. De la mano de la ausencia de estado en Somalia, el escenario de inseguridad marítima se ha convertido en el contexto perfecto para las denominadas empresas de seguridad privadas. Criaturas complejas y escurridizas a las graníticas y vacuas estructuras legales internacionales disponibles a la hora de regular sus discutibles actividades. El brote del pillaje marítimo, al igual que sucedió con las crisis de Suez y los consiguientes cierres del canal, tiene una respuesta inmediata en las bolsas de medio mundo y por consiguiente en nuestros bolsillos. Algunos armadores, temerosos de perder sus buques, optaron por la ruta del Cabo de Buena Esperanza. La derivada inmediata es que el viaje a occidente se alarga y los productos se encarecen; siendo la tercera derivación que los puertos sudafricanos crecieron en volumen de tráfico y con ello su economía. Y es que curiosamente, algunas de las entidades que ofrecen protección armada a bordo de buques, son firmas que en algún momento, tuvieron “cierta” raíz sudafricana en su gnosis. Situación que no se da en el caso de la prestigiosa Neptune Maritime Security, cuyo portavoz y director de comunicaciones e inteligencia [David Rider] ha afirmado al que suscribe, que no presentan relación alguna con Sudáfrica. En nuestra geografía, el Puerto de la Luz y Las Palmas, ejemplo de gestión portuaria, vio sus días de gloria y es la realidad que hoy en día es, gracias a los cierres de Suez. Crisis que lo convirtió en escala sine qua non para el crudo procedente del pérsico. Las estadísticas reflejan como a partir del año 2009 y coincidiendo con el éxtasis de la piratería somalí, el número de escalas portuarias aumentó considerablemente; ocurriendo algo similar con los puertos sudafricanos, que incluso llegaron a doblar el volumen de contenedores movidos para el citado año. El segundo foco de inseguridad se gesta en el Golfo de Guinea y sus explotaciones petrolíferas. Realidad, que de momento, parece no afectar directamente a la operatividad del puerto de Las Palmas como hub para el mantenimiento de la industria petrolera.

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Autor

  • Muñoz Abad, Rafael

    Doctor en Marina Civil.

    Cuando por primera vez llegué a Ciudad del Cabo supe que era el sitio y se cerró así el círculo abierto una tarde de los setenta frente a un desgastado atlas de Reader´s Digest. El por qué está de más y todo pasó a un segundo plano. África suele elegir de la misma manera que un gato o los libros nos escogen; no entra en tus cálculos. Con un doctorado en evolución e historia de la navegación me gano la vida como profesor asociado de la Universidad de la Laguna y desde el año 2003 trabajando como controlador. Piloto de la marina mercante, con frecuencia echo de falta la mar y su soledad en sus guardias de inalcanzable horizonte azul. De trabajar para Salvamento Marítimo aprendí a respetar el coraje de los que en un cayuco, dejando atrás semanas de zarandeo en ese otro océano de arena que es el Sahel, ven por primera vez la mar en Dakar o Nuadibú rumbo a El Dorado de los papeles europeos y su incierto destino. Angola, Costa de Marfil, Ghana, Mauritania, Senegal…pero sobre todo Sudáfrica y Namibia, son las que llenan mis acuarelas africanas. En su momento en forma de estudios y trabajo y después por mero vagabundeo, la conexión emocional con África austral es demasiado no mundana para intentar osar explicarla. El africanista nace y no se hace aunque pueda intentarlo y, si bien no sé nada de África, sí que aprendí más sentado en un café de Luanda viendo la gente pasar que bajo las decenas de libros que cogen polvo en mi biblioteca… sé dónde me voy a morir pero también lo saben la brisa de El Cabo de Buena Esperanza o el silencio del Namib.

    @Springbok1973

    @CEAULL

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