En la segunda clase del tren, camino a las Cataratas Victoria desde Bulawayo, un matrimonio joven se dispone a comer. Es mediodía y el hambre ya se empieza a notar. Junto a la ventana, observamos a un anciano africano que viaja solo. Su cansado rostro es espejo de una vida dura y llena de experiencia. Mira disimuladamente hacia la comida y aparta la mirada rápidamente para no ser visto. El matrimonio comparte una fugaz mirada e inmediatamente se dirige hacia él, delicadamente:
– Disculpe señor, mi mujer y yo hemos traído demasiada comida y no podemos terminarla ¿podría usted ayudarnos?
– Será un honor para mí.
Las “buenas maneras” en Zimbabwe, no están recogidas como tal en ninguna parte, pero se dan por hecho en todas las relaciones humanas. Todo el mundo las conoce. Bueno…. no todo el mundo. Los zimbabwenses de origen inglés tienen contacto superficial con sus compatriotas negros. Se encuentran entre sí en la cola del supermercado o comprando pan o un ticket para el cine, después cada cual sigue su camino.
Pero..¿Qué pasa al atardecer, de vuelta a casa, allí donde ambos grupos nunca se encontrarán? Los espacios compartidos de la ciudad, de uso común, parecen clausurados de noche hasta el día siguiente, y mientras tanto cada uno a lo suyo, y Dios a lo de todos.
En estas breves líneas vamos a contaros algunas maneras, formas y relaciones humanas, que el ojo blanco no ha sabido ver y que sin embargo, es fundamental en la vida cotidiana africana. Sus normas de educación, mantenidas casi intactas en la vida de las aldeas.
¿Cómo dirigirse correctamente a otra persona? Si vas a viajar a Zimbabwe has de tener en cuenta que el saludo en las aldeas es todo un ritual y es completamente distinto según con quien te encuentres: un adulto, un niño, una anciana… El saludo masculino se realiza con un fuerte apretón de manos en tres tiempos: primero a ciento ochenta grados seguido de otro apretón a cuarenta grados y por último se repite un apretón igual al primero. Algo parecido a lo que estamos acostumbrados a ver entre los jugadores de baloncesto norteamericanos.
Si tu saludo va dirigido a una anciana, éste se realiza intercalando palmas desde una distancia prudente manifestando gestos de respeto a la vez que pronuncia palabras como “Mwamuka chini ?”, “Tamuka, Mwamuka chini?” algo así como ¿Cómo se encuentra? –Yo bien, ¿Cómo se encuentra usted?
El saludo se complica aun más cuando se trata de una suegra sea ésta propia o la de un hermano. Bajo ningún concepto se le puede dar la mano, mirarse a la cara ni tener ningún contacto físico o visual. Así no es extraño ver cómo tímidamente un joven habla desde la parte trasera de una casa a su suegra y ella le contesta. Pueden hablar pero sin mirarse . El asunto de la suegra tiene bastante tela. Uno se pregunta que cómo se puede viajar pues, en el mismo coche con un yerno. El yerno se pone en posición de “vista al frente y no se aparta la vista de la carretera mientras que a la pobre suegra le toca ir contando los árboles laterales por su ventana trasera. De cuando en cuando mira de reojo a la adquisición de su hija a fin de cotillear la belleza de éste.
Los niños y las niñas cuando quieren saludar a un adulto, extienden la mano hacia éste a la vez que la apoyan en su otra mano que sujeta la primera a la altura de la muñeca como gesto de respeto. En muchas ocasiones, si se quieren saludar y posteriormente entablar una conversación o pedir algo a una persona mayor, deben arrodillarse ante él/ella, a la espera de que éste/a les diga que pueden hablar o levantarse.
Tras los ceremoniosos saludos realizados sin prisa, si tienes pensado quedarte a comer o alojarte esa noche, es bueno realizar algún regalo. ¿Cómo entregar un regalo adecuadamente? A cada persona se le entrega su regalo, directamente, tomándolo con las dos manos y acercándoselo a las suyas. El otro, pondrá su mano izquierda bajo la derecha, como sosteniéndola. Señal de que recibe el regalo dándole la importancia adecuada. Recuerda realizar un gesto similar si durante tu estancia eres obsequiado con algo (cosa muy probable). Nunca trates de cogerlo con una única mano y menos con la izquierda pues sería interpretado como un gesto de poco interés o desprecio.
Llega el momento de la comida, probablemente te pondrán cubiertos aunque es probable que ellos no lo usen. Todo el mundo entenderá que tú te sientas cómodo con ellos, así que toma tu propia decisión al respecto. Si decidieras comer con las manos también te aconsejamos lo siguiente. El acompañamiento de la comida en el 80% de los casos será sadza. Un entramado de maíz a medias entre la polenta y la masa de pan. Toma un trozo de sadza en tu mano, amásalo como si fuera masa de croquetas, una vez redondeado con la palma de la mano cerrada se inca el dedo gordo en el centro del trozo moldeado, haciendo una hendidura en la masa, esa misma hendidura es la que te servirá de “cuchara” para tomar las verduras y/o carne que tengas en tu plato. Deliciosos. Al terminar la comida, debes agradecerla a la persona que ha cocinado para ti y a la dueña de la casa. Mirándole a los ojos, deberás hacer chocar tus manos entre sí, dando dos o tres palmadas a la vez que dirás gracias. En la lengua de los Nambyas se dice “taboka kasa kasa” Los Tonga en cambio te dirán “twalumba loco loco». De todos modos aunque no conozcas el idioma, todo el mundo entenderá el lenguaje del gesto. Gestos como los que en todas las culturas los jóvenes aprenden de sus mayores y pasan a formar parte inherente de cada uno, considerándolo la forma “natural” y lógica de comunicarse con el mundo.
Son éstas, pequeñas pinceladas de buenas maneras, de relaciones basadas en el respeto, en la atención, en un mundo donde todavía se busca tiempo, tiempo de calidad para relacionarse con los demás.
Olga Villa Asensi y Joseph Siankope
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